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Se presenta comúnmente en niños

Cáncer de hueso

Publicado el 01/03/2011

Los huesos son muy importantes para los seres humanos. Sin embargo,132011105821 también pueden cobijar el cáncer de hueso, una enfermedad que se caracteriza por ser dolorosa y que en la mayoría de los casos se trata con cirugía y quimioterapia.

En primer lugar, es necesario diferenciar el cáncer que es propiamente de los huesos (primario) y aquellas metástasis óseas que son cánceres de otro origen que van a invadirlos (secundario).

Cáncer de hueso primario:
Es menos frecuente, pero lamentablemente es mucho más común en niños. Los tres tipos más habituales son:

1.Osteosarcoma:
Es el más frecuente de los cánceres de hueso y su aparición se produce comúnmente en la primera y segunda década de la vida. Habitualmente, es muy agresivo y tiene una sobrevida de alrededor de un 65% a cinco años con el tratamiento oportuno de quimioterapia y cirugía.

Este tipo de cáncer puede dar en cualquier hueso del cuerpo, aunque en un porcentaje muy alto de frecuencia (60% ó 70%) se ubica alrededor de la rodilla, es decir, en la parte baja del fémur o arriba de la tibia, y tiene una leve predilección por el sexo masculino (tres a dos). A pesar de ser el más común de los cánceres primarios al hueso, tiene poca frecuencia -alrededor de 60 a 80 pacientes al año en Chile-.

2.Sarcoma de Ewing:
Generalmente, aparece durante la primera y segunda década de la vida. Es un cáncer con mucha manifestación sistémica como fiebre y aumento de volumen local, por lo que es muy fácil confundirlo con una infección. También tiene una sobrevida cercana al 65% a cinco años con el tratamiento de quimioterapia apropiado. Se ubica de preferencia en los huesos planos y también en la mitad de los huesos largos como el fémur. Es igualmente común en mujeres y varones.

3.Condrosarcoma:
Por lo general se da en personas mayores de 40 años. Su tratamiento es distinto a los casos anteriores, ya que la quimioterapia no es eficaz y el tratamiento indicado es la cirugía. Comúnmente se ubica en la pelvis y es igualmente frecuente en hombres y mujeres.

Existen otros tipos de cáncer de huesos primarios pero son bastante menos frecuentes. 

Síntomas principales
El doctor Eduardo Díaz, Traumatólogo y miembro del Equipo de Tumores Músculo Esqueléticos de la Clínica, cuenta que el principal síntoma y la primera causa de consulta “es el dolor en el área afectada. Sin embargo, muchas veces pasan semanas, e incluso meses, en que el paciente joven lo confunde con contusiones del deporte o malestares propios del crecimiento y pierde tiempo importante antes de consultar. El segundo motivo de consulta es el aumento de volumen, es decir, el paciente llega preguntando por una hinchazón o un ‘cototo’ y después de la radiografía se detecta un cáncer en el hueso”. 

La tercera razón para descubrir esta patología es quebrarse un hueso patológico, que se refiere a que el paciente sufre una fractura (los huesos pueden estar debilitados) y por coincidencia se detecta el tumor.

Diagnóstico:
Se hace con una triada que consiste en: 

1.Un cuadro clínico (examen hecho por el especialista en que se revisan los síntomas).
2.Imagenología (la radiografía que es una piedra angular en la detección acompañado de una resonancia o scanner en algunos casos).
3.Biopsia (esto es lo que confirma el diagnóstico. Se saca una muestra del tumor y se envía a estudio donde se determina qué tipo de tumor es y sus características).

Tratamiento
Tal como explica el especialista “el tratamiento para el tumor en el hueso es bastante agresivo y habitualmente consiste en cirugía más quimioterapia (más frecuente) y radioterapia”.

La cirugía consiste en resecar el tumor, sacar el hueso dañado y poner otro de donante o bien una prótesis. “Esta es la solución quirúrgica que debe ir acompañada de quimioterapia en el caso del osteosarcoma y sarcoma de Ewing. Cuando se trata de un condrosarcoma solo sirve la cirugía, por lo que hay que resecar el tumor de forma completa”.

Aunque la intervención quirúrgica se realiza de la manera más conservadora posible, en algunos casos en que es imposible extraer el tumor, es necesario realizar una amputación para que el cáncer no se expanda al resto del hueso (esto es cada vez menos común, ya que siempre se trata de conservar las extremidades).

Pronóstico
Si antes la mortalidad en niños era de un 70% en el caso del osteosarcoma y sarcoma de Ewing, en los últimos 15 años esta cifra se ha invertido y ha llegado a una mortalidad cercana al 35%. “De 10 pacientes, cuatro mueren en un periodo de cinco años. Esto ha mejorado gracias a la cirugía y a la quimioterapia, que ha tenido un increíble avance a partir de los años 80”, puntualiza el doctor.

En el caso del condrosarcoma, la mortalidad es de un 70%.

Factores de riesgo
“No se sabe por qué se produce el cáncer de hueso, pero existen condiciones que podrían propiciar su aparición, como la exposición a radiaciones, condiciones ambientales o someterse a radioterapia por otro cáncer”, explica el Traumatólogo.

Cáncer secundario de huesos o metástasis:
En este caso el tumor no es originado en el hueso, sino que el paciente tuvo un cáncer ubicado en otra parte del cuerpo y a través de la sangre se depositó en él. Normalmente, las metástasis hay que sospecharlas en cualquier paciente que tenga una lesión ósea después de los 40 años. “Son cuatro los cánceres que con más frecuencia hacen metástasis óseas (80%): mamas, próstata, pulmón y riñón”, aclara el doctor.

Las metástasis en el hueso son más frecuentes que los cánceres primarios. La sobrevida dependerá del tipo de primario, por ejemplo, el cáncer de pulmón tiene un muy mal pronóstico.

Puede haber una metástasis con un primario conocido (se conoce dónde se originó el cáncer) o con uno desconocido (aparece el tumor de hueso y hay que empezar a investigar de dónde viene, lo que generalmente no es un buen escenario).

En las metástasis óseas, es decir los cánceres secundarios de hueso, los tratamientos son paliativos y no definitivos como en el caso del cáncer primario. “Algunos se pueden curar, pero es un escenario muy complejo al haber diseminación”, enfatiza el experto.

Los síntomas son aquellos del cáncer primario que haya causado la metástasis, sumado a los propios del de huesos, como dolor, aumento de volumen y a veces fracturas, ya que el hueso se debilita con el tumor.

La metástasis comúnmente se ubica en la columna, pelvis y en tercer lugar en los huesos largos como el fémur. 

El tratamiento consistirá, en primer lugar, en tratar el cáncer primario con cirugía, quimioterapia y radioterapia. Además, hay que tratar la metástasis y esto se hace habitualmente con cirugía y radioterapia.

La persona que tuvo cáncer a los huesos es monitoreada estrictamente por cinco años para cerciorarse de que la enfermedad desapareció. Sin embargo, después de ese periodo el cáncer puede volver, aunque no es lo más común. “Una vez diagnosticada la enfermedad, el paciente nunca puede dejar de controlarse. El chequeo debe ser al menos una vez al año”, recalca el especialista.

Con la colaboración de: Dr. Eduardo Díaz, Traumatólogo miembro del Equipo de Tumores Músculo Esqueléticos de Clínica Santa María.