Es importante que los padres tengan en cuenta que los cambios producidos debido a la contingencia nacional, pueden afectar a los menores. Sus rutinas diarias se han visto alteradas, lo que puede provocar en ellos inseguridad y por ende ansiedad, debido a cambios en los horarios del colegio, tiempos de movilización, etc.
Los niños están expuestos a la información que está circulando, ya sea por el entorno, los medios de comunicación o las redes sociales. Por esto, es importante que las familias contengan y guíen en el procesamiento de la información a los más pequeños, para calmarlos, darles mayor certeza y seguridad. Mariela Baquedano, psicóloga infanto-juvenil de Clínica Santa María y Bretta Palma, psicopedagoga y orientadora de la Institución, entregan algunas recomendaciones para que los adultos puedan contener a los menores, según la edad que tengan:
Preescolares: Los más pequeños no entienden lo que pasa, pero sí perciben la angustia y ansiedad a su alrededor. Lo más importante es que se sientan acogidos y contenidos por parte de su familia y/o cuidadores. Es necesario explicarles qué está pasando, siempre manteniendo la calma y con un lenguaje apropiado y acorde a su edad, de forma simple y concreta, y en función de la contención emocional.
Sobre los 7 años: Estos niños ya pueden razonar cosas concretas, si se les da ejemplos, ellos podrán entender. Es importante, que a esta edad, los adultos siempre intenten rescatar lo positivo y generar espacios de diálogo. Si un menor no emite comentarios al respecto, ni pregunta nada sobre lo que está ocurriendo, no significa que no esté confundido o asustado.
Preadolescentes y adolescentes: Son capaces de analizar y evaluar las situaciones, pero su emoción es más poderosa. Es fundamental generar espacios de conversación, siempre desde la tranquilidad y seguridad, para que los jóvenes puedan expresar lo que sienten y validar sus emociones. Si tienen miedo, los padres deben apoyarlos y no decirles que eso está mal.
Con la colaboración de: Mariela Baquedano, psicóloga infantil y Bretta Palma, psicopedagoga y orientadora.