Son antiestéticas venas que se dilatan y elevan a la superficie de la piel. Esta condición es más frecuentes en mujeres que en hombres y sus principales causas son factores personales, genéticos y hormonales. ¿Es posible tratarlas? La respuesta es sí, y con muy buenos resultados.
Al menos una de cada diez personas sufre de várices en las piernas. Aparecen porque las válvulas de las venas no funcionan correctamente, haciendo que la sangre en vez de llegar al corazón, se devuelva y, en consecuencia, se dilaten las venas. Son progresivas, por lo que comenzar a tiempo un tratamiento es fundamental.
Sentir pesadez en las piernas durante la tarde, tener calambres al acostarse, notar cambios de coloración en la piel o ver tobillos y pies más hinchados de lo normal, son algunos de los síntomas a los que se debe prestar atención. En etapas avanzadas se producen cambios en la piel que pueden producir ulceras en los tobillos. Estar mucho tiempo de pie, alimentarse mal, tener una vida sedentaria y tomar algunos anticonceptivos orales, puede aumentar la posibilidad de tener problemas de circulación y desarrollar várices en las piernas.
Tratamiento
La forma de presentación de las várices va desde pequeñas venas dilatadas visibles hasta grandes venas dilatadas. En etapas iniciales representan un problema cosmético que se puede manejar con microesclerosis o bien láser transdérmico. Cuando son de mayor tamaño se pueden tratar con endo-láser o radiofrecuencia asociado a una cirugía mínimamente invasiva o de mínimo trauma. Si las várices son muy gruesas producto de una evaluación tardía, también existe la posibilidad de someterse a una cirugía, que -mediante pequeñas incisiones- permite hacer una desconexión del sistema varicoso superficial.
Clínica Santa María cuenta con una Unidad de Cirugía Vascular Periférica integrada por especialistas expertos en el tratamiento de enfermedades que afectan las arterias, venas y linfáticos de todas las regiones anatómicas, órganos y extremidades, a excepción del corazón y cerebro
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Con la colaboración de: Dr. Felipe Corvalán, cirujano vascular de Clínica Santa María.