¿Quiénes son candidatos para someterse a un trasplante de hígado?
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Todo paciente con enfermedad terminal del hígado, aguda o crónica, puede ser candidato a trasplante. Algunos pacientes con tumores hepáticos primarios no resecables también pueden ser considerados para un trasplante.
La gravedad de la enfermedad se mide a través de un puntaje que se llama MELD (Model for End Stage Liver Disease). Hay que tener como mínimo 15 puntos para ser candidato y el orden de la lista de espera se determina según este puntaje.
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¿En qué se beneficia el paciente del trasplante de hígado?
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El nuevo órgano trasplantado funcionará correctamente llevando a cabo todas las funciones normales descritas previamente y a medida que pasan los días van a mejorar las complicaciones asociadas a la enfermedad hepática terminal. A los pocos meses post trasplante el paciente podrá retomar su vida normal. Mejorará la calidad de vida del paciente y la cantidad de vida también.
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¿Cuáles son los riesgos de esta cirugía?
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El trasplante de hígado tiene los riesgos propios de una gran cirugía: Sangrado, infección, trombosis del órgano, rechazo, requerir una reoperación, hernias, entre otros. Sin embargo, los potenciales beneficios son significativamente mayores a los riesgos asociados.
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¿Cuál es la preparación que se debe tener antes del trasplante?
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Una evaluación por el equipo multidisciplinario que determinará si el paciente se beneficiará con el trasplante y si es buen candidato. Se deberá realizar una serie de exámenes de Laboratorio e Imágenes y chequeos por diferentes especialistas (Cardiología, Broncopulmonar, entre otros).
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¿Qué cuidados hay que tener después del trasplante?
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Todos los pacientes después del trasplante requieren usar drogas inmunosupresoras (“antirechazo”) por el resto de su vida y mantener los controles periódicos con el equipo de Trasplante. Al estar inmunosuprimidos, deben evitar el contacto con personas que estén enfermas.
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¿Cómo cambiará la vida después del trasplante?
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El pronóstico de la enfermedad hepática terminal es malo con una posibilidad de sobrevivir a largo plazo escasa. Es una enfermedad evolutiva, es decir, los síntomas y signos de las complicaciones secundarías a la enfermedad hepática aumentan con el tiempo. Posterior al trasplante de hígado la calidad de vida mejora en todos los aspectos, teniendo una vida prácticamente normal (laboral, deporte, dieta, etc.) y con una sobrevida a largo plazo muy superior.
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¿Cuán frecuente serán los controles?
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Durante el primer mes, tres veces a la semana, el segundo dos, el tercer mes una vez y así sucesivamente.
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¿Cuánto tiempo dura la hospitalización?
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En promedio aproximadamente 15 días posterior al trasplante.
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¿Cuándo se puede volver a las actividades habituales?
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Si es un trasplante satisfactorio sin mayores complicaciones, a los tres meses.
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¿Qué tan importante es el apoyo de amigos y familiares?
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Es fundamental en el pre y post trasplante. Es necesario que los pacientes preparen un ambiente de apoyo y de ayuda para el manejo postoperatorio.
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¿Cómo es el financiamiento de este tipo de trasplante?
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El Programa de Trasplante de Hígado de Clínica Santa María cuenta con convenios tanto con Isapres y Fonasa. Cada caso es evaluado por el equipo de Trasplante y por el área financiera, para garantizar la cobertura de la cirugía y de las drogas inmunosupresoras.
Para los pacientes del sistema público existe un plan en que la evaluación antes de la intervención y el seguimiento post trasplante a largo plazo sea realizado en el sistema público, mientras que la cirugía y postoperatorio inmediato en Clínica Santa María.
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