A pesar de ser una enfermedad muy común, existen conductas que se pueden modificar para evitarla. Sigue leyendo para saber qué hábitos pueden ayudarte a prevenirla.
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa, es decir, las células del sistema nervioso central no funcionan o mueren. Esto provoca un declive de las funciones cognitivas de la persona y con el tiempo puede llegar a desencadenar un cuadro de demencia. Comúnmente se presenta en las fases avanzadas de la vida, siendo más frecuente su aparición a partir de los 65 años.
Dos proteínas que se depositan en la corteza cerebral son las responsables del progresivo deterioro de la memoria y el pensamiento, el cambio en el comportamiento y la disminución de las habilidades sociales. Estas interfieren en el funcionamiento normal de las neuronas impidiendo la correcta comunicación entre ellas, llevándolas a la degeneración y posterior muerte.
“El deterioro de la memoria es el síntoma inicial más común del Alzheimer, siendo la memoria a corto plazo (la memoria reciente) la más afectada”, explica la Dra. María Teresa Espinoza. Luego, suelen presentarse dificultades con el vocabulario y la comprensión de conceptos. En estados más avanzados se ve afectada la función ejecutiva, la que nos ayuda a realizar varias tareas de forma simultánea. A medida que el Alzheimer progresa, el paciente puede presentar síntomas neuropsiquiátricos como agresividad, agitación, apatía, desapego social, irritabilidad o depresión, etc.
Cambio de hábitos
Existen factores de riesgo que pueden predisponer a una persona a tener esta enfermedad, siendo los más importantes la edad y los antecedentes familiares. Sin embargo, existen factores modificables, sobre los que podemos actuar para prevenir el Alzheimer, como la salud cardiovascular, tabaquismo, sedentarismo, una dieta poco saludable, y la poca actividad cognitiva y social.
En Clínica Santa María contamos con un equipo de expertos en Geriatría y Neurología con basta experiencia en esta patología, el que analiza la mejor opción de tratamiento para cada paciente, evaluando los factores de riesgo que puedan afectar su memoria como la salud mental, trastornos metabólicos y otros.
Con la colaboración de la Dra. María Teresa Espinoza, Geriatra de Clínica Santa María.