La contaminación, mala ventilación y cambios de temperatura hacen que en invierno aumenten las enfermedades respiratorias. Para varias de ellas el tratamiento consiste en el uso de inhaladores, pero ¿cómo utilizarlos de manera correcta?
Existen enfermedades respiratorias como el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y el síndrome bronquial obstructivo, cuyo tratamiento más efectivo depende del buen uso de inhaladores, para así aliviar de forma directa las vías aéreas afectadas.
El tipo de inhalador se indica según la patología bronquial que afecta al paciente, existen algunos en forma de aerosol y otros que dispensan el medicamento como polvo seco. Sin embargo, el resultado del tratamiento depende del buen uso que el paciente haga del inhalador. Es fundamental que éste sea usado regularmente y en la dosis recomendada.
Uno de los errores más frecuentes por parte de los pacientes con asma es dejar de lado el inhalador antiinflamatorio, que es el que controla la enfermedad, y abusar de broncodilatadores como el salbutamol, que solo es un medicamento de rescate.
Algunas de las consecuencias de esto último son temblores musculares, palpitaciones y aumento de la frecuencia cardíaca.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que los inhaladores no están indicados en el resfriado común ni como alivio de la tos aguda, ya que no se ha demostrado su beneficio en estos casos. Su utilización sólo debe realizarse con prescripción médica.
Los pasos para el correcto uso de un inhalador son:
1. Agita el dispositivo antes de ocuparlo.
2. Haz una inspiración lenta y larga.
3. Contén el aire después de la inhalación.
4. Exhala fuera de aerocámara dispensador.
5. Repite si es necesario, según lo indicado por el médico tratante.
Con la colaboración de: Dr. Patricio Jiménez, broncopulmonar de Clínica Santa María.