Un infarto al miocardio produjo una insuficiencia cardíaca avanzada en el paciente, quien no tenía antecedentes de enfermedad al corazón. Las secuelas de esta condición, hicieron que necesitara de un trasplante de este órgano para seguir viviendo.
La historia de José Obreque, de 43 años, comienza cuando en marzo de 2019 sintió un fuerte dolor en el pecho. En un principio no lo tomó en cuenta, sin embargo, éste
aumentó rápidamente, por lo que llamó a una ambulancia.
Fue llevado a otra institución de salud, donde fue reanimado. José había sufrido un infarto al miocardio que afectó gran parte de su ventrículo izquierdo, producto de ello, presentó un cuadro denominado insuficiencia cardíaca, el que básicamente, consiste en que el corazón está tan debilitado que no puede cumplir con sus funciones básicas, es decir, bombear sangre rica en oxígeno al resto del cuerpo de forma eficiente.
El paciente fue derivado a Clínica Santa María, donde luego de estudiarlo, el equipo de salud llegó a la conclusión de que la única solución era un trasplante cardíaco. “El
infarto fue tan grande, que un cuarto de mi corazón quedó dañado. No podía caminar
más de dos metros sin quedar agotado, me faltaba el aire, no tenía vida”, recuerda José.
Luego de dos meses en lista de espera nacional, le avisaron que había llegado un
órgano compatible y podrían operarlo. “El trasplante cardíaco consiste en reemplazar el corazón enfermo por otro sano de un donante que ha fallecido por diferentes causas, generalmente son pacientes jóvenes que no tienen problemas importantes de salud”, explica el Dr. Jongsung Lim, cardiólogo especialista en insuficiencia cardíaca y parte del equipo del Centro de Trasplante y Enfermedades Crónicas de Clínica Santa María.
Los especialistas señalan que los casos de insuficiencia cardíaca avanzada han
aumentado exponencialmente, dado que actualmente las personas viven más años y
sobreviven a otros problemas médicos cardiológicos. “Cuando se llega a un punto
avanzado, generalmente el único tratamiento disponible capaz de mejorar los síntomas, el pronóstico y la sobrevida, es el trasplante”, señala el Dr. Lim.
El paciente dice estar profundamente agradecido de la Institución, de Dios y de la familia que generosamente donó el órgano. “Gracias al equipo de trasplante cardíaco hoy puedo disfrutar una nueva vida. Son un grupo humano increíble, que se preocupa 100% de uno, te tratan como rey y te hacen sentir como en casa”, dice emocionado José Obreque.