Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el cáncer cervicouterino es el tercero más común entre las mujeres de América Latina y el Caribe. Cada año, más de 72.000 mujeres son diagnosticadas y 34.000 mueren por esta enfermedad en la región.
El cáncer cervicouterino (CaCu) se desarrolla en el cérvix de la mujer (porción del útero intravaginal) y es considerado una enfermedad infecciosa, esto porque casi la totalidad de los casos están asociados a la infección por Virus Papiloma Humano (VPH), que es de transmisión sexual.
Tiene una larga etapa precancerosa, para luego invadir los tejidos adyacentes, lo cual ofrece la oportunidad de pesquisar estas alteraciones y tratarlas a tiempo, con métodos sencillos y altas probabilidades de curación.
Exámenes preventivos:
• Papanicolau: Se recomienda entre los 24 y 64 años, con una periodicidad mínima de 3 años. Sirve para detectar principalmente las lesiones precancerosas o el cáncer propiamente tal. Cualquier anormalidad debe ser estudiada por un especialista gineco-oncólogo.
• Test VPH (virus papiloma humano): Esta prueba, es más sensible que la citología (Papanicolau), e identifica a aquellas mujeres portadoras de VPH con alto riesgo de desarrollar cáncer. Este examen se recomienda a partir de los 30 años, y el análisis debe repetirse cada 5 años.
Además, hoy existe una prevención primaria para esta enfermedad infecciosa, que es la vacuna contra algunos de los tipos de VPH más agresivos, la cual reduce el riesgo de desarrollar un CaCu a lo menos en un 70%. La OPS recomienda vacunar a las niñas de entre 9 y 14 años, época en que la vacuna es más efectiva.
Con la colaboración de: Dr. Iván Rojas, médico jefe de Ginecología y Obstetricia.