Cirugía Vascular Periférica y Endovascular

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Nibaldo Reyes

"El resultado de la angioplastía fue excepcional”

Durante años sufrió fuertes dolores en las piernas que le impedían caminar, incluso, distancias muy cortas. Luego de buscar por mucho tiempo una solución a su problema, Nibaldo Reyes fue sometido a un procedimiento para tratar una estrechez en las arterias que irrigan las piernas (aorta e iliacas).

Nibaldo Reyes tiene 73 años y, hace al menos cinco, comenzó a experimentar molestias al caminar. Los síntomas fueron empeorando con el tiempo hasta el punto en que le era muy tormentoso desplazarse pocos metros. Tras leer un artículo que describía su sintomatología, y luego de consultar con varios especialistas pensando que se trataba de un problema traumatológico, acudió al Dr. Felipe Corvalán, cirujano vascular y endovascular de Clínica Santa María, quien después de evaluarlo rigurosamente y solicitar una serie de exámenes, le entregó una respuesta.

"El doctor me explicó que tenía una estrechez en las arterias, por eso, la sangre no fluía en forma correcta hacia mis piernas, provocando los malestares que tenía", recuerda el paciente. En efecto, lo que Nibaldo tenía era una claudicación invalidante, el síntoma más característico de una patología arterioesclerótica periférica severa. Se trata de un dolor en los grupos musculares de las piernas producto de una obstrucción arterial crónica, generalmente en miembros inferiores, que se desencadena por el ejercicio y desaparece en reposo.

Hace un par de años los casos más complejos sólo se podían tratar mediante cirugía abierta o convencional. Sin embargo, Nibaldo es diabético, fumó por varias décadas y ha sufrido diversos problemas al corazón, entre ellos un infarto, lo que es de especial riesgo para ser sometido a un tratamiento quirúrgico de este tipo.

En este contexto, el especialista le comentó que en Clínica Santa María se realiza un tratamiento mínimamente invasivo para restablecer el flujo sanguíneo y acabar con los síntomas. De esta forma, en enero de este año, y luego de comprobar que era un candidato apto, Nibaldo fue sometido a una angioplastía. "El cambio fue inmediato y radical. Volví a mi casa al día siguiente, sin molestias, retomé mi trabajo y ya no tengo que detenerme al caminar", afirma.

Hoy, a cuatro meses del procedimiento, el paciente está completamente recuperado y los dolores son cosa del pasado."Hace 10 años mi hermano sufrió un problema similar, sin embargo, falleció sin saber lo que era y sin encontrar una solución. Es increíble la forma en que ha evolucionado la medicina. La experiencia del equipo médico de la Clínica permitió que me trataran en forma exitosa y sin complicaciones, a pesar de los múltiples factores de riesgo que tenía. El resultado de la angioplastía fue excepcional", finaliza Nibaldo.

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La obstrucción de las arterias puede provocar diversos síntomas. Cuando el problema es de la aorta o de las arterias de las piernas se produce dolor -al caminar principalmente- lo que se conoce como claudicación intermitente o, en un estado más grave, la aparición de úlceras isquémicas o necrosis de los dedos que pueden llegar a la amputación de un miembro o un segmento del cuerpo. 

El tratamiento inicial consiste en el control de los factores de riesgo, suspensión del tabaco y en la administración de medicamentos vasodilatadores y aspirina, no obstante, si la terapia no da resultado el siguiente paso es realizar una revascularización de la o las extremidades afectadas. La alternativa tradicional es hacer una cirugía abierta que, si bien soluciona el problema, es muy invasiva e implica hospitalización prolongada en una Unidad de Cuidados Intensivos o Intermedios para monitorear al paciente, los que en general son hombres mayores de 60-70 años, que presentan varios factores de riesgo asociados, como fumadores, hipertensos o diabéticos.

Dado que una intervención de este tipo puede revestir ciertas complicaciones, se han desarrollado técnicas menos invasivas para tratar la obstrucción de las arterias. La angioplastía de aorta y extremidades inferiores es un procedimiento terapéutico que permite destapar estas arterias por vía endovascular, es decir, sin necesidad de realizar una cirugía abierta o convencional. 

“La técnica consiste en introducir catéteres a través de la ingle y atravesar las lesiones mediante guías, que son alambres muy finos. Luego se dilatan las arterias, e instala una prótesis (stent) para que no se produzca una re-estrechez, permitiendo normalizar el flujo sanguíneo en las piernas. El procedimiento dura entre 60 y 90 minutos, no necesita anestesia general y, habitualmente, sólo requiere un día de hospitalización”, explica el Dr. Felipe Corvalán.

Este tratamiento se realiza hace más de 10 años en Clínica Santa María, sin embargo, hoy es posible aplicar la técnica a un espectro más amplio de pacientes, tanto así que la vía endovascular ha desplazado a la cirugía abierta como primera opción. “La angioplastía ha evolucionado de tal manera que permite tratar casos cada vez más complejos y realizar el tratamiento de oclusiones o arteriopatía severa de la aorta y las extremidades inferiores mediante procedimientos mínimamente invasivos”, finaliza el especialista.

Dr. Felipe Corvalán, Cirujano Vascular Clínica Santa María.

Mayo 2015

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Luis Rubilar

"El actuar rápido y certero del equipo médico fue clave"

La rotura de un aneurisma aórtico pudo cambiar completamente la vida de Luis Rubilar (70). Afortunadamente, fue atendido en el Servicio de Urgencia de Clínica Santa María, donde recibió un tratamiento endovascular oportuno.

Luis Rubilar tiene 70 años y, aunque ha debido operarse varias veces, se considera una persona sana. De hecho, fue sólo por la insistencia de uno de sus tres hijos que accedió hacerse un examen a la próstata, hace cinco años.

Desde entonces empezó un tratamiento, pues tenía elevado el antígeno prostático específico (APE), situación que se mantuvo controlada hasta noviembre del año pasado. Fue en esa fecha cuando empezó a tener dificultad para orinar, pero no dio mayor importancia. Un par de días después empeoró: su vejiga estaba hinchada, se sentía extraño y veía distorsionado, por lo que pidió que lo trasladaran a Clínica Santa María.

En la Urgencia, de inmediato le instalaron una sonda para extraer la orina que estaba retenida, aliviando sus síntomas. Sin embargo, su organismo estaba intoxicado producto de la retención de líquido y tenía una insuficiencia renal importante. No obstante, un scanner evidenció la real emergencia: la rotura de un aneurisma aórtico -que le habían diagnosticado hace más de una década y que nunca controló- hacía peligrar su vida, por lo que debía ser intervenido inmediatamente. 

Luis fue atendido por un equipo de Cirugía Vascular, encabezado por el Dr. Felipe Corvalán, que decidió reparar la rotura mediante un procedimiento endovascular cuya realización en casos de urgencia es muy compleja. “No entendía mucho lo que ocurría, mis molestias terminaron cuando me instalaron la sonda, pero luego del scanner no supe nada hasta que desperté. Fue entonces cuando el doctor me explicó la gravedad de lo que me había ocurrido. El actuar rápido y certero del equipo médico fue clave”, cuenta el paciente.

Luego de la reparación del aneurisma, Luis permaneció cuatro días hospitalizado y evolucionó satisfactoriamente. De hecho, el tratamiento endovascular no agravó su insuficiencia renal -como podría haber ocurrido con la cirugía abierta- y a un mes del accidente fue operado para tratar su problema a la próstata por el Dr. Cristián Wohler, urólogo de Clínica Santa María. Actualmente, tras siete meses, Luis no tiene ningún problema de salud, retomó su trabajo en una empresa de servicios eléctricos y desarrolla su vida en forma normal.

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La aorta es la principal arteria del cuerpo humano, que transporta y distribuye sangre rica en oxígeno a todas las demás arterias. Un aneurisma aórtico ocurre cuando la aorta se agranda o se ensancha anormalmente. Se puede presentar en cualquier persona, aunque se observa con más frecuencia en hombres mayores de 60 años, como Luis Rubilar.

En general, el aneurisma se desarrolla durante años y a menudo es asintomático. Si se expande rápidamente, se rompe o la sangre se filtra a lo largo de la pared del vaso, los síntomas se generan de manera repentina y pueden provocar la muerte del paciente. Por eso, ante la evidencia de signos de rotura, el tratamiento se transforma en una emergencia médica.

La resolución, en la mayoría de estos casos, es una cirugía abierta que dura varias horas e implica bastantes riesgos para el paciente. Por esta razón, y dadas las caractrísticas de Luis -particularmente por la condición de sus riñones y próstata- decidieron, junto a un equipo multidisciplinario, realizarle una novedosa técnica endovascular con menos complicaciones asociadas.

El procedimiento se realiza en un pabellón de hemodinamia, lugar donde se hace una angiografía y se mide la aorta para -a través de la ingle- implantar una endoprótesis que evita la ruptura. Esta técnica se practica desde el año 2003 en la Clínica y, habitualmente, se realiza en forma programada a los pacientes.

"Este procedimiento requiere una preparación, planificación y mediciones muy cuidadosas. No obstante, la experiencia de nuestro equipo nos permitió reaccionar rápidamente y realizar por primera vez una reparación endovascular de aneurisma de aorta abdominal a un paciente en situación de emergencia", explica el Dr. Corvalán.

La Unidad de Cirugía Vascular de Clínica Santa María está preparada para resolver diversos cuadros de urgencia, gracias a un equipo médico cohesionado, compuesto de experimentados especialistas que conocen muy bien la técnica y son capaces de aplicarla con la rapidez necesaria ante un evento de este tipo.

Dr. Felipe Corvalán, Cirujano Vascular Clínica Santa María.

Junio 2014