En el 80% de los casos de TEA la causa es desconocida, mientras que en el 20% de los pacientes se pueden identificar factores genéticos, estructurales o ambientales.
“La prevalencia estimada de esta condición se sitúa en un 1.5% de la población infantil. Siendo más frecuente en el sexo masculino”, explica el Dr. Felipe Giacaman, neurólogo infantil de Clínica Santa María.
El grado de TEA va desde el 1 al 3, siendo este último el más severo. Esto se refleja en el lenguaje y potencial cognitivo del paciente.
El diagnóstico es clínico, y los síntomas más comunes son los trastornos de la comunicación e interacción social, patrones repetitivos y restringidos de intereses, actividades y conductas. Aun así, pueden variar según la edad y género del paciente:
- Lactante (hasta los 2 años): Rechazo alimentario, irritabilidad, contacto visual escaso y trastornos del sueño y lenguaje.
- Preescolar: Extremadamente irritable, autoagresivo, poca tolerancia a la frustración, selectividad, trastornos del lenguaje y de la conducta alimentaria. Además, le molestan los ruidos fuertes y la ropa, y tiende a caminar en
punta de pie por problemas sensoriales.
- Escolar: Existen dos tipos de niños. El primero es retraído, tímido, introvertido, solitario, usa frecuentemente dispositivos móviles, tiene dificultad para relacionarse y relatividad en el aprendizaje. Por otro lado, puede ser
hiperactivo, desregulado, explosivo, impulsivo, con problemas atencionales y conductuales y, en general tienden al fracaso escolar.
"Para evitar que los síntomas evolucionen y para tener un mejor pronóstico es fundamental que los padres, educadores y pediatras estén atentos y consulten de manera precoz", explica el Dr. Giacaman.
Clínica Santa María cuenta hace cuatro años con el Programa TEA, el cual ya tiene más de 100 pacientes. Su objetivo es impulsar a los niños y adolescentes a desarrollar de forma integral sus habilidades. Para esto, se elabora un plan de trabajo personalizado
con un equipo multidisciplinario de pediatras, terapeutas ocupacionales, fonoaudiólogos, psicopedagogos, psicólogos, neuropsicólogos, entre otros.
Con la colaboración del Dr. Felipe Giacaman,
neurólogo infantil de Clínica Santa María.