Se tomó la cabeza con ambas manos y cayó desmayada en la consulta médica. Fue así como el
Dr. Lautaro Badilla, neurorradiólogo intervencional de Clínica Santa María, se dio cuenta de que a su paciente se le había roto el aneurisma cerebral que le habían descubierto hace algunos días.
Luego de que su amiga y compañera de trabajo la presionara para que consultara por sus fuertes dolores de cabeza, molestia en los ojos y rigidez de cuello, Marcela González, colaboradora de Pre Admisión de Clínica Santa María, llegó al Servicio de Urgencia de la Institución.
Después de contarle al médico cómo se sentía, y que su madre y tía habían fallecido por un derrame cerebral, el especialista ordenó la realización de una angioresonancia cerebral, que evidenció un aneurisma no roto, localizado en la arteria basilar.
Ya con un claro diagnóstico, Marcela llegó el 4 de diciembre de 2018 a la consulta del Dr. Badilla, acompañada de su marido. El especialista les explicó que recomendaba efectuar cuanto antes una intervención para sellar ese aneurisma. Sin embargo, de forma repentina, el dolor de cabeza de la paciente se volvió insoportable y cayó desmayada. “De inmediato me di cuenta que su aneurisma se había roto y echamos a andar todo el sistema que tenemos disponible 24/7 para resolver la urgencia”, recuerda el experto.
Un scanner confirmó prontamente la hemorragia subaracnoidea, por lo que rápidamente fue trasladada al Centro de Terapia Endovascular de la Clínica, donde el Dr. Badilla llevó a cabo la operación endovascular, sellando con coils el aneurisma, con la ayuda del angiógrafo biplano 3D más moderno de América Latina. Dos horas más tarde, Marcela se recuperaba sin ninguna secuela.
“Los aneurismas son dilataciones anormales de las arterias cerebrales, que van creciendo y se pueden llegar a romper. Se trata de un proceso lento, que generalmente tarda entre 10 y 15 años, pero cuando se produce la ruptura el riesgo vital es muy alto”, explica el Dr. Badilla, y agrega: “Aproximadamente un tercio de los pacientes fallece en el momento, el otro tercio queda con secuelas y la tercera parte más afortunada, si se actúa de forma rápida, se logra recuperar por completo. Lo óptimo por supuesto es detectarlos y tratarlos antes que se rompan”.
Marcela González ya empezó a retomar sus actividades, el 11 de marzo se reincorporó al que es su trabajo desde hace 9 años, por ahora con media jornada. “Tuve suerte, estaba en el lugar y el momento adecuado. Agradezco profundamente las circunstancias y la rapidez con que actuó todo el equipo de la Clínica”, comenta.
Según los especialistas, al menos un 2% de la población puede desarrollar un aneurisma. Estos pueden crecer y romperse más frecuentemente en personas que fuman, que son hipertensas o no tienen controlada su presión arterial, también son un factor de riesgo las drogas y algunos medicamentos, así como el hecho de ser mujer o tener antecedentes familiares de aneurismas cerebrales.