Las prótesis de cadera comenzaron a utilizarse a fines de la década de los 60, transformándose en la cirugía ortopédica más revolucionaria del siglo XX. Clínica Santa María cuenta con traumatólogos especialistas en cadera, con amplia experiencia en la realización de este tipo de procedimiento.
La cadera es la articulación donde se une el hueso del muslo con el de la pelvis. Cuando está sana, es muy estable y difícil lastimarla. Sin embargo, hay un grupo de patologías que, a largo plazo, harán que la persona requiera de una prótesis total de esta articulación. “Entre ellas, hay algunas degenerativas, producidas por desgaste y envejecimiento de la cadera, enfermedades de la infancia como la displasia, problemas de circulación, tumores, secuelas de enfermedades infecciosas y ciertos tipos de fractura”, explica el Dr. Hugo Azócar, traumatólogo de Clínica Santa María.
En Chile anualmente se realizan alrededor de 7.500 cirugías de prótesis de cadera. Esto se debe al aumento en la expectativa de vida y, con esto, la prevalencia de enfermedades osteoarticulares que provocan inflamación en la articulación, que incluyen patologías como artrosis, artritis y osteoporosis.
Este tipo de enfermedades pueden volverse muy invalidantes. El dolor se hace cada vez más intenso y la persona afectada pierde movilidad en la cadera de forma progresiva, dificultando actividades sencillas y cotidianas, como ponerse los calcetines o amarrarse los zapatos, por lo que es el propio paciente quien advierte la necesidad de una consulta médica.
La prótesis total de cadera devuelve la buena calidad de vida a los pacientes, permitiéndoles caminar sin dolor y retomar todo tipo de actividades, incluso deportivas.
“La experiencia de los especialistas y la calidad de los materiales que se utilizan permiten una mejor fijación de la prótesis al hueso y, por consiguiente, una mayor duración de ésta. En Clínica Santa María tenemos excelentes expertos y la mejor tecnología. Además, en el último tiempo se han desarrollado técnicas mínimamente invasivas para poner este implante”, agrega el Dr. Azócar.
Actualmente se inicia la rehabilitación al día siguiente de la cirugía, con ayuda de dos bastones, un andador o burrito. La adecuada rehabilitación kinésica es fundamental durante las primeras semanas, logrando de forma progresiva el retiro de bastones, la recuperación de la fuerza muscular y la seguridad e independencia del paciente. Esto permite una rápida reincorporación y una recuperación total entre tres y seis meses, explica el especialista.
Con la colaboración de: Dr. Hugo Ázocar, traumatólogo equipo de cadera.