josefa

Natalia Lobos y su hija Josefa

"Nunca imaginé las consecuencias de este accidente"

Josefa, de tres años, estaba jugando con un globo LED cuando éste explotó en su rostro, dañándole gravemente el ojo izquierdo. “Mi hija ha sido sometida a cinco operaciones y el Convenio Escolar ha sido de gran ayuda”, asegura Natalia Lobos, mamá de la menor.

convenio escolar Como Josefa entraría pronto al jardín infantil, sus padres contrataron el Convenio Escolar para contar con todos elementos necesarios antes de iniciar esta nueva etapa. Pocos meses después, y en medio de una celebración familiar, la pequeña jugaba con un globo que se reventó sorpresivamente en sus manos. “Comenzó a gritar y llorar muy fuerte, pero pensé que era una reacción propia del susto y no porque un objeto se había alojado en su ojo”, recuerda Natalia.

El globo con el que jugaba Josefa tenía una luz LED en su interior, por lo que el estallido provocó que el acrílico, pilas y luces que había dentro salieran proyectadas a gran velocidad hacia su cara. En cosa de minutos se le hinchó notoriamente el ojo izquierdo, impidiéndole abrirlo, por lo que Natalia y su marido decidieron trasladarla de inmediato a la Urgencia Escolar Exclusiva de Clínica Santa María.

Tras la evaluación médica y diversos exámenes radiológicos se pudo constatar el lugar exacto donde estaba alojada una de las pilas, además de restos de acrílico y plástico. El Dr. Alex Jones, oftalmólogo de la Institución, explica que el aire comprimido que tenía el globo al momento de reventarse expulsó con tanta fuerza los objetos que éstos actuaron como balines. “Josefa tuvo suerte, ya que la pila golpeó el ojo pero dio en la órbita -en la parte superior-, y no dentro de éste donde las consecuencias podrían haber sido irreparables”, agrega.

No obstante, el desplazamiento y el calor del proyectil dañaron la conjuntiva, córnea y algunos músculos del ojo, por lo que Josefa ha requerido varias intervenciones. “Nunca imaginé las consecuencias de este accidente. Desde ese día, mi hija ha sido sometida a cinco operaciones y el Convenio Escolar ha sido de gran ayuda para ella y nuestra familia”, asegura Natalia.

A cinco meses de este incidente, Josefa realiza su vida de manera normal y se encuentra en un proceso de larga recuperación, a la espera de un trasplante de córnea. Posteriormente, será necesario instalar un lente intraocular que le permita recuperar la visión parcial del ojo accidentado.

Los globos LED son considerados potencialmente peligrosos para la población. Por esta razón, su comercialización está prohibida por un decreto del año 1999 del Ministerio de Salud, que impide la inyección de gases u otros elementos que puedan constituir un riesgo para la salud en globos de adorno o entretención.

El Convenio Escolar de Clínica Santa María cubre los gastos derivados de accidentes traumáticos, considerando la primera consulta y todas las atenciones necesarias (ambulatorias, urgencia y hospitalización) con un tope de $22 millones. Cuenta con el respaldo y garantía de un equipo de profesionales altamente calificados, avanzada tecnología, una Urgencia Escolar Exclusiva, rescate aéreo en helicóptero en caso de riesgo vital, además de cobertura internacional en caso de sufrir un accidente fuera del país.
 

Marzo 2017


olga_gajardo

Olga Gajardo

"El cambio fue impresionante, cuando abrí los ojos veía en forma nítida"

Hace cinco años, Olga Gajardo (54) se realizó por primera vez un chequeo oftalmológico. “Nunca había tenido problemas, pero me di cuenta de que ya no veía normal, me costaba leer y en la noche se me hacía difícil manejar”, recuerda. 

El especialista le diagnosticó un grado moderado de presbicia, por lo que Olga empezó a utilizar lentes ópticos para leer y conducir, con la indicación de controlarse anualmente. Así, todos los años necesitó cambiar sus anteojos, porque requería de mayor aumento para ver bien. 

Cansada de esta situación, Olga le preguntó a su doctor si podía optar a una operación para mejorar su vista, pero el médico sólo le recomendó usar lentes de contacto, ya que los resultados de una cirugía eran irreversibles y no estaban garantizados. Con esta respuesta, nunca se motivó a buscar una segunda opinión. 

“En una reunión de trabajo me di cuenta de que una persona notoriamente mayor que yo leía sin dificultad. Curiosa, le pregunté si tenía problemas a la vista y me comentó que veía perfecto porque se había operado de presbicia en con el Dr. Antolin Losada en Clínica Santa María”, recuerda.

Esta experiencia la entusiasmó y, de inmediato, reservó hora con el especialista. “El Dr. Losada cambió completamente mi panorama y me explicó que recientemente se había desarrollado una nueva alternativa para tratar la presbicia, pero que estaba indicada sólo para algunos pacientes”, cuenta Olga.

Su deseo de encontrar una solución definitiva no obedecía a un tema estético o al simple hecho de no querer usar anteojos. “Ver mal afectaba mi calidad de vida y algunas cosas tan cotidianas se volvieron desafíos para mí. No podía leer los precios en el supermercado y dejé de usar reloj porque no veía la hora. El último tiempo, incluso, tenía que usar los lentes de coser de mi madre, de 78 años”, recuerda acongojada.

De esta manera, se realizó todos los exámenes que le pidieron y esperó ansiosa el llamado del Dr. Losada, quien a los pocos días le confirmó que era la primera paciente apta para ser sometida a este innovador procedimiento: Cirugía corneal binocular con láser excimer. 

Así, en febrero de este año, Olga fue sometida a una operación ambulatoria que duró cerca de 20 minutos, tras la cual volvió a su casa con la indicación permanente de utilizar anteojos de sol para no exponerse a los rayos UV y controlarse en forma periódica.

“El cambio fue impresionante, cuando abrí los ojos veía en forma nítida. El Dr. Losada fue muy claro conmigo respecto de los resultados y posibles consecuencias, lo que me dio seguridad y me quitó los temores que le tenía a la cirugía. Han pasado siete meses y no he tenido ninguna molestia, ya no uso lentes, veo perfecto y no tengo presbicia. Estoy feliz”, finaliza la paciente. 

 

Septiembre 2014

antolin

La presbicia es la incapacidad para enfocar de cerca y afecta a todas las personas a partir de los 40 años. Hasta ahora, este vicio refractivo se trataba mediante el uso de anteojos, cirugía láser monofocal o con implantes de lentes multifocales. 

Desde este año, Clínica Santa María está a la vanguardia en cirugía refractiva, ofreciendo una nueva opción que complementa las existentes. Se trata de la cirugía corneal binocular con láser excimer, que consiste en realizar una cirugía lásik en la cual se genera una córnea multifocal y se intervienen ambos ojos para crear una visión binocular. La multifocalidad puede ser revertida con una nueva cirugía, conservando la visión de lejos sin corrección.

“A diferencia de los implantes, este tipo de cirugía es menos invasiva, no se introducen sustancias y puede ofrecer mejores resultados a un grupo específico de pacientes. Además, una característica importante frente a otras técnicas es su reversibilidad”, explica el Dr. Antolin Losada, oftalmólogo de Clínica Santa María.

Para optar a esta cirugía, la persona con presbicia debe reunir ciertas características, como ser présbita, tener una córnea y pupilas normales y poseer un defecto visual moderado. “Otro de los aspectos fundamentales es la motivación, es decir, que la razón para someterse a esta cirugía sea funcional y no estética, como en el caso de Olga Gajardo”, enfatiza el especialista.

La cirugía corneal binocular con láser excimer mostró excelentes resultados en esta paciente y se espera que constituya una nueva alternativa, especialmente en personas más jóvenes. “Con esta técnica no se busca reemplazar la cirugía láser monofocal ni los implantes, sino que contar con más herramientas para cubrir las necesidades visuales de nuestros pacientes”, finaliza el Dr. Losada.

Dr. Antolín Losada, Oftalmólogo de Clínica Santa María.