Tener una alergia puede resultar muy molesto. Muchas veces desconocemos su origen y nos resignamos a ella. Pero en la Unidad de Inmunología y Alergias de Clínica Santa María, están disponibles todos los exámenes y tratamientos que necesitas para informarte y enfrentarlas.
Las alergias son una reacción exagerada del sistema inmune frente a un agente que es inocuo. Se puede manifestar de distintas formas: a nivel del aparato respiratorio, cutáneo, gastrointestinal, entre otros. Sus principales causas son los alérgenos del ambiente, pólenes de pasto, árboles y maleza, el ácaro del polvo de habitación, los hongos, algunos alimentos y ciertos medicamentos.
Pese a que en la Unidad de Inmunología y Alergias de Clínica Santa María se atiende a pacientes con patologías autoinmunes, inmunodeficiencias y trasplantes, mayoritariamente se estudian y tratan las enfermedades alérgicas.
¿Cuáles son las alergias más comunes y a quiénes afecta?
“Lo que más se ve dentro de la Unidad son las alergias respiratorias como la rinitis alérgica y el asma bronquial; a nivel del ojo, la conjuntivitis; en el caso de la piel, la urticaria y los angioedemas; y las alergias a medicamentos y alimentos a nivel gastrointestinal, con dolor abdominal, diarrea, vómitos e, incluso, estitiquez”, explica la Dra. María Angélica Marinovic, Inmunóloga de Clínica Santa María.
En general, quienes están más predispuestos a presentar alergias son las personas que tienen factores genéticos. Es decir, que su madre o padre sea alérgico. “Si alguno de los dos tiene algún tipo de alergia, el riesgo de que su hijo también tenga una es de un 25% a un 40%. Mientras que si ambos los son, esta cifra puede aumentar hasta un 75%”, establece la especialista.
¿Influye la contaminación?
Hay factores ambientales como la contaminación, tanto intra como extra domiciliaria, que favorecen las alergias. “Los contaminantes del ambiente dañan la mucosa respiratoria y ayudan al ingreso de alérgenos, donde la persona genéticamente predispuesta, o que ya tiene alergias, puede tener una reacción alérgica mayor”, agrega la Dra. Marinovic.
Además, se sabe que los fumadores tienen mayor riesgo de desarrollar una alergia, ya que el tabaco acrecienta la producción de un anticuerpo que está aumentado en pacientes alérgicos, que es la inmunoglobulina E.
¿Se puede prevenir?
Como forma de precaución, es importante que los niños con predisposición genética o hermanos con alergia a la proteína de la leche de vaca, y que sus madres no les pueden dar pecho, consuman una fórmula parcialmente hidrolizada durante el primer año de vida. Los alimentos que son más alergénicos en un niño son la leche, el maní, el pescado, la soya y el trigo. Mientras que en los adultos son los pescados, mariscos, la soya y el maní.
Existen algunos factores que aumentan la permeabilidad del intestino, como ciertos medicamentos (antiinflamatorios y antiácidos) con los que el paciente predispuesto debe tener mayor precaución, ya que se pueden presentar reacciones alérgicas con mayor facilidad después de ingerirlos.
Además, se debe destacar que “una alergia no se desarrolla con la primera vez que se consume, por ejemplo, un alimento. Ésta va a depender de la predisposición genética del individuo y de la frecuencia de dicho consumo”, asegura la Inmunóloga.
Investigación y tratamiento
En el laboratorio de la Unidad se estudian las alergias y se realizan exámenes para orientar el diagnóstico como el prick test (evalúa una reacción alérgica de tipo inmediata), el test de parches (evalúa reacción retardada), el test intradérmico (test cutáneo profundo en la piel) y el de provocación oral. La aplicación de los distintos tipos de pruebas depende de la evaluación del especialista y la reacción alérgica que haya presentado el paciente.
Asimismo, en el laboratorio se realiza el tratamiento de las reacciones alérgicas. Por ejemplo, en el caso de personas alérgicas al polen, a ácaros del polvo de habitación o veneno de abejas, se tratan con vacunas que contienen determinadas concentraciones de dichos alérgenos para que se hagan tolerantes a ellos.
Con la colaboración de: Dra. María Angélica Marinovic, Inmunóloga de Clínica Santa María.