Magdalena fue sometida a una reconstrucción del ligamento cruzado anterior y una sutura en los meniscos.
Mientras participaba en un campeonato de voleibol, Magdalena Nacrur, de 22 años, realizó un salto que le provocó un intenso dolor en la rodilla izquierda e imposibilidad de movimiento, por lo que acudió al Servicio de Urgencia
de Clínica Santa María.
Al llegar, le solicitaron una resonancia magnética que evidenció inestabilidad de rodilla, una condición en que la persona afectada pierde uno o más ligamentos de esta articulación que une el fémur con la tibia.
“El diagnóstico confirmó una rotura del ligamento cruzado anterior, que estaba acompañada de una lesión del cuerno posterior de uno de los meniscos, el medial, por lo que Magdalena requería solución quirúrgica”,
explica el Dr. José Antonio Alemparte, jefe de traumatología de rodilla de Clínica Santa María.
Llevar a cabo esta cirugía significó realizar una reconstrucción del ligamento cruzado anterior con una técnica de refuerzo llamada “reconstrucción anterolateral”, para evitar futuras lesiones.
El postoperatorio no tuvo inconvenientes. “En un principio, la rehabilitación significó 10 sesiones de Kinesiología, para luego terminar con un tratamiento de reinserción a la actividad deportiva por unos meses”,
afirma Magdalena.
Es fundamental este proceso porque le permite a la persona recuperarse y sentirse en un estado de seguridad respecto al riesgo de volver a tener una lesión en esa rodilla, o incluso en la otra.
“Tuve una muy buena experiencia, todos estaban súper preocupados. Si tuviera que elegir de nuevo la clínica, lo volvería a hacer. Estoy muy agradecida con el equipo y el doctor”, menciona Magdalena.
Clínica Santa María cuenta con tecnología de última generación y un equipo de traumatólogos expertos en rodilla, que ofrecen los mejores tratamientos para las distintas patologías que afectan a esta articulación.