Las vacaciones, la estimulación de las pantallas y otras actividades menos habituales durante el año son factores que afectan la regulación del sueño de los niños en verano. Mientras nos acercamos a marzo es necesario tomar medidas para que el cambio en el horario de sueño no afecte tanto a los escolares que retoman su rutina normal.
Se debe considerar que hay 3 perfiles de sueño, por eso, hay personas denominadas búhos y son quienes sienten sueño más tarde, suelen dormir poco: otras son las alondras, quienes necesitan dormir más temprano y acostumbran a activar su sueño cuando acaba la luz solar, así es como también despiertan en cuanto amanece; un tercer tipo de perfil que es el intermedio, que es con el que se identifica a la mayoría.
“Es importante saber qué perfil tiene mi hija o hijo, a veces uno se empeña en que los niños se duerman a las 8 PM y resulta que son búhos, se quedan despiertos hasta las 12 AM y batallamos para que se duerma, pero con eso solo le creamos ansiedad. Se recomienda que los estudiantes duerman entre 8 y 10 horas, pero hay algunos que con 6 están bien, por lo general son los búhos”, expuso la neuróloga infantil, Dra. Marcela Paredes.
Otro punto a considerar es el uso de pantallas antes de dormir, esto provoca un fenómeno que desconcierta al cerebro, ya que según su actividad la luminosidad de los aparatos electrónicos hace creer al cuerpo que aún es de día, por eso, los especialistas aconsejan eliminar el uso de celulares, tablets y televisores una hora antes de dormir, para que el descanso sea reparatorio.
Se recomienda comenzar una rutina en que los estudiantes se despierten y levanten más temprano al menos 3 semanas antes de su ingreso a clases, si este cambio de horario se hace de un día para otro las consecuencias para el ánimo y aprendizaje serán negativas por al menos un mes.
“Si los niños entran al colegio y no han desarrollado esta rutina se van a poner irritables, intolerantes, desconcentrados, no van a querer estudiar, se levantan malhumorados, cansados, y los niños más chicos se pueden quedar dormidos en las clases”, finaliza la doctora.
Con colaboración de la Dra. Marcela Paredes, Neuróloga infantil de Clínica Santa María.