Estos nuevos planes de pérdida de peso, como la dieta cetogénica, paleo, Dukan, entre otras, prometen resultados espectaculares, sin embargo, y por lo general, estas dietas no son saludables, pues no tienen como resultado la pérdida de peso a largo plazo, ni cuentan con el suficiente respaldo científico para que se pueda comprobar que no son dañinas para la salud.
Son regímenes estrictos, donde el aporte de calorías y carbohidratos es muy bajo, lo que conlleva riesgo de hipoglicemias (bajas de azúcar en sangre), mareos, dolor de cabeza y hasta desmayos. La mayoría busca un descenso de peso exagerado en un período de tiempo muy corto, a expensas de masa muscular y de líquido, lo que muchas veces implica un efecto rebote, donde la persona recupera el peso perdido e incluso mucho más, en corto tiempo.
Algunas de las dietas de moda son:
• Dieta cetogénica: Alta en el consumo de grasas y baja en carbohidratos.
• Dieta paleo: Se basa en fuentes alimenticias consumidas por los humanos durante la era paleolítica.
• Método Dukan: Basado en el consumo masivo de proteínas.
• Dieta de la piña: Promete bajar cinco kilos en tres días comiendo únicamente esta fruta.
La Dra. Ana Claudia Villarroel, nutrióloga de Clínica Santa María, señala que “estas dietas no nos enseñan a alimentarnos de manera equilibrada. Nuestro organismo necesita de todos los nutrientes para poder funcionar de manera correcta. Lo que debemos hacer es aprender a comer, saber qué alimentos, las cantidades y con qué frecuencia debemos consumirlos”, puntualiza.
La pérdida de peso saludable es aquella que se logra de forma paulatina a lo largo del tiempo, con un plan de alimentación que se adapte a los gustos y preferencias del paciente y a su vez ayude a bajar de peso de manera saludable, siempre de la mano de un especialista que pueda guiar el proceso.
“El primer paso para una alimentación saludable es eliminar los alimentos procesados, o al menos disminuirlos”, añade la especialista. Además, explica que eso es lo que tienen en común todos los patrones alimentarios estudiados que demuestran beneficios en peso, prevención de enfermedades crónicas y calidad de vida. “Está demostrado que mientras más alimentos procesados coma la gente, tendrán más hambre, más avidez por comer alimentos calóricos y poco nutritivos, y habrá más sensación de adicción a la comida”, finaliza la nutrióloga de la Institución.
Con la colaboración de: Dra. Ana Claudia Villarroel, nutrióloga.