Es una patología que, si se pesquisa a tiempo, tiene un 95% de probabilidad de ser curada. Por esto es tan importante que las mujeres tomen conciencia de la relevancia de la mamografía y se controlen anualmente con un especialista.
El cáncer de mama es el crecimiento anormal de algunas células mamarias, las que se dividen más rápido que las células sanas y se pueden acumular formando un bulto o una masa. Existen distintos factores de riesgo que pueden aumentar su incidencia, como tener antecedentes familiares, menstruación a muy temprana edad, lactancia materna breve, edad avanzada al momento del primer parto, entre otros.
En octubre se conmemora el mes de la sensibilización contra esta enfermedad, con el objetivo de que las mujeres mayores de 40 años tomen conciencia de la importancia de realizarse sus chequeos médicos una vez al año y así detectar a tiempo una enfermedad que muchas veces puede ser fatal.
Especialmente tras la pandemia, muchas personas pospusieron o suspendieron sus exámenes de rutina, situación que tiene muchos riesgos. “El llamado es a que las mujeres retomen lo antes posible sus chequeos, ya que cuando uno diagnostica el cáncer de mama en estadio 1, la sobrevida en los primeros 5 años es del 99%. En cambio, cuando pesquisas el cáncer en etapa 4, la sobrevida es de 28%”, explica la Dra. Julieta Robin, cirujana de mama de Clínica Santa María.
¿Cómo lograr una detección temprana?
Se recomienda que todas las mujeres mayores de 40 años se realicen una mamografía al año. En algunos casos puede ser indicada antes.
¿Cuáles son los síntomas de alerta?
Si notas un bulto en una o ambas mamas, cambios de tamaño, textura de la piel o color del seno, enrojecimiento de la piel, entre otras señales.
Clínica Santa María cuenta con un equipo que trabaja de forma multidisciplinaria, con el objetivo entregar una atención médica integral, eficiente y acogedora, a través del respaldo de profesionales altamente calificados y la más avanzada tecnología para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades mamarias.
Con la colaboración de la Dra. Julieta Robin, cirujana oncológica de mama de Clínica Santa María.