Corina Norambuena, de 82 años, viajó desde Talca para efectuarse un examen y un procedimiento. Sin embargo, mientras se encontraba internada sufrió cinco paros cardiorrespiratorios. Estar en el lugar indicado, junto con las capacidades profesionales y tecnológicas de El Centro del Corazón, salvaron su vida.
Ingresó al Servicio de Urgencia en septiembre del año pasado por un adenoma de la vía biliar, el tumor benigno fue permeabilizado mediante una prótesis biliar por el Dr. Claudio Navarrete, médico Jefe del Servicio de Cirugía de Clínica Santa María.
En abril Corina regresó a la Clínica, ya que debía realizarse un examen donde el especialista evaluaría la posibilidad de extirpar el tumor, el resultado fue bueno y la intervención se llevó a cabo sin ninguna complicación. La paciente debía quedar internada y podría irse al día siguiente.
Sin embargo, en la noche tuvo fiebre, por lo que extendieron su hospitalización. Dos días después, mientras los especialistas evaluaban el alta médica, Corina sufrió el primero de cinco paros cardiorrespiratorios. De inmediato llegó un equipo de asistencia, integrado por doctores y enfermeros, y se activó el protocolo de reanimación.
“La causa de estos paros cardiorrespiratorios repeditos eran trombos, que habitualmente se originan en el sistema venoso profundo, los cuales viajaron por el torrente sanguíneo, se alojaron en las arterias pulmonares y las bloquearon”, explica el Dr. Pablo Pedreros, cardiólogo de Clínica Santa María.
Corina fue trasladada a la Unidad del Paciente Crítico Cardiovascular, donde se le realizó el diagnóstico y fue intervenida. La cirugía, que consistió en la aspiración y disolución de los coágulos, duró dos horas. “El corazón volvió a latir de forma efectiva y la paciente se recuperó satisfactoriamente”, relata el especialista.
Poco más de dos semanas estuvo hospitalizada antes de poder volver a Talca con sus 4 hijas, 9 nietos y 7 bisnietos. “Me sentí muy acompañada en la Clínica, la atención fue excelente. Los doctores son verdaderas eminencias, yo siempre les decía que tenían las manos benditas”, recuerda Corina, y agrega: “El Dr. Pedreros siempre tuvo la mejor disposición para explicarnos todo, nunca dijo que no, su preocupación, al igual que la del Dr. Navarrete y de quienes me reanimaron fue impresionante”.
Además, Corina y su familia hacen hincapié en el trabajo de todos los colaboradores de la Institución, “las personas que hacían el aseo, secretarias, enfermeras, doctores, kinesiólogos, todos nos trataron siempre de forma muy amable, se siente la calidad humana de quienes trabajan en la Clínica”, destaca.
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Actualmente Corina lleva una vida normal y lo que la tiene más contenta es que en unos meses más podrá retomar sus clases de natación, una de sus grandes pasiones.
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El Centro del Corazón es referente a nivel nacional en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades cardíacas. Reúne a expertos que abordan de forma multidisciplinaria diversas patologías, entregando una atención continua a lo largo de la evolución del paciente con tratamientos preventivos, mínimamente invasivos o de alta complejidad.