En Clínica Santa María tenemos un equipo especializado en Traumatología de Mano y Muñeca, quienes cuentan con tecnología de última generación para ofrecer las mejores alternativas de tratamiento a cada paciente.
Los tendones son estructuras similares a cuerdas que unen los músculos a los huesos. Cuando estos se ven dañados pueden provocar afecciones como la tenosinovitis de De Quervain, una patología que altera los dos tendones de la muñeca que se encuentran en el lado del pulgar.
Entre sus principales síntomas se encuentran:
- Dolor e hinchazón cerca de la base del pulgar.
- Dificultad para mover el pulgar y la muñeca al agarrar o pellizcar algún objeto.
- Sensación de “agujas y alfileres” o de que el pulgar “se traba” al moverlo.
Si estos problemas están presentes por un tiempo prolongado y no reciben tratamiento, el dolor puede extenderse al antebrazo.
Causas y factores de riesgo:
Realizar ciertas actividades en exceso como repetir un determinado movimiento de la mano a diario, pueden irritar la cobertura de estos tejidos conectivos fibrosos. Al ocurrir, los tendones tienden a engrosarse e hincharse, lo que restringe el movimiento de los tejidos a través del pequeño túnel que los conecta con la base del pulgar. Aún así, existen otras causas y factores de riesgo que pueden generar este problema:
- Personas que padecen artritis reumatoide.
- Lesiones directas en la muñeca o el tendón, que pueden causar tejido cicatricial que restringe el movimiento de los tendones.
- Retención de líquido, por ejemplo, debido a los cambios hormonales durante el embarazo.
- Personas entre 30 y 50 años.
- La afección es más común en las mujeres y puede estar asociada con el embarazo.
¿Cuándo se debe consultar a un experto?
Cuando la persona sufre dolor por un tiempo prolongado o tiene problemas con el funcionamiento del pulgar.
¿Qué tratamientos existen?
El tratamiento para esta patología tiene como objetivo reducir la inflamación, conservar el movimiento del pulgar y prevenir la recurrencia de la enfermedad.
Esta afección se trata con analgésicos para reducir la inflamación y dolor. Las terapias también son comunes, que implican evitar ciertos movimientos e inmovilizar el pulgar y la muñeca. En casos más graves, es posible que el doctor recomiende una cirugía de carácter ambulatorio.