En Chile, entre el 25% y el 35% de mujeres en edad fértil enfrentan el embarazo con sobrepeso, factor que genera un alto riesgo de que la madre desarrolle alguna patología asociada a este diagnóstico.
El trastorno del metabolismo de los hidratos de carbono pesquisado por primera vez durante el embarazo, conocido como diabetes gestacional, es una de las enfermedades más comunes en mujeres que están esperando guagua.
Esta condición se gatilla debido a la alta demanda en la producción de insulina y a la incapacidad del páncreas de soportar el significativo aumento que se le pide a la secreción de la hormona.
Se trata de una enfermedad asintomática, por lo que la Organización Mundial de la Salud recomienda a todas las embarazadas realizarse un examen de glicemia durante el primer control del embarazo, y luego durante las semanas 24 a 28, una prueba de tolerancia a la glucosa.
Algunos de los factores de riesgo de la diabetes gestacional, son el síndrome metabólico previo, el haber postergado la maternidad hasta pasados los 35 años, antecedentes familiares, sobrepeso y el sedentarismo.
Los peligros para la guagua, en general, se pueden producir en las últimas semanas del embarazo, donde aumenta el riesgo de que el feto se muestre macrosómico, es decir, mayor crecimiento fetal con sobre crecimiento del tejido sensible a la insulina. Bajo esta condición, los órganos podrían no madurar de forma adecuada. Además, la madre podría empezar con síntomas de parto prematuro e incluso tener un embarazo de pretérmino, pues el útero censa por volumen si es el momento del nacimiento.
Por otro lado, si la mujer tuvo diabetes gestacional, existe un 50% de probabilidades que el hijo herede la posibilidad de tener diabetes, además de riesgo cardiovascular.
Para evitar esta enfermedad, se aconseja llegar al embarazo con peso normal o con un IMC de no más de 27 y haber hecho un programa de ejercicios durante al menos 6 meses. En el caso de haber tenido diabetes gestacional anteriormente, el próximo embarazo debe ser programado.
El estilo de vida saludable es lo más relevante para el correcto funcionamiento de la insulina. El ejercicio es fundamental ya que un músculo bien entrenado, como lo es el páncreas, es capaz de usar glucosa sin tanta necesidad de insulina.
Con la colaboración de: Dra. Ana Claudia Villarroel, nutrióloga.