Es un defecto en la pared abdominal por donde sale contenido desde esta cavidad como un saco o protuberancia. Es de tejido peritoneal y puede contener e incluir vísceras intraabdominales o, solamente, grasa.
Generalmente, las causas de una hernia son congénitas y asintomáticas pero se pueden manifestar con el tiempo.
Así también, es posible que se deban a una alteración del metabolismo del colágeno, es decir, un desequilibrio del mismo relacionado a un aumento de la presión abdominal (sobrepeso, tos crónica, problemas de la próstata, embarazo y cirrosis).
Los traumatismos y accidentes, o esfuerzos físicos bruscos e intensos, pueden predisponer su aparición.
Las hernias abdominales son aproximadamente cinco veces más frecuentes en hombres, siendo las inguinales las más comunes. Se pueden clasificar según su ubicación en dos grandes grupos:

Ventrales
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Se sitúan en la pared abdominal y no están relacionadas con la región inguinal. En este grupo están las umbilicales, las de la línea media o línea alba y las incisionales que tienen relación a una cicatriz postoperatoria.
Además, están las hernias de Spiegel, Petit y lumbares. Todas están dentro del mismo grupo por su baja frecuencia y por la dificultad técnica para su reparación, debido a la anatomía de la región.
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Inguinofemorales
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Las hernias inguinales se relacionan con la anatomía del canal inguinal y son más frecuentes en hombres. Las femorales, también llamadas clurales, aparecen por el orificio femoral en el recorrido de los vasos, con el mismo nombre, hacia la extremidad inferior. Estas últimas se diagnostican con mayor frecuencia en mujeres.
Otro tipo de hernias son las traumáticas, porque son causadas por grandes traumatismos, y las complejas ya que se presentan en pacientes con múltiples cirugías, reparaciones previas, megaobesos, comorbilidades complejas y, que independiente de su ubicación, implican experiencia y manejo multidisciplinario.
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En general, las personas consultan cuando presentan molestias en la región inguinal o en la pared ventral abdominal. A veces, ésta viene acompañada de una protuberancia palpable o estéticamente inadecuada. Sin embargo, un grupo de pacientes pueden ser diagnosticados de hernia accidentalmente y sin mayores síntomas mientras se realizan exámenes de imágenes por otros motivos.
La mayoría de las veces el examen físico realizado por un cirujano especialista puede ser suficiente para determinar la existencia de una hernia. No obstante, en otros casos, las imágenes permiten confirmar el diagnóstico y observar detalles finos de la anatomía de la región. Por ejemplo, la ecografía de partes blandas, realizada por radiólogos expertos en el tema, son muy certeras; el TAC o escáner de abdomen y pelvis en valsalva (aumentar la presión abdominal) también es de mucha utilidad y la resonancia magnética es necesaria en deportistas, debido a que el diagnóstico diferencial es con lesiones osteomusculares de la región inguinal.