Es un defecto de la pared abdominal en la región inguinal. En el caso de los hombres, aparece donde transita el cordón espermático y en la mujer en el ligamento suspensor del útero. Al existir una mayor presión intraabdominal, los tejidos tienden a buscar una salida por ese defecto.
Los pacientes en general consultan por malestar inguinal o testicular, o por un evidente aumento de volumen (bulto), el que muchas veces no genera dolor. “El bulto será probablemente más obvio cuando se está de pie y, generalmente, la persona lo puede sentir si pone la mano directamente sobre el área afectada”, explica el Dr. Agustín Álvarez, cirujano general y digestivo de Clínica Santa María.
No se trata de una condición potencialmente peligrosa. Sin embargo, es necesario consultar con un especialista, quien podrá diagnosticar si ésta puede provocar complicaciones o mejorar por sí sola. Es probable que el médico recomiende una cirugía para reparar una hernia que es dolorosa o se agranda.
Factores de riesgo:
•Ser hombre, ya que son ocho veces más propensos a desarrollar una hernia inguinal que las mujeres.
•Ser adulto mayor, pues los tejidos también van envejeciendo.
•Antecedentes familiares.
•Tos crónica.
•Constipación crónica: provoca un esfuerzo durante las evacuaciones intestinales.
•Embarazo: puede debilitar los músculos abdominales y causar más presión.
•Una reparación de hernia inguinal previa.
•Antecedente de cirugía de próstata.
Prevención:
•Mantener un peso saludable.
•Incorporar en la dieta alimentos ricos en bra.
•Hacer ejercicios bien dirigidos y elongar correctamente.
•No fumar.
•Visitar a un urólogo ante síntomas de la próstata o a un coloproctólogo si
hay estreñimiento.
Con la colaboración de: Dr. Agustín Álvarez, cirujano general y digestivo; jefe de la Unidad de Hernias.