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Infecciones respiratorias (IRA)

¿Cómo prepararse para las enfermedades de invierno?

Publicado el 13/06/2012

Con la llegada de esta estación, muchos padres comienzan a preparar a sus hijos para enfrentar una de las épocas más duras del año. Esto, porque la presencia de bajas temperaturas y los lugares de uso común inciden en una mayor probabilidad de contagio de las enfermedades respiratorias.

Las enfermedades respiratorias son causadas por diferentes tipos de virus cuya principal forma de transmisión es vía aérea o contacto directo, es decir, a través de las secreciones, al hablar, estornudar, toser, el contacto de manos, juguetes, muebles, entre otros. 

Tipos 

Dependiendo del nivel del aparato respiratorio que afecten se clasifican en: 
Enfermedades respiratorias altas: Resfrío Común, Otitis Media Aguda, Sinusitis, Amigdalitis, Faringitis, Epiglotitis, Laringitis. 
Enfermedades respiratorias bajas: Traqueitis, Bronquitis y Neumonía. 

Los dos principales virus epidémicos de otoño e invierno que afectan tanto a adultos como niños son el Virus Influenza y el Virus Respiratorio Sincicial, aunque este último afecta principalmente a los niños menores de un año.
Por otra parte, existen enfermedades respiratorias de base que se agravan con las infecciones respiratorias como el Asma Bronquial a toda edad y la Enfermedad Bronquial Obstructiva Crónica en adultos. Además las infecciones respiratorias virales predisponen a infecciones bacterianas como Otitis, Sinusitis y Neumonía.

Síntomas 

Los síntomas más habituales de aquellas infecciones respiratorias no complicadas son congestión y secreción nasal, tos y fiebre leve a moderada.

Sin embargo, debe estar atento a los siguientes síntomas, ya que pueden hacer pensar en un cuadro de mayor gravedad que requiere de atención médica inmediata: 
- Dificultad para respirar, respiración muy rápida o hundimiento de la piel entre las costillas al respirar.
- Tos que impide comer o dormir.
- Dolor de oídos y dolor de cabeza intenso.
- Escalofríos y fiebre difícil de controlar.
- Rechazo alimentario y vómitos.
- Somnolencia o irritabilidad.

Tratamiento 

Si bien siempre es importante consultar con un especialista, generalmente se recomienda no enviarlos al jardín y mantener los cuidados en la casa; abundante ingesta de líquido, aseo nasal y medicamentos para controlar la fiebre. Es fundamental estar atentos a los signos de mayor gravedad para acudir oportunamente a la atención médica necesaria. 

¿Cómo prevenir? 

- Mantener el mayor tiempo posible la lactancia materna.
- Ventilar el hogar evitando corrientes de aire.
- Mantener la limpieza al interior de la casa.
- Lavarse las manos con frecuencia. Es importante que sea con agua y jabón, ya que los virus se transportan por el aire y se depositan en diferentes superficies. 
- Evitar el frío y la humedad.
- Evitar cambios bruscos de temperatura.
- No abrigar demasiado en lugares calefaccionados y cerrados, ya que provoca sudoración excesiva.
- Evitar el contacto con personas enfermas.
- Ambiente libre de humo de tabaco.
- Calendario de vacunación al día y vacunar contra influenza, especialmente a la población en riesgo: lactantes, adultos mayores de 65 años y enfermos crónicos. 
- No enviar a los niños al jardín y/o sala cuna si están enfermos.
- En caso de decretarse preemergencia o emergencia ambiental, se recomienda no sacar a los niños del hogar. Esto, porque el smog, al igual que el humo del cigarro en la casa, favorece la proliferación de los virus al producir irritación de la mucosa respiratoria.

Con la colaboración del Dr. Agustín León, médico coordinador de la Unidad Broncopulmonar Pediátrica.