Clínica Santa María puso en marcha un programa enfocado en adolescentes con Trastorno de la Conducta Alimentaria, especializado en anorexia, bulimia y trastorno por atracón, que responde integralmente a las necesidades de los pacientes, a través de un abordaje multidisciplinario de una condición que durante la pandemia, ha tenido un creciente aumento.
Los TCA son una variedad de trastornos psiquiátricos que se presentan con alteración de la conducta del comer y distorsión de la imagen corporal y pueden tener consecuencias físicas y psicológicas graves. Por eso es muy importante realizar un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado. La
Dra. Fiorella Allegro, psiquiatra infanto juvenil de Clínica Santa María y quien lidera este programa indica que "los primeros 3 años son críticos para la recuperación completa de un paciente con TCA, siendo las familias los mejores aliados de los pacientes durante el tratamiento".
Clínica Santa María cuenta con un programa de trastornos alimentarios para adolescentes a cargo de un equipo multidisciplinario integrado por psiquiatras, psicólogos,nutriólogos, nutricionistas y adolescentólogos especializados en este tema.
TCA
- El período de la vida en que existe mayor riesgo de presentar estas patologías es durante la adolescencia, pero también pueden afectar a niños más pequeños.
- No tienen una causa única, sino que son el resultado de una interacción de varios factores.
- El tratamiento es complejo, prolongado y requiere la participación de un equipo multidisciplinario.
- El pronóstico en adolescentes es mejor cuando el diagnóstico es precoz.
¿Cuándo sospechar que su hijo(a) podría tener un TCA?
Quienes tienen estas enfermedades, suelen reaccionar a la defensiva cuando se les habla sobre el tema. A muchos les cuesta admitir, incluso ante sí mismos, que tienen un problema con la alimentación, peso y figura.
Signos de alerta (comportamientos que pueden estar relacionados con la posible existencia de un trastorno de la conducta alimentaria (TCA). No se tratan de criterios diagnósticos y, por tanto, no confirman la enfermedad. Estos son:
- La persona controla atentamente la cantidad de alimentos que consume, omitir comidas o poner excusas para no comer.
- Solo come alimentos bajos en grasas e hidratos de carbono o centrarse excesivamente en la alimentación saludables.
- Se pesa repetidamente.
- Mirarse con frecuencia al espejo para ver los defectos que se perciben
- “Se siente gordo(a)”, o está muy disconforme con su cuerpo, teniendo un peso normal o bajo.
- Tiene una ingesta de alimentos muy insuficiente o sigue una dieta vegetariana demasiado restrictiva, lo que produce una rápida y significativa baja de peso.
- La figura determina su ánimo y actividades sociales.
- Evita actividades sociales que implican comer.
- Expresar depresión, enojo, vergüenza o culpa respecto de los hábitos de alimentación
- Sospechar la presencia de vómitos autoinducidos.
- Consumir laxantes, diuréticos o realizar diversas dietas para bajar de peso.
- Ir al baño durante las comidas
- Realizar ejercicio compulsivamente o después de cada comida.
- Comer grandes cantidades de comida con sensación de descontrol o a escondidas.
- Alteraciones menstruales o endocrinas o síntomas gastrointestinales inexplicados
- Actividades asociadas a alto riesgo de trastornos alimentarios (ej. deportista de alto rendimiento, modelaje, baile, patinaje, gimnasia, etc)
Con la colaboración de la Dra. Fiorella Allegro, psiquiatra infanto juvenil de Clínica Santa María.