Cualquier persona, independiente de su edad, puede sufrir de cálculos de la vesícula biliar. Sin embargo, es más frecuente en mujeres de alrededor de 40 años con algún grado de sobrepeso. Su diagnóstico es a través de una ecografía abdominal y realizarlo a tiempo es fundamental.
Los cálculos de la vesícula biliar son una formación sólida como una piedra, la mayoría de las veces su contenido es de colesterol. Puede ser un cálculo único o múltiples, incluso tener diferentes tamaños, desde microscópico hasta de varios centímetros.
Tienen dos efectos principales: Producen una inflamación crónica en el revestimiento interno de las paredes de la vesícula biliar, lo que con los años tiene un riesgo importante de transformarse en cáncer de vesícula. Al mismo tiempo, impiden que se vacíe normalmente la vesícula lo que se puede traducir en cuadros de dolor abdominal agudo.
Enemigos silenciosos difíciles de prevenir
Los cálculos de la vesícula biliar son frecuentemente asintomáticos, al no tener indicios pueden no ser detectados durante mucho tiempo y ese hecho hace que el riesgo de malignización sea mayor.
Los síntomas más frecuentes van desde que la comida cae mal, hasta presentar crisis de dolor al comer preparaciones con grasas y frituras. Éstas pueden ser tan severas, que incluso el paciente puede terminar en el servicio de urgencia.
“Si bien no se pueden prevenir del todo, al modificar algunos de los factores de riesgo como el sobrepeso, se puede disminuir la posibilidad de desarrollar estos cálculos. Lo que sí se puede hacer es lograr una detección precoz, mediante una ecografía abdominal, para detectar los cálculos en la vesícula en su fase asintomática, de tal manera que podamos evitar una crisis de dolor y una cirugía de urgencia, pero más importante aún es prevenir su malignización”, señala el doctor Javier Chapochnick, médico jefe del equipo de Cirugía de Hígado, Vías Biliares y Páncreas y de los Programas de Trasplante de Órganos Abdominales de Clínica Santa María.
Una cirugía efectiva y de rápida recuperación
La cirugía de vesícula o colecistectomía laparoscópica, dura aproximadamente entre 30 y 45 minutos, en ésta se extrae la vesícula por completo mediante técnica laparoscópica, dejando cuatro heridas muy pequeñas, de unos pocos milímetros.
La mayoría de las veces la hospitalización es transitoria, se realiza el procedimiento en la mañana y el paciente se puede ir de alta esa misma tarde. Se requiere de pocos días de reposo relativo, no en cama, antes de regresar a las labores normales. La única precaución es no realizar actividades deportivas por un tiempo aproximado de 10 a 12 días.
Chile tiene una altísima prevalencia de cálculos en la vesícula biliar y una de las tasas de cáncer de vesícula más altas del mundo, por lo tanto, una manera de anticipar estos problemas es mediante una ecografía abdominal de manera preventiva. Todo paciente detectado con cálculos de la vesícula biliar debe consultar con algún cirujano digestivo de manera de realizar una colecistectomía laparoscópica con el debido tiempo, así los resultados serán óptimos.
Con la colaboración de: Dr. Javier Chapochnick médico jefe del equipo de Cirugía de Hígado, Vías Biliares y Páncreas y de los Programas de Trasplante de Órganos Abdominales de Clínica Santa María.