aquiles zambrano

Aquiles Zambrano 

El más avanzado tratamiento sin cirugía apara el cáncer de próstata localizado

Aquiles Zambrano fue la primera persona intervenida con Focal One HIFU, un moderno equipo -único en Latinoamérica- que permite tratar el cáncer de próstata localizado sin cirugía ni radiación. Conoce la experiencia de este paciente tratado con tecnología de última generación.

Siempre tuvo de una salud envidiable. “Soy una persona muy sana y activa. Sin embargo, las cosas pueden cambiar de un segundo a otro”, afirma Aquiles y agrega: “Me chequeaba la próstata anualmente y todo estaba en orden, pero en el control del año pasado el antígeno prostático estaba muy elevado”.

Por esta razón, y aunque no tenía molestias asociadas, decidió consultar con un especialista. “Un familiar me comentó que se había operado en Clínica Santa María con el Dr. Alfredo Velasco, experto en cáncer de próstata, por lo que quise evaluarme con él”, cuenta Aquiles.

Tras la consulta, el Dr. Velasco, médico jefe del Servicio de Urología, le solicitó una serie de exámenes que evidenciaron la presencia de dos focos cancerosos al interior de la próstata. Inicialmente, Aquiles recibió tratamiento hormonal, ya que no calificaba para ser sometido a una cirugía. Sin embargo, la terapia no tuvo los resultados esperados y tenía muchos efectos colaterales.

En ese contexto, el urólogo le propuso realizar un tratamiento con Focal One, una tecnología de vanguardia que utiliza ondas de ultrasonido para eliminar tumores -de forma mínimamente invasiva- y que está indicada en pacientes con cáncer localizado. “El doctor me explicó que la Clínica disponía de un nuevo equipo y que yo era un candidato apto para ser sometido a este procedimiento. Yo le dije: «Démosle»”, recuerda.

De esta forma, se convirtió en el primer paciente en Chile y América Latina en ser intervenido con Focal One. Tras la operación, encabezada por el Dr. Velasco y Dr. Rubén Olivares, urólogos robóticos de la Institución, Aquiles estuvo un día hospitalizado y retomó su rutina inmediatamente. “No hay que tener miedo. La medicina ha evolucionado y nada es como antes. Después del procedimiento tuve las molestias propias de una intervención, pero me sentía estupendo”, asegura.

A poco más de un mes, los controles han mostrado que Aquiles se encuentra en perfectas condiciones y no hay rastros de cáncer de próstata. “Aunque es difícil, yo asumí de buena gana que tenía cáncer y busqué una solución. Estoy convencido de que caí en las mejores manos. El Dr. Velasco me entregó una confianza única desde el primer momento, por lo que cuando me propuso esta alternativa no lo dudé ni un segundo. Ahora estoy enfocado en mi recuperación, disfrutar con mi señora, acompañar a mis cuatro hijos y ver crecer a mis nietos y bisnietos. Estoy feliz”, finaliza.

Enero 2016

Los números hablan por sí solos, cada año mueren 1.300 hombres por cáncer de próstata en nuestro país. Afortunadamente, hay nuevos tratamientos disponibles -distintos a la cirugía tradicional o abierta- para no extirpar la totalidad de la glándula. Focal One HIFU es un moderno equipo que permite eliminar tumores localizados de la próstata, sin cirugía ni radiación, convirtiéndose en una alternativa menos invasiva y con menores secuelas para los pacientes.

Focal One emite ondas de alta frecuencia, de forma similar a un microondas: Hace vibrar las moléculas de agua con ondas térmicas de alta intensidad, que producen la destrucción del tejido por alta temperatura (cavitación). “Este tratamiento está indicado en pacientes que tienen cáncer de próstata localizado (estadios T1- T2) -como en el caso de Aquiles Zambrano- que prefieren o necesitan una opción alternativa a la cirugía tradicional, cuando la radioterapia no tuvo los efectos esperados, falló en el tiempo o el tumor volvió a aparecer”, afirma el Dr. Alfredo Velasco. Por su parte, el Dr. Rubén Olivares, agrega: “También cuando el tumor es muy pequeño y se quiere preservar el resto de la próstata sin cáncer, con su funcionalidad, pero bajo un criterio curativo”.

Previo a la cirugía es necesario realizar una resonancia magnética multiparamétrica para localizar el tumor al interior de la glándula prostática.

Esto posibilita que, durante el procedimiento, un brazo robótico scannee la zona y fusione e integre las imágenes de rayos previamente obtenidas con aquellas que se van logrando en tiempo real, a través de un software. De este modo, es posible desintegrar el tumor en forma precisa, evitando dañar sectores sanos de la próstata.

“La técnica no requiere incisión ni drenajes, es ambulatoria, sin dolor ni sangrado. Además, la precisión es tal que no deja secuelas, como incontinencia urinaria o impotencia sexual. El tratamiento está aprobado por la FDA y es bien tolerado en la mayoría de los pacientes. Sólo requiere de una buena planificación y la selección adecuada de los casos”, aclaran los especialistas.

Con la incorporación de Focal One, Clínica Santa María pone a disposición de sus pacientes el mayor arsenal terapéutico en Chile y Latinoamérica para tratar el cáncer de próstata, ya que complementa otros tratamientos, como la cirugía tradicional, robótica y braquiterapia. Todos estos procedimientos son realizados por un experto equipo de especialistas capacitados en Europa y Estados Unidos.

Para solicitar hora escribe a urologia@clinicasantamaria.cl.

Dr. Alfredo Velasco, Médico Jefe Urología y Dr. Rubén Olivares, Urólogo y Cirujano Robótico de Clínica Santa María.

claudio fariña

Claudio Fariña

"Cuando experimentas una angustia de este tipo, ves la vida de otra manera"

Terminaba un despacho para el noticiario en el que trabaja, desde la Plaza de Santa Cruz de La Sierra, en Bolivia, cuando Claudio Fariña sintió un intenso y repentino dolor en la espalda. “Fue una puntada desgarradora en el riñón izquierdo y, como hace 20 años tuve cálculos, de inmediato supe que se trataba de una crisis renal”, recuerda el periodista.

Por esta razón, le pidió al camarógrafo que lo acompañaba que lo trasladaran a un centro asistencial. Claudio fue internado de urgencia en una Clínica boliviana, donde le realizaron un scanner para determinar la causa de su malestar y lo trataron, incluso, con morfina. El examen confirmó que un cálculo le estaba provocando las molestias, aunque no era de preocupación, ya que lo eliminaría de forma natural, sin necesidad de intervención. Sin embargo, otra noticia lo remeció: Las imágenes revelaron la presencia de un tumor.

“Cuando los doctores me dijeron que tenía un tumor, el dolor se transformó en preocupación”, relata el periodista y agrega: “Me explicaron que el TAC mostraba una masa de aproximadamente ocho centímetros y que, si viajaba de regreso, corría el riesgo de que ésta reventara durante el vuelo, lo que ponía en riesgo mi salud”.

No obstante, Claudio decidió volver al país. En Chile, consultó al Dr. Ronald Wainstein, nefrólogo de Clínica Santa María, quien evaluó sus exámenes y lo derivó con el Dr. Iván Pinto. “Estaba bastante asustado, si era riesgoso un vuelo de cinco horas, no quería imaginar lo que podía suceder en un viaje a Europa y tenía que reportear en la Expo Milán. Sin embargo, el especialista me dio tranquilidad y me autorizó para viajar”. A su regreso, visitó al Dr. Pinto y se realizó todas las pruebas necesarias para precisar el diagnóstico. “El Dr. Pinto es un siete, es muy didáctico y eso se agradece. Tuvo mucha paciencia y disposición, me explicó de manera brillante lo que era la glándula suprarrenal. Me entregó mucha confianza”, afirma.

Con el panorama más claro, el especialista le planteó la posibilidad de realizar una cirugía robótica para extraer el tumor. “Sabía que en Clínica Santa María operaban con robot y que eran pioneros en esta tecnología de vanguardia. Le pregunté al doctor cuál era la diferencia y me aseguró que con da Vinci Si su precisión se afinaba 10 veces”. De esta manera, fue sometido a una suprarrenalectomía robótica con excelentes resultados, cirugía que le permitió retomar su rutina rápidamente.

“Cuando fui dado de alta, el doctor me dijo que no tenía mayores restricciones, por lo que salí de la Clínica y mis amigos me estaban esperando con un asado en la casa”, recuerda.

De forma posterior, la biopsia evidenció que el tumor era benigno, por lo que tras la intervención la salud del periodista está en perfectas condiciones. “Cuando vives una angustia de este tipo, ves la vida de otra manera. Antes no tenía miedo, pero cuando tienes hijos las cosas cambian. Finalmente, realizas una especie de acto de fe en el equipo médico y, a la luz de mi experiencia y los resultados, recomiendo la cirugía robótica”, finaliza Claudio.

Diciembre 2015

IVAN  FEDERICO PINTO GIMPEL

Las glándulas suprarrenales se ubican por encima de los riñones. Su función es producir una serie de hormonas esenciales para el metabolismo y la actividad diaria del cuerpo, como aldosterona, cortisol, andrógenos y adrenalina. Éstas participan activamente en la regulación de la presión arterial, respuesta al estrés y producción de hormonas masculinas.

Los tumores en esta glándula son poco frecuentes, en general son benignos y miden pocos centímetros. Provocan síntomas cuando producen hormonas en exceso o cuando su tamaño así lo determina. No obstante, cuando el tumor es grande -mide más de seis centímetros-, se debe descartar que no sea maligno. En estos casos, los tumores son habitualmente secundarios a metástasis de otros cánceres (pulmón, mamá o riñón, entre otros).

“La tomografía axial computada mostró que Claudio Fariña tenía una masa de 10 cm, contigua a la arteria aorta, que se apoyaba en el riñón, desplazaba el bazo y el páncreas, y estaba en contacto con la pared abdominal dorsal. Un aumento de volumen sólido de esta envergadura es bastante extraño, además no se sabía su origen exacto. Podía tratarse de un tumor en la glándula suprarrenal, del polo superior del riñón o de la cola del páncreas”, explica el Dr. Iván Pinto.

En Clínica Santa María, el periodista fue sometido a un estudio exhaustivo en el que se confirmó que tenía un tumor en la glándula suprarrenal izquierda. Distintos especialistas participaron en el estudio para seleccionar la mejor estrategia de diagnóstico y tratamiento (endocrinólogo, nefrólogo, radiólogo, patólogo y cirujano urólogo).

“Si bien la mayoría de estos tumores no requiere intervención quirúrgica y menos del 1% de ellos son malignos, esta condición puede ser muy dañina, ya que la glándula suprarrenal produce hormonas muy importantes para el funcionamiento del organismo. En el caso de Claudio Fariña se determinó que era necesaria una operación y, por la ubicación del tumor, la probabilidad de que fuera maligno y la necesidad de tener un muy buen control vascular, la alternativa más segura y precisa era la cirugía robótica con da Vinci Si, intervención tras la cual se encuentra libre de enfermedad y sin secuelas”, explica el urólogo.

Clínica Santa María cuenta con un equipo médico altamente capacitado para realizar este tipo de procedimientos, tanto por abordaje laparoscópico como robótico. De hecho, la Institución posee la serie de suprarrenalectomía robótica más grande del país.

Dr. Iván Pinto, Urólogo de Clínica Santa María.


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Miguel Jaque

"Recomiendo este procedimiento en un 100%, mi postoperatorio fue increíble"

Hace cuatro años, a Miguel Jaque (59) se le detectó un crecimiento de tejido benigno en la próstata y un aumento en los niveles de antígeno prostático específico (APE), situación que mantuvo bajo control con tratamiento hasta diciembre de 2014, cuando su especialista le propuso ser el primer candidato a una novedosa técnica.

Siempre ha sido muy responsable con sus chequeos preventivos. De hecho, hace más de una década que se controla con el Dr. Alfredo Velasco, médico jefe de la Unidad de Urología de Clínica Santa María.

Fue en 2010 cuando los exámenes mostraron pequeñas alteraciones que indicaban la presencia de una hiperplasia prostática -crecimiento de tejido benigno en este órgano-, que no le provocaba molestias y podía mantenerse controlada con medicamentos y pruebas de rutina cada seis meses para aplazar una posible intervención quirúrgica.

No obstante, en septiembre de 2014, los exámenes evidenciaron que el APE estaba demasiado elevado, por lo que el Dr. Velasco le explicó que era necesario programar una operación. Además, Miguel ya había comenzado a sufrir algunos de los síntomas característicos de este problema, como ganas de orinar en forma muy frecuente y dificultad para hacerlo. 

“La ecografía transrectal mostró que mi próstata tenía un tamaño desmedido, alrededor de 140 gramos. Por esta razón, no era posible realizar un procedimiento endoscópico, sino que debía ser sometido a una cirugía abierta que permitiera extirpar la hiperplasia”, recuerda el paciente. La situación atemorizaba a Miguel, ya que nunca había sido operado y sabía que esta intervención implicaría varios días de hospitalización y reposo.

Por eso, cuando el especialista le propuso una novedosa alternativa, no lo dudó ni por un segundo. “El doctor me llamó para contarme que existía una nueva opción mínimamente invasiva: La enucleación con láser, especial para casos en que la próstata es muy grande. Conozco al Dr. Velasco y su trayectoria hace 12 años, por lo que confié plenamente y accedí a realizarme el procedimiento”, relata Miguel.

De esta forma, en diciembre entró a pabellón. La intervención duró poco más de dos horas y sólo estuvo un día hospitalizado, tiempo tras el cual regresó a su casa con cuidados especiales y la indicación de utilizar sonda, la que fue retirada luego de un día gracias a su favorable evolución.

“Nunca pensé que iba a estar 24 horas en la Clínica. Recomiendo este procedimiento en un 100%, mi postoperatorio fue increíble y realmente no tuve molestias. De hecho, me operé un miércoles y antes de una semana ya había vuelto al trabajo”, finaliza Miguel, quien a un mes del procedimiento, se encuentra en excelentes condiciones y realiza todas sus actividades en forma normal. 


Enero 2015

 

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La próstata experimenta con los años un crecimiento conocido como adenoma o hiperplasia de próstata. En muchos hombres este aumento produce variadas molestias y complicaciones, como aumento de la frecuencia miccional, flujo de orina delgado, retención urinaria, infecciones, sangrado, cálculos vesicales e insuficiencia renal. Por esta razón, todos los hombres se deben chequear la próstata a partir de los 40 años.

El tratamiento quirúrgico clásico para solucionar este problema es la resección endoscópica tradicional, sin embargo, las próstatas muy crecidas o de gran tamaño requieren de cirugía abierta, adenomectomía o prostatectomía, que consiste en realizar una incisión en el abdomen para extirpar el tumor o crecimiento benigno. 

Ambos tipos de cirugía tienen un postoperatorio prolongado, con utilización de sonda por al menos cuatro o cinco días y dos semanas de reposo. Una opción menos invasiva en próstatas grandes es la enucleación prostática con láser, un procedimiento endoscópico que permite fragmentar el adenoma para extraerlo a través de la uretra, sin realizar incisiones, con un postoperatorio de dos días y regreso inmediato a la actividad laboral. Miguel Jaque tenía una próstata de más de 140 gramos, no podía suspender sus actividades y ya presentaba retención de orina. 

Con el desarrollo de esta técnica para tratar próstatas de gran tamaño, se le planteó la posibilidad de realizar el procedimiento. “El láser sirve para desprender el adenoma prostático de la cápsula prostática en su totalidad, fragmentándolo en dos o tres piezas que se desplazan a la vejiga. Posteriormente, se extraen los fragmentos con un morcelador, un instrumento muy sofisticado que permite aspirar las piezas para que la vejiga quede vacía”, explica el Dr. Alfredo Velasco.

Miguel Jaque fue la primera persona sometida a este procedimiento en Clínica Santa María y uno de los pocos casos realizados en el país. Cabe destacar que la enucleación prostática con láser tiene múltiples beneficios para el paciente, principalmente, porque permite extirpar el adenoma por completo, lo que implica una tasa de reintervención menor a largo plazo. Además, con la obtención de tejido es posible analizarlo y realizar una biopsia. 

Por otra parte, esta técnica permite tratar próstatas de cualquier tamaño por vía endoscópica, con menor sangrado y reduciendo al mínimo el riesgo de complicaciones. Otra de las ventajas, es que el paciente permanece sólo uno o dos días hospitalizado, se retira la sonda en 48 horas y la recuperación es mucho más rápida, permitiendo restablecer la rutina a días de la operación.

Dr. Alfredo Velasco, Médico Jefe Unidad de Urología de Clínica Santa María.