Laura Sembler
"Elegir Clínica Santa María fue la mejor decisión"
De manera inesperada, Laura Sembler perdió fuerza en la mitad de su cuerpo. Su marido reaccionó
rápidamente, pidiendo el traslado al Servicio de Urgencia de Clínica Santa María,
donde se trató en forma oportuna y eficaz el accidente cerebrovascular que la afectó.
Hace 15 años le diagnosticaron hipertensión arterial y poco tiempo después le descubrieron
una arritmia severa. Desde esa fecha, Laura Sembler ha seguido rigurosamente las indicaciones de su médico.
A sus 77 años, es una persona completamente activa, que vive junto a su marido, Hugo Ortiz (79), con
quien cumplió 55 años de matrimonio. Sin embargo, esta historia pudo haber cambiado radicalmente
cuando sufrió un accidente cerebrovascular (ACV).
Aunque su cuerpo experimentó signos extraños, Laura no prestó mayor atención
a ellos. "Hace algún tiempo me tiritaba un brazo y las últimas semanas notaba que me mareaba
bastante, incluso, un par de días antes del accidente, tenía que afirmarme en la pared
para no caerme", recuerda.
La noche del 24 de enero, Laura y su marido estaban sentados en el patio de su casa. De manera abrupta e
inesperada, Hugo se dio cuenta de que su mujer perdió fuerza en la mitad del cuerpo y comenzó
a hablar incoherencias, por lo que llamó a un servicio de rescate móvil.
Laura escuchó el llamado desesperado de su marido, pero reconoce tener pocos recuerdos a partir de
ese momento. "Es muy fácil perder la calma ante una situación de este tipo, pero sabía
que algo grave estaba sucediendo. Por eso, cuando llegó la ambulancia, le pedí al médico
que la llevaran a Clínica Santa María, donde tenían todo su historial médico
y podrían tratarla de la mejor manera", recuerda Hugo.
Una vez que se comunicaron con el Servicio de Urgencia, se activó el protocolo para recibirla y atenderla
de inmediato, realizando todos los exámenes de rigor para descartar o confirmar un ACV. Efectivamente,
la resonancia magnética mostró que una arteria estaba ocluida, por lo que debía
ingresar a Pabellón rápidamente.
“Los doctores fueron muy claros conmigo. Me explicaron que debían introducir un catéter
a través de su pierna para retirar el coágulo, con alto nivel de riesgo”, cuenta
Hugo Ortiz. El procedimiento se realizó sin complicaciones, sin embargo, las siguientes 48 horas
fueron cruciales para evaluar las posibles consecuencias del ACV. Afortunadamente, Laura despertó
sin ningún tipo de secuela, estuvo tres días hospitalizada y hoy, a poco más de
dos meses del accidente, realiza su vida en forma normal.
“Actuar a tiempo y elegir Clínica Santa María fue la mejor decisión. Todo estaba coordinado para recibir este tipo de urgencia médica. Recibí una muy buena atención del equipo médico, así como de todo el personal que estuvo conmigo, estamos muy agradecidos y confiamos plenamente en la Clínica”, finaliza Laura.
Mayo 2015