Para realizar un TMO es necesario un experto equipo médico, y una infraestructura y tecnología adecuadas para tratar a los pacientes. En Clínica Santa María se han efectuado cerca de 200 trasplantes de médula ósea en sus diversas modalidades, desde el año 2004, siendo una institución líder en este tipo de procedimientos.
A comienzos de 2009, tuvo un resfrío que además se manifestó con dolor de huesos y una fuerte molestia en la zona de la ingle. Ante estos síntomas consultó con un médico en Temuco que le diagnosticó leucemia linfoblástica aguda.
Sergio tiene 39 años y es carabinero. Hace 13 años es parte de esta Institución, cumpliendo labores operacionales, de tránsito y velando por la seguridad pública, actividades que se vieron interrumpidas al enterarse de su enfermedad, ya que fue trasladado de urgencia al Hospital de Carabineros en Santiago y, posteriormente, comenzó un tratamiento con quimioterapia.
Tras una leve una mejoría volvió a su ciudad, sin embargo, tuvo una recaída y esta vez fue trasladado a Clínica Santa María. “Al comienzo me sentí súper mal y me decaí. Pero después saqué fuerzas y dije: <el cáncer no me la puede ganar, voy a luchar hasta el final>”, recuerda.
El Dr. Cristián Carvallo, médico jefe del Servicio de Oncología, le planteó la posibilidad de hacer un trasplante de médula ósea para reponer y restablecer la función de las células madre de su organismo, que estaban dañadas por la leucemia.
Existen dos tipos de trasplante de médula ósea, uno del tipo autólogo donde se utilizan células del propio paciente y otro alogeneico en que se usan las de un donante con compatibilidad inmunológica. Frente a la complejidad de encontrar donantes 100% compatibles, existe una técnica llamada de tipo haploidéntico, que permite realizar un TMO con un donante que es sólo 50% compatible con el paciente.
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“El apoyo médico y del personal de la Clínica fue primordial para mi recuperación, gracias a ellos logré salir adelante. Además, quiero agradecer a Carabineros de Chile por la ayuda incondicional y por financiar mi tratamiento”, finaliza Sergio.
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Este último procedimiento se le realizó a Sergio, usando células madre de su hermana, que era inmunológicamente compatible. “Esto nos ha unido aún más como hermanos, ella me dio una nueva vida”, reflexiona. A casi un año del trasplante, Sergio comenta que se ha sentido muy bien, continúa con medicamentos y controles periódicos.