Desde Calama y en aeroambulancia, Carlos fue trasladado hasta la Institución. Su gravedad lo llevó rápidamente a ser ingresado como prioridad nacional en la lista de espera de órganos. La generosidad de un donante y su familia y el equipo del Centro de Trasplante y Enfermedades Crónicas de Clínica Santa María, le salvaron la vida.
Carlos Estrada es venezolano, tiene 34 años y es médico de profesión. Emigró de su país para trabajar en el Hospital de Calama. Llevaba un mes en Chile cuando fue diagnosticado con el virus de hepatitis A, el que dañó gravemente su hígado y provocó que necesitara de un trasplante de este órgano.
“Es un virus relativamente inofensivo en la mayoría de los casos. Sin embargo, en mí causó una hepatitis fulminante que hizo que tuviera una falla hepática importante y necesitara de un trasplante”, explica Carlos.
Fue trasladado en aeroambulancia desde Calama hasta Clínica Santa María, donde tras su extrema gravedad, fue ingresado como prioridad nacional en la lista de espera de órganos. “Afortunadamente, algunas horas después hubo un donante y pudimos realizar el trasplante de hígado, el que pudimos llevar a cabo sin ningún tipo de inconveniente y del cual él se recuperó rápidamente”, relata el Dr. Javier Chapochnick, médico jefe del Programa de Trasplante de Órganos Abdominales del Centro de Trasplante y Enfermedades Crónicas de Clínica Santa María.
Según el Dr. Carlos Derosas, cirujano de trasplante hepático y páncreas riñón del Centro de Trasplante y Enfermedades Crónicas, la evolución del paciente ha sido muy buena.
“Llegó muy grave, con edema cerebral y un importante compromiso de conciencia. Sin embargo, gracias a nuestro equipo multidisciplinario y la generosidad de una familia que donó los órganos de su familiar fallecido, pudimos sacar a Carlos adelante”.
Ad portas de retomar su vida normal como médico y sin mayores problemas en su quehacer diario, Carlos agradece profundamente la efectividad de las políticas sanitarias del país, las que a través del protocolo de trasplante, permitieron que fuera candidato.
“Cuando desperté, los doctores me contaron lo que había pasado, fue bastante fuerte. Pero aquí hay un equipo multidisciplinario que me ayudó a superar este trastorno adaptativo. Definitivamente Clínica Santa María cumple con todos los estándares internacionales”, manifiesta Carlos.
Ahora, el paciente se está acostumbrando al nuevo estilo de vida que implica ser trasplantado de hígado. “Es un precio muy bajo. Estoy vivo, cuando podría no haberlo estado. Gracias al donante y al equipo multidisciplinario de Clínica Santa María, hoy estoy aquí”, finaliza.
Actualmente, el Centro de Trasplante y Enfermedades Crónicas de Clínica Santa María es uno de los centros privados que concentra la mayor actividad en trasplantes de órganos en Chile. Además, cuenta con un modelo de atención integral único en el país, integrado por un equipo multidisciplinario, que trabaja para entregar un tratamiento de alta complejidad y mejorar la calidad de vida de los pacientes.