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Día Mundial de la Hepatitis

Lo que debes saber sobre esta enfermedad

Publicado el 28/07/2016

La hepatitis A, B, C, D y E causa la muerte de cerca de 1,4 millones de personas cada año en el mundo. Sin embargo, existen otras variedades de esta patología, como la causada por enfermedades autoinmunes. Conoce en qué consisten, cómo prevenirlas y cuál es su tratamiento.

Considerando que la hepatitis puede ser asintomática por largo tiempo y derivar en graves enfermedades como cáncer de hígado o cirrosis, esta fecha tiene por objetivo generar conciencia sobre la importancia de conocer sus síntomas y las medidas que podemos tomar para prevenirla.

“La hepatitis A y la E son causadas generalmente por la ingesta de agua o alimentos contaminados, mientras que las hepatitis B, C y D se producen por contacto con fluidos de personas con los virus. En el caso de estos últimos, lo más común es la transmisión por transfusión de sangre o productos sanguíneos contaminados, contacto sexual no protegido y transmisión de la madre al hijo en el parto, a través de la placenta”, explica el Dr. Juan Pablo Arancibia, gastroenterólogo y hepatólogo de Clínica Santa María.

Entre sus síntomas, se encuentra la ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), orina oscura, fatiga intensa, náuseas, vómitos, dolor abdominal o incluso infecciones, acumulación de líquido en el cuerpo, hemorragia digestiva y compromiso de conciencia.

La hepatitis C, por su parte, es considerada una epidemia silenciosa, ya que pueden pasar hasta 20 años sin dar los síntomas mencionados. Esta enfermedad, en su etapa más avanzada, es una de las principales causas de trasplante hepático en Chile.

Hepatitis autoinmune

El Dr. Arancibia, explica que si bien los virus A, B y C son la causa más frecuente de las hepatitis, también puede originarse por el consumo de sustancias tóxicas o enfermedades del sistema inmunológico. Esta última, conocida como hepatitis autoinmune, es poco frecuente y por ello mayor el riesgo de que no se diagnostique a tiempo y se agrave rápidamente.

“La hepatitis autoinmune se produce por una disfunción del sistema inmunitario que provoca que los mecanismos de defensa ataquen y destruyan las células del hígado”, explica el gastroenterólogo.

La enfermedad, que tiene una incidencia de 1-2 cada 100.000 habitantes por año, es más común en mujeres (70% de los casos). Los síntomas son similares a un cuadro de hepatitis clásico: Decaimiento, dolor abdominal e ictericia.

Prevención

En el caso de la hepatitis A y B, existe una vacuna segura y eficaz para prevenir estas infecciones.

En el  caso de la hepatitis C no existe vacuna, por lo que sólo se puede prevenir tomando medidas como no compartir agujas, rasuradoras o implementos de aseo personal, además de tener relaciones sexuales con pareja única o con protección y no realizarse piercing o tatuajes en lugares no certificados. De todos modos, la persona puede contraerla tempranamente en la vida (al momento del nacimiento, por la placenta) o después de haber recibido transfusiones de sangre, por lo que es conveniente realizarse un examen de sangre preventivo si se sospecha que podría estar contagiado. 

La hepatitis autoinmune, en tanto, no es posible de prevenir, ya que no se conoce el detonante de la enfermedad y se cree que se debe a un componente genético.

¿Cuáles son los tratamientos?

En el caso de la Hepatitis A, generalmente no requiere tratamiento ya que se cura espontáneamente. La hepatitis B, mientras tanto, se trata a través de una terapia farmacológica.

El tratamiento de la hepatitis C se basa en medicamentos antivirales.  En los casos en que el tratamiento no es eficaz y la enfermedad evoluciona hacia el desarrollo de una cirrosis hepática y sus complicaciones, el único tratamiento posible es el trasplante de hígado.

Finalmente, el tratamiento de la hepatitis autoinmune consiste en la administración de fármacos inmunosupresores, los que han demostrado ser eficaces y aumentan la supervivencia en la mayoría de los pacientes. Sin embargo, entre el 15-20% de los casos no mejoran y se debe considerar la posibilidad de un trasplante hepático.