Están disponibles en todas las farmacias del país. Se trata de medicamentos igual de efectivos que los originales, pero considerablemente más económicos.
Se reconocen por un sello de color amarillo, con la leyenda “Bioequivalente” en su envase. Son medicamentos que tienen el mismo efecto que el producto farmacéutico original. Su eficacia está certificada por el Instituto de Salud Pública, por lo tanto, poseen los mismos principios activos que uno de marca y producen igual efecto terapéutico, ya que ambos llegan con similar velocidad al torrente sanguíneo.
No obstante, no todos los medicamentos cuentan con un símil bioequivalente. Por esta razón, el ISP tiene a disposición pública un listado de fármacos que poseen certificación y que corresponden a píldoras orales de liberación inmediata. Entre los que se encuentran disponibles hay anticoagulantes, analgésicos, antiinflamatorios, antidepresivos y drogas para el tratamiento del cáncer, diabetes y Parkinson, entre otras enfermedades.
¿Cuál es la principal diferencia?
Un medicamento bioequivalente puede costar hasta 20 veces menos que uno de marca, lo que beneficia a quienes sufren de enfermedades crónicas y deben tomar fármacos en forma diaria. En el caso de los medicamentos de venta directa, es el químico farmacéutico quien debe informar sobre la existencia de un bioequivalente. Para los que se venden sólo con receta, es el médico tratante quien debe especificar el componente que está indicando para que el paciente pueda adquirir el bioequivalente certificado.
Y los genéricos...
Un medicamento genérico es aquel que se comercializa bajo el nombre del principio activo que contiene, es decir, no tiene un nombre de fantasía. Es importante destacar que no todos los medicamentos genéricos han demostrado bioequivalencia.
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