Mayor precaución se debe tener con lo que se come en esta época, pues las patologías estomacales tienden al alza. Por ello, para mantenerse alejados de estos problemas, es importante ser más cautos que de costumbre y cuidar la correcta higiene de los alimentos.
Durante los meses de altas temperaturas se produce un aumento de algunas enfermedades gastrointestinales, esto se debe principalmente a la mala higiene y manipulación en el cuidado de los alimentos, que pueden ser portadores de diversos virus, bacterias o toxinas.
En verano hay dos aspectos que influyen en la transmisión de este tipo de patologías. Uno es el hecho de ir de vacaciones a lugares en que las medidas de limpieza de lo que se come no son las óptimas, además de correr el riesgo de consumir agua que no es potable. Un segundo factor es el calor, ya que si se dejan ciertas comidas como postres lácteos, cremas y mayonesas a temperatura ambiente, en ellas pueden proliferar bacterias en períodos muy cortos.
“Otra aspecto que se debe considerar es el consumo de mariscos crudos, que son de alto riesgo, ya que las aguas del mar donde se encuentran están contaminadas y filtran bacterias y toxinas”, explica el Dr. Sergio Carvajal, gastroenterólogo de Clínica Santa María. A raíz de esto, las enfermedades clásicas que se ven son la salmonella, hepatitis A e infecciones gastrointestinales en general.
Síntomas
Los signos más comunes de estas enfermedades gastrointestinales son diarrea, vómitos, dolor abdominal, fiebre y deshidratación. Dependiendo del microorganismo que afecte a la persona, los síntomas pueden ser leves o violentos.
Tratamiento
Si el cuadro es leve, las molestias pueden desaparecer en un par de días y se suele indicar dieta, hidratación y medicamentos orales. Sin embargo, si los síntomas son intensos y adicionalmente la persona tiene alguna otra enfermedad de base importante (diabetes, insuficiencia renal, problemas cardíacos, etc.), o bien se trata de menores o adultos de la tercera edad, se debe consultar tempranamente con un especialista.
“Habitualmente el peligro es la deshidratación, por lo que en casos graves se hace necesaria la hospitalización, donde al paciente se le administra hidratación endovenosa y algunas veces antibióticos”, explica el Dr. Carvajal.
Con la colaboración de: Dr. Sergio Carvajal, gastroenterólogo.