Con rayos ultravioleta es posible tratar problemas dermatológicos, principalmente inflamatorios (psoriasis y dermatitis atópica), vitiligo y otras condiciones de la piel.
Los medicamentos orales o tópicos (cremas) no son el único recurso para tratar enfermedades de la piel. Hoy los dermatólogos están haciendo mayor uso de técnicas innovadoras, entre las que se encuentra la fototerapia.
Este método consiste en exponer al paciente a radiación ultravioleta emitida por un equipo que irradia la piel en forma extensa (en una cabina) o localizada (con un dispositivo en placa o luz excimer). “Para realizar el tratamiento, el paciente debe acudir entre 2 a 3 veces a la semana dependiendo de la enfermedad a tratar y de su extensión y profundidad”, detalla la Dra. Irene Araya, dermatóloga de Clínica Santa María.
Los beneficios que aporta esta terapia es que puede actuar como un antiinflamatorio al limpiar la piel de células y sustancias involucradas en el proceso inflamatorio. Además, interfiere en la replicación celular –lo que es útil en enfermedades como la psoriasis, donde existe una proliferación descontrolada de las células de la piel–. También puede acelerar la reparación de la epidermis y aliviar la picazón severa presente en varias patologías. Por otro lado, participa en la repigmentación de la piel, en áreas donde el color se ha perdido (vitiligo).
“La fototerapia es un tratamiento que otorga los beneficios de la radiación ultravioleta en la piel, con un rango de seguridad apropiada a los pacientes, quienes optan por este procedimiento previo al uso de terapias sistemáticas más complicadas y con un perfil de seguridad menor”, destaca. Puede ser utilizada en la mayor parte de las personas, incluso en niños y mujeres embarazadas. “Sin embargo, es necesaria una evaluación previa para determinar si el paciente tiene contraindicaciones”, indica la especialista.
“Es importante aclarar que como la mayor parte de las enfermedades crónicas de la piel carecen de un tratamiento definitivo, en este sentido, la fototerapia es capaz de controlar la enfermedad, pero no eliminarla”, destaca la dermatóloga de Clínica Santa María.
El procedimiento en algunas ocasiones podría traer efectos secundarios o complicaciones leves, como eritema o enrojecimiento en zonas tratadas (semejantes a una quemadura solar leve), resequedad de la piel y picazón, por lo que es muy importante la hidratación de ésta a lo largo del tratamiento.
Con la colaboración de: Dra. Irene Araya, dermatóloga de Clínica Santa María.