Es una patología crónica inflamatoria que afecta aproximadamente al 2% de la población mundial. Como no se ha descubierto la forma de prevenirla, el objetivo del tratamiento es disminuir los síntomas, prevenir la aparición de comorbilidades y evitar infecciones secundarias.
Esta enfermedad compromete la piel y articulaciones y se manifiesta clínicamente con la aparición de placas de piel gruesa, enrojecida y con escamas plateadas, que producen picor o dolor y que a menudo se encuentran en codos, rodillas, cuero cabelludo, espalda, cara, palmas de las manos y plantas de los pies. A veces se presentan también en uñas de las manos y pies, genitales y parte interior de la boca.
Puede manifestarse de forma lenta o repentina y los síntomas pueden desaparecer durante un tiempo y más tarde volver a surgir.
“Se asocia a un mayor riesgo de padecer las llamadas comorbilidades: Obesidad, hipertensión arterial, diabetes mellitus, resistencia a la insulina y dislipidemias, lo cual puede afectar enormemente las expectativas y la calidad de vida de los pacientes”, explica la Dra. Irene Araya, dermatóloga de Clínica Santa María.
¿A qué se debe esto?
A nivel de la piel, las células crecen de forma regular desde las capas más profundas y suben lentamente, reemplazando constantemente a las células muertas de la superficie. Este proceso se llama renovación celular y tarda alrededor de un mes. Con la psoriasis, la renovación celular ocurre en sólo unos pocos días, lo que provoca que las células nuevas suban demasiado rápido y se acumulen en la superficie, formando las clásicas placas psoriáticas.
“A nivel sistémico, los mediadores inflamatorios generados en piel y articulaciones, mediante complejos mecanismos, pueden afectar los diferentes tejidos del organismo: vasos sanguíneos, tejido adiposo entre otros, generando una inflamación generalizada, lo que conlleva a la posibilidad de desarrollar las comorbilidades mencionadas anteriormente”, detalla la Dra. Araya.
¿Quiénes pueden desarrollarla?
La psoriasis es muy común. Cualquiera puede padecerla y a cualquier edad, desde lactantes hasta ancianos, pero comúnmente comienza entre los 15 y 35 años. Aparece con igual frecuencia en hombres y mujeres. No es contagiosa, aunque sí puede ser hereditaria.
¿Qué la causa?
Es una enfermedad autoinmune, es decir, el sistema inmunitario ataca por error el tejido corporal sano. Además es genética y se manifiesta muchas veces gatillada por mecanismos ambientales (infecciones, estrés, medicamentos, etc.).
¿Cómo se trata la psoriasis?
El tratamiento para la psoriasis depende del caso específico, principalmente en relación a la extensión de las lesiones. Usualmente en casos localizados, se comienza con un tratamiento tópico, que se aplica directamente a la piel (cremas o ungüentos) y que puede reducir la inflamación y descamación de la piel.
En caso de lesiones más extensas, se puede utilizar la fototerapia (luz ultravioleta artificial controlada), el tratamiento sistémico (medicamentos orales e inyectables) o terapia combinada (dosis bajas de todos los anteriores).
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Con la colaboración de: Dra. Irene Araya, dermatóloga de Clínica Santa María.