Los lactantes que cuentan con esta deformidad craneal se caracterizan por tener la cabeza oblicua.
Otros de sus síntomas son suturas craneales abiertas, aplanamiento postero-lateral en uno de los lados de la cabeza, que generalmente tiene alopecia, adelantamiento de la oreja, abombamiento de la frente y/o de la mejilla.
“El diagnóstico es clínico y, se sugiere una evaluación periódica de la forma del cráneo y movilidad del cuello de los lactantes”, explica la Dra. Gloria Vera, fisiatra de Clínica Santa María.
Esta deformidad se debe a fuerzas mecánicas ejercidas sobre el cráneo, y pueden ser previas al parto (dentro del útero o en canal del parto) o posterior al nacimiento producto de la posición mantenida de la cabeza del lactante
hacia uno de los lados.
Factores de riesgo:
-Prenatales: Sexo masculino, primer embarazo, embarazos múltiples, parto prolongado y uso de fórceps.
- Postnatales: Recién nacido prematuro, presencia de tortícolis congénita y reducida movilidad del lactante, entre otros.
“En los primeros meses de vida, los huesos del cráneo son maleables y susceptibles a la deformación. Por eso, hasta las 6 semanas, son frecuentes las malformaciones asociadas al paso por el canal del parto. Luego, hasta los 3 meses,
la movilidad espontánea de los lactantes es escasa y no tienen control cefálico. Sin embargo, si esta persiste podría implicar otra patología”, añade la Dra. Vera.
En los últimos años han incrementado los casos, debido a la recomendación de la Asociación Americana de Pediatría de poner a los recién nacidos de espalda al dormir para disminuir el riesgo de muerte súbita.
Para evitar esta deformación, hay que realizar cambios periódicos de la posición de la cabeza, manteniendo la posición boca arriba. En el caso de los lactantes que utilizan mamadera, se deben alternar los lados cada vez
que se alimentan.
Además de lo anterior, esta malformación se puede corregir con los siguientes tratamientos:
-
Kinésico: Es necesaria para revertir la tortícolis congénita, a través de movimientos cervicales. También, ayuda a los hitos del desarrollo psicomotor, para mejorar su postura boca abajo y favorecer giros, disminuyendo
así las fuerzas mecánicas ejercidas sobre el cráneo.
-
Casco corrector: Se reserva para las plagiocefalias moderadas y severas que no han presentado mejoras tras el tratamiento con medidas posturales y terapia kinésica. El inicio de este tratamiento es factible cerca de los 6 meses de vida y es efectivo
hasta los 12 meses, aproximadamente.
-
Tratamiento quirúrgico: Se realiza cuando hay craneosinostosis y, en casos excepcionales, cuando la plagiocefalia severa persiste tras los 24 meses de vida.
El Centro Médico Pediátrico de Clínica Santa María posee un equipo médico multidisciplinario, capacitado para la detección precoz y manejo de la plagiocefalia postural.
Con la colaboración de la Dra. Gloria Vera, fisiatra infantil de Clínica Santa María.