El melanoma es un cáncer de las células de la piel que generan un pigmento denominado melanina. Puede aparecer sin aviso en una piel normal, en una mancha oscura o en un lunar, por eso, es importante el control de rutina con un dermatólogo.
El pronóstico de una persona que presenta cáncer de piel, depende fundamentalmente del momento en que se realiza el diagnóstico. Si un melanoma se identifica de forma precoz, por lo general es bueno.
El tratamiento de un lunar maligno dependerá de su estado. Si es incipiente, casi siempre basta con la extirpación de la lesión. Por ello, el autoexamen y el control rutinario son tan relevantes. Adicionalmente, se pueden tomar medidas preventivas como no exponer los lunares al sol, con la ayuda de sombreros y cremas con factor de protección solar superior a 30.
Con el tiempo, es normal que aparezcan lunares nuevos o que los existentes vayan cambiando en forma progresiva. Lo importante es que éstos no se vuelvan malignos. En este sentido, existe un parámetro muy útil que es el ABCDE de los lunares, donde cualquier cambio repentino, puede ser el aviso de un melanoma maligno o cáncer a la piel:
- Asimetría: Lunares donde al trazar una línea imaginaria en su mitad, se ven asimétricos.
- Borde: Lunares con bordes irregulares.
- Color: Lunares con más de tres colores.
- Diámetro: Lunares con más de 6 mm de diámetro.
- Extensión: Lunares que con el tiempo aumentan de tamaño, forma, color, o que pican, duelen, arden o sangran.
Con la colaboración de: Dra. Hilda Rojas, dermatóloga.