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Disautonomía

No es falta de ánimo ni cansancio

Publicado el 20/09/2017

Esta condición se manifiesta con fatiga, mareos, palpitaciones y en los casos más graves puede llegar incluso al desmayo. Conoce en qué consiste y cómo tratarla para mejorar la calidad de vida de quienes la presentan.

La disautonomía, una condición poco conocida, es causada por una falla en el sistema autónomo, que no es capaz de llevar la suficiente sangre al cerebro. Por ello, las personas que la sufren se sienten permanentemente cansadas.

“El sistema nervioso autónomo regula las funciones automáticas de nuestro organismo (presión, pulso, regulación de temperatura corporal, digestión, etc.). Una falla lleva a la disautonomía, la que se debe a un desbalance entre los sistemas que lo conforman: simpático –que estimula actividades que se acompañan de un gasto de energía– y parasimpático –que produce cambios enfocados en conservar y restaurar la energía–”, manifiesta el Dr. Pablo Pedreros, cardiólogo de Clínica Santa María.

Si bien el origen de esta patología es multicausal, los factores son principalmente de carácter genético. “También puede deberse a enfermedades degenerativas como Parkinson y diabetes, o por exposición a fármacos, alcohol o antidepresivos”, explica el médico.

Asimismo, señala que esta enfermedad es mucho más frecuente en mujeres (10 por cada 1 hombre), sobre todo jóvenes. Quienes se ven afectados por ella, frecuentemente tienen hipotensión, sudoración, palpitaciones, insomnio y visión borrosa, además de una falta de concentración y astenia (debilidad). Sin embargo, el síntoma más llamativo es la fatiga, la que se produce al permanecer de pie por mucho tiempo y que puede incluso llegar al desmayo.

“La disautonomía es una condición que muchas veces se confunde con otras enfermedades, entre ellas incluso la depresión, por lo que el paciente debe consultar cuando presente síntomas tales como desmayos u otras señales menores como mareos y palpitaciones, unidos a una fatiga que se extiende por un tiempo importante”, agrega el cardiólogo.

Además, puede manifestarse precisamente durante períodos de estrés, como durante exámenes en el colegio, discusiones familiares, etc.

En cuanto a la posibilidad de que esta enfermedad se cure, el experto explica que no tiene tratamiento definitivo, aunque existen medidas que ayudan a paliarla. “Se recomiendan cambios de estilo de vida y fármacos, indicados por un especialista, que pueden disminuir notablemente la severidad y frecuencia de sus síntomas. El objetivo es que la persona pueda realizar una vida normal, ya que las manifestaciones pueden limitar las actividades diarias”, indica el Dr. Pedreros.

Recomendaciones:

  • Tomar mucho líquido (más de dos litros al día).
  • Evitar las comidas abundantes en carbohidratos.
  • Mantener el estrés en control.
  • No permanecer de pie durante mucho tiempo.
  • Evitar cambios de posición bruscos (como ponerse de pie rápidamente).
  • Limitar la ingesta de alcohol.
  • Hacer ejercicio regularmente.
  • Cuando no se tiene problemas de presión alta, consumir sal normalmente.
Con la colaboración de: Dr. Pablo Pedreros, cardiólogo de Clínica Santa María.