El futbolista profesional Braulio Leal vivió probablemente por muchos años con una malformación vascular cerebral y nunca presentó síntomas. Acudir a Clínica Santa María, luego de sufrir una convulsión, fue clave para descubrir qué le pasaba y realizarle el tratamiento adecuado.
La madrugada del 23 de noviembre pasado, Verónica Montoya, señora del futbolista del equipo San Luis de Quillota, despertó abruptamente mientras él sufría una crisis convulsiva. Como es enfermera logró estabilizarlo y pedir una ambulancia que los trasladó al centro de atención primaria más cercano.
Tras evaluar sus signos vitales y realizarle un electrocardiograma, el médico de turno les indicó que Braulio estaría en observación por treinta minutos para ser dado de alta. Verónica decidió entonces consultar en Clínica Santa María para una nueva evaluación.
En el Servicio de Urgencia fue atendido por un neurólogo, se le practicaron los exámenes de rigor y un scanner cerebral, que evidenció la presencia de una anomalía vascular cerebral. A continuación, el Dr. Lautaro Badilla, neurorradiólogo intervencional de Clínica Santa María, realizó una angiografía cerebral selectiva, que confirmó y mostró en su detalle una voluminosa malformación vascular cerebral con dos grandes aneurismas. Se determinó que era necesario intervenirlo.
Al día siguiente, el futbolista fue operado por el Dr. Badilla en el Centro de Terapia Endovascular de Clínica Santa María. El procedimiento, denominado microembolización cerebral, duró aproximadamente cuatro horas. Consistió en la embolización de los aneurismas y permitió, además, sellar aproximadamente un 50% de la malformación.
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“La atención ha sido muy buena. Siempre están preocupados por mí y tengo contacto con los doctores por si llegara a presentar algún síntoma. Realmente me encontré con un equipo de neurólogos espectacular, me dieron una segunda oportunidad”, destacó el deportista.
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“Al principio me dijeron que no podría volver a jugar fútbol profesional, pero ahora el pronóstico es favorable, en enero me hicieron una resonancia y tenía el 90% de la malformación cicatrizada”, explicó el deportista. En abril se realizará una nueva angiografía, que definirá su futuro profesional.
“El doctor me explicó que el 0,1 % de la población puede tener esta condición y la mayoría no se entera hasta que tiene un accidente cerebrovascular. Afortunadamente la convulsión me permitió detectarla a tiempo”, señaló Braulio.
El Dr. Juan Andrés Pastén, neurólogo de Clínica Santa María, controla al futbolista de forma regular. Como no ha tenido ningún síntoma luego de la intervención, lo autorizó para que volviera a entrenar con su equipo, pero teniendo ciertos resguardos, como no cabecear ni exponerse a golpes mayores.