José Obreque

José Obreque

“Gracias al equipo de trasplante cardíaco hoy puedo disfrutar una nueva vida"

Un infarto al miocardio produjo una insuficiencia cardíaca avanzada en el paciente, quien no tenía antecedentes de enfermedad al corazón. Las secuelas de esta condición, hicieron que necesitara de un trasplante de este órgano para seguir viviendo.

La historia de José Obreque, de 43 años, comienza cuando en marzo de 2019 sintió un fuerte dolor en el pecho. En un principio no lo tomó en cuenta, sin embargo, éste aumentó rápidamente, por lo que llamó a una ambulancia.

Fue llevado a otra institución de salud, donde fue reanimado. José había sufrido un infarto al miocardio que afectó gran parte de su ventrículo izquierdo, producto de ello, presentó un cuadro denominado insuficiencia cardíaca, el que básicamente, consiste en que el corazón está tan debilitado que no puede cumplir con sus funciones básicas, es decir, bombear sangre rica en oxígeno al resto del cuerpo de forma eficiente.

El paciente fue derivado a Clínica Santa María, donde luego de estudiarlo, el equipo de salud llegó a la conclusión de que la única solución era un trasplante cardíaco. “El infarto fue tan grande, que un cuarto de mi corazón quedó dañado. No podía caminar más de dos metros sin quedar agotado, me faltaba el aire, no tenía vida”, recuerda José.

Luego de dos meses en lista de espera nacional, le avisaron que había llegado un órgano compatible y podrían operarlo. “El trasplante cardíaco consiste en reemplazar el corazón enfermo por otro sano de un donante que ha fallecido por diferentes causas, generalmente son pacientes jóvenes que no tienen problemas importantes de salud”, explica el Dr. Jongsung Lim, cardiólogo especialista en insuficiencia cardíaca y parte del equipo del Centro de Trasplante y Enfermedades Crónicas de Clínica Santa María.

Los especialistas señalan que los casos de insuficiencia cardíaca avanzada han aumentado exponencialmente, dado que actualmente las personas viven más años y sobreviven a otros problemas médicos cardiológicos. “Cuando se llega a un punto avanzado, generalmente el único tratamiento disponible capaz de mejorar los síntomas, el pronóstico y la sobrevida, es el trasplante”, señala el Dr. Lim.

El paciente dice estar profundamente agradecido de la Institución, de Dios y de la familia que generosamente donó el órgano. “Gracias al equipo de trasplante cardíaco hoy puedo disfrutar una nueva vida. Son un grupo humano increíble, que se preocupa 100% de uno, te tratan como rey y te hacen sentir como en casa”, dice emocionado José Obreque.

El Centro de Trasplante y Enfermedades Crónicas de Clínica Santa María, está conformado por un equipo multidisciplinario de expertos en trasplante de órganos. El acercamiento con cada paciente es único y personalizado desde la primera visita hasta la recuperación total de la persona. Tienen una estructura de trabajo sin precedentes en nuestro país, tecnología de punta y el apoyo de todos los recursos necesarios en medicina de alta complejidad.

Con la colaboración de: Dr. Jongsung Lim, cardiólogo especialista en insuficiencia cardíaca y parte del equipo del Centro de Trasplante y Enfermedades Crónicas de Clínica Santa María.




Enero 2020
Carlos estrada

Carlos Estrada

Clínica Santa María cumple con los estándares internacionales

Desde Calama y en aeroambulancia, Carlos fue trasladado hasta la Clínica. Su gravedad lo llevó rápidamente a ser ingresado como prioridad en la lista nacional de espera de órganos. La generosidad de un donante y su familia y el equipo del Centro de Trasplante y Enfermedades Crónicas, le salvaron la vida.

Carlos Estrada es venezolano, tiene 34 años y es médico de profesión. Emigró de su país para trabajar en el Hospital de Calama. Llevaba un mes en Chile cuando fue diagnosticado con el virus de hepatitis A, el que dañó gravemente su hígado y provocó que necesitara de un trasplante de este órgano.

“Es un virus relativamente inofensivo en la mayoría de los casos. Sin embargo, en mí produjo una hepatitis fulminante que hizo que tuviera una falla hepática importante y necesitara de un trasplante”, explica Carlos.

Fue trasladado en aeroambulancia desde Calama hasta Clínica Santa María, donde tras su extrema gravedad, fue ingresado como prioridad nacional en la lista de espera de órganos. “Afortunadamente, algunas horas después hubo un donante y pudimos realizar el trasplante de hígado, el que pudimos llevar a cabo sin ningún tipo de inconveniente y del cual él se recuperó rápidamente”, relata el Dr. Javier Chapochnick, médico jefe de Trasplante de Órganos Abdominales del Centro de Trasplante y Enfermedades Crónicas de Clínica Santa María.

Según el Dr. Carlos Derosas, cirujano de trasplante hepático y páncreas riñón del Centro de Trasplante y Enfermedades Crónicas, la evolución del paciente ha sido fenomenal. “Llegó muy grave, con edema cerebral y un importante compromiso de conciencia. Sin embargo, gracias a nuestro equipo multidisciplinario y la generosidad de una familia que donó los órganos de su familiar fallecido, pudimos sacar a Carlos adelante”.

Ad portas de retomar su vida normal como médico y sin mayores problemas en su quehacer diario, Carlos agradece profundamente la efectividad de las políticas sanitarias del país, las que a través del protocolo de trasplante, permitieron que fuera candidato.

“Cuando desperté, los doctores me contaron lo que había pasado, fue bastante fuerte. Sin embargo, aquí hay un equipo multidisciplinario que me ayudó a superar este trastorno adaptativo. Definitivamente Clínica Santa María cumple con todos los estándares internacionales”.

Ahora, Carlos se está acostumbrando al nuevo estilo de vida que implica ser trasplantado de hígado. “Es un precio muy bajo. Estoy vivo, cuando podría no haberlo estado”, finaliza.

Actualmente, el Centro de Trasplante y Enfermedades Crónicas de Clínica Santa María es uno de los centros privados que concentra la mayor actividad en trasplantes de órganos en Chile. Además, cuenta con un modelo de atención integral único en el país, integrado por un equipo multidisciplinario, que trabaja para entregar un tratamiento de alta complejidad y mejorar la calidad de vida de los pacientes.




Julio 2019
cristián muller

Cristián Muller

Primer trasplantado bipulmonar de la Clínica corrió 42 K

Cuando le dijeron a Cristián Müller que su enfermedad era terminal, sintió que le habían puesto a andar un cronómetro en cuenta regresiva. Dos años después le realizaron un trasplante doble de pulmón. Desde ese momento, sus esfuerzos han estado centrados en visibilizar la donación de órganos y agradecer a los donantes y sus familias.

Cristián, de 54 años, nació con déficit de Alpha 1 anti-tripsina, una patología congénita que provoca que el cuerpo no genere las enzimas que protegen los pulmones. El único tratamiento disponible que existe para su tratamiento es el trasplante pulmonar.

En 2012 fue diagnosticado y poco a poco su calidad de vida fue disminuyendo. En 2014 y tras varios episodios de ahogo, el Dr. Marcelo Valdés, médico broncopulmonar de Clínica Santa María, le dijo: “No te vas a tu casa hasta que lleguen tus pulmones.” Cristián estuvo cuatro meses hospitalizado, de los cuales en tres oportunidades estuvo a punto de ser trasplantado, sin embargo, y por distintos motivos, los pulmones no fueron adecuados.

El cuarto intento fue el decisivo. Gracias a la voluntad de un donante y su familia, el Dr. Mauricio Fica, médico Jefe Programa de Trasplante de Órganos Torácicos de Clínica Santa María, junto a un equipo multidisciplinario, pudieron llevar a cabo de forma exitosa el primer trasplante bipulmonar de la Institución.

Según Cristián el cambio fue instantáneo. “Desperté y me cambió la vida: Pude respirar”, recuerda. Pero algo más daba vuelta en su cabeza, quería encontrar la forma de dar las gracias y a la vez visibilizar la importancia de la donación de órganos. Fue así como empezó a correr.

Siempre bajo una estricta supervisión médica, Cristián comenzó a competir, primero en categoría de 3 K y luego de 10 K. En enero de 2019 corrió la media Maratón de Valdivia, su estado físico había mejorado considerablemente y en abril se sintió listo para asumir el desafío que se había propuesto cuando empezó: Correr 42 K.

El 7 de abril, en la Maratón de Santiago, Cristián logró su meta. Se convirtió en la tercera persona en el mundo en realizar esta exigente prueba luego de ser trasplantado de ambos pulmones, y en el primer chileno en hacerlo.

“Esta cruzada intenta sensibilizar al resto del mundo y de demostrar que los enfermos crónicos son personas que pueden recobrar su vida en todo sentido. El hecho de que Cristián haya corrido 42 K ha sido inmensamente gratificante”, manifiesta el Dr. Fica.

Desde marzo, el Centro de Trasplante y Enfermedades Crónicas de Clínica Santa María cuenta con un nuevo espacio para ofrecerl un modelo de atención integral único en el país a sus pacientes. En un solo lugar, un equipo multidisciplinario de primer nivel, de médicos, enfermeros especializados, psicólogos, nutricionistas y kinesiólogos, trabaja para entregar un tratamiento de alta complejidad y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Con la colaboración de: Dr. Mauricio Fica, médico Jefe Programa de Trasplante de Órganos Torácicos.




Mayo 2019
Monserrat trasplante medula osea

Monserrat Marcoleta

"Me dijeron que el Centro de Trasplante era el mejor lugar para tratarme"

El año 2014 comenzó a estar más cansada y con dolores en todo el cuerpo. Por tres años estuvo con molestias, consultó en varios centros de salud y todos los médicos le dijeron que sus síntomas eran producto del estrés. 

Monserrat decidió dejar su trabajo, pues como era fuera de Santiago le demandaba mucho tiempo. Los dolores disminuyeron y entró a la Universidad de Santiago como directora del Sistema de Biblioteca. En abril de 2017 fue a un Congreso en Perú y durante el viaje se sintió muy mal, todos sus malestares se intensificaron.

A su regreso, fue una vez más al doctor, pero esta vez el diagnóstico fue claro: Leucemia linfoblástica aguda. Además tenía talasemia, enfermedad a la sangre que le habían detectado hace años, por lo que llamó a su hematólogo y él le recomendó Clínica Santa María. “Me dijo que los médicos del Centro de Trasplante tenían mucha experiencia y que era el mejor lugar para tratarme”, recuerda.

Llegó a la Clínica y fue evaluada por el Dr. Cristián Carvallo, médico jefe del Servicio de Oncología, quien le explicó que necesitaba un trasplante de médula ósea y que debía quedar hospitalizada. “El equipo es lo máximo, me dieron confianza y sobre todo me entregaron mucho cariño”, detalla.

Monserrat necesitaba un donante, por lo que le hicieron pruebas de compatibilidad a la mayor de sus dos hijas que en ese momento tenía 23 años. El resultado fue positivo y el 10 de agosto se realizó la intervención.


“Nunca me sentí sola, todo el equipo se preocupaba de mí, el Dr. Carvallo siempre estaba presente, sin importar la hora. Eso te hace sentir segura y tranquila”, relata Monserrat.

Fue dada de alta los últimos días del mes. “La recuperación de la paciente fue excelente, luego del trasplante, además, desapareció su talasemia”, destaca el Dr. Carvallo. “Ya me había acostumbrado a vivir con dolor y cansancio, aún no puedo creer lo bien que me siento y la energía que tengo ahora. Fue fundamental el apoyo del equipo médico, de mi familia y mi fe en Dios”, finaliza Monserrat.

En Clínica Santa María se han realizado más de 200 trasplantes de médula ósea, en sus diversas modalidades. Además existen 23 unidades de aislamiento que entregan máximas condiciones de seguridad para prevenir infecciones y efectuar estos procedimientos bajo las mejores condiciones.

Junio 2018

CESAR testimonio trasplante

César Sanpeze

"Mi caso hizo vibrar al equipo médico, fue una victoria para todos"

A los 61 años nada indicaba que tenía problemas de salud, sin embargo, César Sanpeze tenía un tumor alojado en su hígado hace años sin saberlo. El trasplante de este órgano era la única alternativa para seguir viviendo. 

César estaba en el supermercado cuando recibió el llamado que tanto esperaba: Tenían el órgano que necesitaba para ser trasplantado. Tres horas después ya estaba en Clínica Santa María con toda su familia. 

Seis meses antes, en junio del año pasado, llegó al Servicio de Urgencia de la Clínica por un dolor de espalda y glúteo. Le realizaron diversos exámenes y un scanner evidenció que su hígado se encontraba en muy malas condiciones. La noticia lo sorprendió, ya que nunca había presentado síntomas.

De inmediato, fue evaluado por el Dr. Javier Chapochnick, médico jefe del Programa de Trasplante Hepático, quien le explicó que un trasplante era la única opción para mantenerse con vida. César aún recuerda qué le respondió al doctor: “Me voy a morir de cualquier cosa menos del hígado, así que vamos para adelante”. Ese día decidió ponerse en manos de los especialistas de la Clínica y confió plenamente en sus decisiones.

A partir de ese momento inició el tratamiento. Tenía un tumor hepático primario llamado carcinoma hepatocelular, pero no era posible hacer una resección. “Para que no continuara creciendo e impidiera el trasplante, se realizó una quimio-embolización y ablación del tumor”, explica el Dr. Chapochnick.

El 15 de enero se llevó a cabo el procedimiento, César estuvo doce días hospitalizado, sin embargo, al quinto ya se sentía bien y todos sus exámenes arrojaban resultados normales. “No he tenido ninguna complicación y sigo las reglas del juego al pie de la letra: vengo a control, tomo mis medicamentos a la hora y registro todo en la carpeta que me entregaron en la Clínica”, confiesa.

“Estoy muy agradecido de los profesionales con los que compartí durante todo este proceso. Siempre recibí el mejor trato y la mejor disposición en la Clínica. Es sorprendente, mi caso hizo vibrar al equipo médico, fue una victoria para todos”, recuerda.

César confiesa que este período lo ayudó a tomar conciencia sobre la donación de órganos y las personas que han sido donantes, “son muy especiales, se merecen todo el agradecimiento y el respeto del mundo, son un ejemplo para la sociedad”, finaliza.

El equipo médico del Programa de Trasplante Hepático de Clínica Santa María está integrado por especialistas de gran experiencia, capacitados en Chile y en el extranjero, lo que les ha permitido lograr excelentes resultados en sus pacientes.

Mayo 2018

JORGE testimonio trasplante

Jorge Rojas

"Nos conectamos para llegar juntos a la cirugía"

Una enfermedad autoinmune dañó de forma severa los riñones de Jorge, llevándolo rápidamente a requerir un trasplante renal. Fue Teresita, su señora, quien le donó uno de sus órganos.

A mediados de 2017, Jorge Rojas comenzó a presentar un importante deterioro en su función renal, producto de una enfermedad del sistema inmune que se venía tratando hace cinco años. Sin embargo, esta condición se volvió más agresiva y los doctores le dieron dos opciones: diálisis o un trasplante de riñón.

Provenientes de la IV región, Jorge y Teresita llegaron a Clínica Santa María para trasplantarse lo antes posible. Si bien son beneficiarios de Fonasa habían escuchado del Centro de Trasplante de Órganos de la Clínica y de sus excelentes resultados.

El matrimonio fue recibido por el Dr. Javier Chapochnick y la Dra. Jacqueline Pefaur, quienes les explicaron que la mejor opción para Jorge era ser sometido a un trasplante renal de donante vivo. De esta forma, comenzaron rápidamente las gestiones para realizar el procedimiento.

Tras estudiar a cuatro posibles donantes, finalmente encontraron a la persona indicada: Teresita reunía todas las condiciones y era compatible con Jorge para donarle un riñón. “La verdad es que era lo que queríamos desde un principio. Nos conectamos para llegar juntos a la cirugía”, afirman.

Sin embargo, Jorge tenía miedo y no estaba decidido. “Me arrepentí los últimos días, porque no quería hacerla sufrir”, recuerda y ella agrega: “Yo soy fuerte y nunca lo dudé. Aunque no dimensionaba la situación, solamente quería verlo bien”.

Ambos entraron a pabellón a mediados de noviembre para realizar el procedimiento. Primero, el equipo médico liderado por el Dr. Álvaro Kompatzki extrajo uno de los riñones de Teresita. Inmediatamente, el Dr. Javier Chapochnick realizó el trasplante de este órgano en Jorge.

Su organismo aceptó el nuevo riñón sin complicaciones. “Cuando desperté después del trasplante me sentí diferente. No tenía dolor y fue muy buena la recuperación. Estoy eternamente agradecido con mi mujer, ella me devolvió la vida”, recuerda Jorge. Por su parte, Teresita afirma lo importante que ha sido para ella este gesto: “Ser donante es algo muy bonito, le das una posibilidad de vida a otra persona. Volvería a hacerlo sin dudar”.

Con 23 años de casados, este matrimonio hace un llamado sobre la importancia de conversar en familia y respetar la decisión voluntaria de ser donante de órganos. “Nadie está libre, hoy fue por mí y mañana puede ser por ti”, afirma Jorge.

A casi dos meses de la operación, ambos se recuperan y reconocen el gran apoyo que recibieron durante este proceso. “Estamos muy agradecidos de Clínica Santa María por la calidad humana de su personal, desde el equipo médico hasta la persona que te lleva en silla de ruedas. Todos se portaron excelente con nosotros”, finalizan.

Enero 2018

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Cristián Henríquez

"Estoy muy agradecido de Clínica Santa María, me hicieron sentir en familia"

Desde el año 2015, el Programa de Trasplante Pulmonar de Clínica Santa María ha realizado con éxito 24 trasplantes de pulmón y 7 bipulmonares.

En 24 meses, la vida de Cristián cambió radicalmente. Tras enterarse de que tenía fibrosis pulmonar idiopática, una enfermedad crónica que se caracteriza por una disminución progresiva de la función de estos órganos, tuvo que abandonar su trabajo para iniciar un tratamiento que dio resultados sólo hasta junio de este año.

En esa fecha los medicamentos dejaron de hacer efecto y su salud se deterioró de manera considerable. Proveniente de la ciudad de Laja, en la Región del Biobío, llegó a Clínica Santa María donde fue evaluado por el equipo médico del Programa de Trasplante Pulmonar. El Dr. Mauricio Fica, médico jefe del área, le explicó que su condición era grave y que sólo un trasplante bipulmonar podía salvarle la vida.

En agosto recién pasado, tras una crisis que le hizo perder el conocimiento y ser internado de urgencia, Cristián se convirtió en prioridad nacional de trasplante.

Permaneció 40 días hospitalizado a la espera de un donante compatible y la madrugada del 2 de octubre entró a pabellón para ser sometido a una intervención que duró casi 11 horas.

El procedimiento fue exitoso y, posteriormente, lo internaron en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) para recibir atención especializada y multidisciplinaria durante 18 días. Ha pasado poco más de un mes del trasplante y la recuperación de Cristián ha sido muy positiva.

“Estoy muy agradecido de Clínica Santa María, me hicieron sentir en familia. Recibí apoyo, contención y mucho cariño de todo el equipo. Tengo una hija de 5 años y saber que tengo una nueva oportunidad de vivir y verla crecer es muy emocionante. También quiero agradecer a mi donante por el gesto de amor que realizó. Estoy seguro de que se ganó el cielo”, finaliza Cristián.

En Chile, cerca de 50 personas -entre 20 y 68 años- se encuentran en lista de espera para recibir un pulmón que les permita seguir viviendo. Además de la voluntad de un donante y su familia, el tratamiento de un paciente que necesita un trasplante requiere de un centro de alta complejidad y especialistas capacitados para realizar este procedimiento.

Noviembre 2017

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Sergio Jara

"Esto nos ha unido aún más como hermanos, ella me dio una nueva vida"

Para realizar un TMO es necesario un experto equipo médico, y una infraestructura y tecnología adecuadas para tratar a los pacientes. En Clínica Santa María se han efectuado cerca de 200 trasplantes de médula ósea en sus diversas modalidades, desde el año 2004, siendo una institución líder en este tipo de procedimientos.

A comienzos de 2009, tuvo un resfrío que además se manifestó con dolor de huesos y una fuerte molestia en la zona de la ingle. Ante estos síntomas consultó con un médico en Temuco que le diagnosticó leucemia linfoblástica aguda.

Sergio tiene 39 años y es carabinero. Hace 13 años es parte de esta Institución, cumpliendo labores operacionales, de tránsito y velando por la seguridad pública, actividades que se vieron interrumpidas al enterarse de su enfermedad, ya que fue trasladado de urgencia al Hospital de Carabineros en Santiago y, posteriormente, comenzó un tratamiento con quimioterapia.

Tras una leve una mejoría volvió a su ciudad, sin embargo, tuvo una recaída y esta vez fue trasladado a Clínica Santa María. “Al comienzo me sentí súper mal y me decaí. Pero después saqué fuerzas y dije: <el cáncer no me la puede ganar, voy a luchar hasta el final>”, recuerda.

El Dr. Cristián Carvallo, médico jefe del Servicio de Oncología, le planteó la posibilidad de hacer un trasplante de médula ósea para reponer y restablecer la función de las células madre de su organismo, que estaban dañadas por la leucemia.

Existen dos tipos de trasplante de médula ósea, uno del tipo autólogo donde se utilizan células del propio paciente y otro alogeneico en que se usan las de un donante con compatibilidad inmunológica. Frente a la complejidad de encontrar donantes 100% compatibles, existe una técnica llamada de tipo haploidéntico, que permite realizar un TMO con un donante que es sólo 50% compatible con el paciente.

Este último procedimiento se le realizó a Sergio, usando células madre de su hermana, que era inmunológicamente compatible. “Esto nos ha unido aún más como hermanos, ella me dio una nueva vida”, reflexiona. A casi un año del trasplante, Sergio comenta que se ha sentido muy bien, continúa con medicamentos y controles periódicos.

“El apoyo médico y del personal de la Clínica fue primordial para mi recuperación, gracias a ellos logré salir adelante. Además, quiero agradecer a Carabineros de Chile por la ayuda incondicional y por financiar mi tratamiento”, finaliza Sergio.

Octubre 2017
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Rodrigo Contardo

“Ser donante es un acto de entrega incondicional”

Rodrigo Contardo tiene 38 años y es comunicador audiovisual. El pasado mes de diciembre y, a pesar de su corta edad, fue sometido a un trasplante de hígado. “Si pueden ser donantes y regalar vida, háganlo”, reflexiona tras esta experiencia.

A los 27 años le diagnosticaron colitis ulcerosa, una patología del colon y recto que se caracteriza por inflamación y dolor abdominal. Tres años después, le detectaron colangitis esclerosante primaria, una enfermedad asociada de origen autoinmune y de tipo crónico que se refiere a la inflamación progresiva de los conductos biliares. Este hecho fue el primer signo de que su hígado no estaba en las mejores condiciones.

Rodrigo vivió siete años con este silencioso mal, que se manifestaba principalmente con sensación de cansancio y baja energía, además de ictericia (piel de color amarillo). Durante todo ese tiempo fue evaluado por el Dr. Jaime Poniachik, gastroenterólogo de Clínica Santa María, quien le indicó tratamiento farmacológico para evitar que su hígado continuara deteriorándose.

Sin embargo, el año 2013 fue hospitalizado de urgencia durante un mes debido a una descompensación de la colangitis y a un cuadro de vasculitis, una enfermedad autoinume que puede afectar a cualquiera de los vasos sanguíneos del cuerpo y que le provocó manchas en la piel, inflamación de la nariz y zumbidos en el oído, entre otros síntomas. Una vez dado de alta, el Dr. Poniachik le planteó la posibilidad de realizarse un trasplante hepático, opción que cada año tomaba más fuerza para Rodrigo, ya que representaba la única oportunidad de mejorar su calidad de vida y de retomar las actividades que había abandonado.

Fue en octubre del año pasado cuando comenzó a sentir malestar general y los síntomas de la vasculitis se hicieron presentes nuevamente, obligándolo a permanecer hospitalizado por dos meses.

Durante ese período, además, estuvo en coma por dos días producto de su falla hepática. Rodrigo ya había sido evaluado por el Dr. Javier Chapochnick, médico jefe del Programa de Trasplante de Páncreas e Hígado, y el trasplante era inminente, por lo que sólo restaba esperar. “Este tipo de trasplante depende de la generosidad de una familia que decide donar los órganos de un paciente con muerte cerebral”, explica el especialista.

Un domingo de diciembre, Rodrigo recibió el llamado que confirmaba la existencia de un hígado compatible y en buen estado para él. En Clínica Santa María la operación duró 12 horas y resultó exitosa. Su evolución fue muy rápida y positiva, y dos semanas después fue dado de alta. Hoy, a tres meses de la intervención, los exámenes de rutina muestran niveles hepáticos normales y Rodrigo de a poco ha ido retomando las actividades que había dejado de lado.

“El trasplante fue una segunda oportunidad de vivir y una experiencia muy enriquecedora en todo sentido. Si pueden ser donantes y regalar vida, háganlo”, finaliza Rodrigo.

El hígado, además de ser el órgano más voluminoso del cuerpo, cumple tres funciones vitales: Almacenamiento de energía, desintoxicación del cuerpo o eliminación de toxinas y síntesis de sustancias fundamentales para el día a día. Cuando este órgano presenta daño severo, como el que provoca la colangitis esclerosante en el tiempo, el organismo necesita el reemplazo del hígado dañado por uno en buenas condiciones, siendo el trasplante hepático la única alternativa.

Abril 2017

 

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Daniza Vargas

“Cuando recibí la noticia me volvieron las ganas de vivir”

Daniza Vargas (50 años) es casada, madre de tres hijos, abuela y dueña de una tranquila vida en Los Andes. Sin embargo, en febrero de este año todo cambió, luego de que sus exámenes de rutina evidenciaran problemas hepáticos. Una inesperada situación que -en pocos meses- la convirtió en candidata a un trasplante de órgano.

Nunca tuvo síntomas. Así recuerda Daniza Vargas el comienzo de una hepatitis autoinmune. La primera voz de alerta fue un examen de sangre que mostró muy alteradas las pruebas hepáticas. Con el resultado, la indicación fue clara, tenía que ser evaluada a la brevedad por un hepatólogo. “Pensé que no era grave, nunca había escuchado de este tipo de enfermedad”, cuenta Daniza.

Por esta razón, decidió regresar a Los Andes, cumplir con la estricta dieta que le indicaron y retomar los exámenes más adelante. Después de todo –pensaba ella– no tenía síntomas de los que preocuparse. Y así fue hasta abril. Cuando se duchaba notó que su piel estaba muy amarilla y progresivamente comenzó a sentirse más cansada. Una noche de mayo despertó con taquicardia. “Me asusté mucho, el corazón me latía muy fuerte. Le pedí a marido que fuéramos a un Servicio de Urgencia y él, sin pensarlo dos veces, me llevó a Clínica Santa María donde llegué prácticamente sin conciencia”, recuerda.

Luego de ser estabilizada por el equipo médico, Daniza fue evaluada por el Dr. Javier Chapochnick, médico jefe Programa de Trasplante de Páncreas e Hígado. El especialista le explicó que su cerebro había colapsado por culpa del mal funcionamiento de su hígado.

Tras este episodio estuvo un mes hospitalizada. Su hígado estaba muy dañado y era sólo cosa de tiempo para que otros órganos comenzaran a deteriorarse. El trasplante era la única alternativa. Daniza fue ingresada a la lista nacional de espera y fue dada de alta para seguir sus cuidados en casa a la espera de un donante. “Conozco la realidad de la donación en Chile, cuando me dijeron que necesitaba un órgano de inmediato pensé en la muerte”, confiesa.

Semanas después volvió a descompensarse. Ese mismo día le informaron que había un posible donante compatible en Talca. “Cuando recibí la noticia me volvieron las ganas de vivir. Tengo 50 años y de verdad quiero vivir otros 30 más”, afirma Daniza.

El 22 de junio se realizó el trasplante en una compleja cirugía que duró aproximadamente cuatro horas y media. “Cuando ingresé a pabellón perdí el miedo. Sentí a todo el equipo muy confiado, con buenas energías y mentalizado en que todo iba a salir bien”, dice. En efecto, el procedimiento fue exitoso y dos semanas después Daniza fue dada de alta. A más de un mes del trasplante los resultados han superado las expectativas. “Estoy viviendo mi vuelta a la vida y estoy muy agradecida. Ahora, mi familia y yo también somos donantes. Esta es una gran lección de la que todos deberíamos tomar conciencia”, finaliza.

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Las funciones que el hígado cumple en el organismo son múltiples y vitales. Almacena energía, elimina toxinas y produce sustancias fundamentales para el día a día. Cuando este órgano presenta daño severo, el mismo cuerpo es el que comienza a pedir con urgencia su reemplazo, siendo el trasplante hepático la única alternativa.

Con el trasplante, que es una cirugía de altísima complejidad, se busca reemplazar el órgano enfermo por uno sano. Este tipo de trasplante depende de la generosidad de una familia que decide donar los órganos de un pariente con muerte cerebral. Sin ir más lejos, en nuestro país actualmente hay aproximadamente 120 personas a la espera de este acto de solidaridad.

Daniza Vargas es un claro ejemplo de ello. Se trata de una mujer joven cuya calidad de vida empeoró de forma considerable y en muy poco tiempo, presentando ictericia, problemas nutricionales y un deterioro general muy severo. En ese marco, y con un hígado completamente dañado, el trasplante era su única opción de vida, además de un gran desafío médico porque se trataba del primer trasplante de este tipo en Clínica Santa María.

“Esta intervención fue un gran hito y es resultado del arduo trabajo de todo el equipo médico, tanto de los que participan en la cirugía como también de quienes acompañan al paciente en su cuidado posterior. No cabe duda de que contamos con un equipo multidisciplinario sincronizado y altamente preparado”, dice el Dr. Javier Chapochnick.

Dr. Javier Chapochnick, Médico Jefe Programa de Trasplante Páncreas-Riñón de Clínica Santa María.

Agosto 2016

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Mirsa Ríos

“La generosidad de una familia me salvó la vida”

El 23 de marzo es una fecha que Mirsa Ríos, de 37 años, difícilmente podrá olvidar. Ese día fue sometida a un trasplante de pulmón, cuando solo había pasado un mes desde que nació su segunda hija. Este hecho determinante hoy la tiene con vida y le permite disfrutar a la pequeña Emilia.
A las 23 semanas de embarazo, Mirsa Ríos se enteró de que tenía el cuello del útero corto y debía hacer reposo absoluto. Diez semanas después comenzó a sentirse más cansada de lo habitual, pero pensó que era parte del embarazo.

Precisamente, cuando estaba en control con su ginecólogo, empezó a toser sin parar y a ahogarse. De inmediato le realizaron un escáner de tórax, examen tras el cual le diagnosticaron fibrosis pulmonar, por lo que fue sometida a una cesárea de emergencia, ya que el embarazo complicaba aún más su estado de salud y también ponía en peligro la vida de su hija.

Mirsa estuvo internada un mes en una Unidad de Cuidados Intensivos. Durante este período recibió tratamiento con antibióticos, corticoides e inmunosupresores. Ninguno dio resultado y el diagnóstico era poco preciso, sin embargo, el siguiente paso estaba claro: Debía ser trasladada a un centro de alta complejidad, ya que necesitaba un trasplante de pulmón para seguir viviendo.

En ese contexto, el 12 de marzo fue internada en Clínica Santa María, donde le diagnosticaron enfermedad pulmonar intersticial difusa, un trastorno progresivo con pronóstico poco alentador. Fueron días de mucha angustia al estar separada de su hija prematura y de gran incertidumbre a la espera de un donante compatible.

Afortunadamente, la espera duró menos tiempo del que pensaba. El 23 de marzo recibió la anhelada noticia y se realizó el trasplante. “La noche anterior sentí que ya no tenía fuerzas, ni siquiera podía hablar”, recuerda. “Hay sentimientos encontrados porque me quería recuperar, pero al otro lado también hay personas que sufren porque pierden a un ser querido. La experiencia médica y la generosidad de una familia me salvó la vida”, finaliza.

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Existen diversos trastornos respiratorios que comprometen de forma severa la función pulmonar y, para varios de ellos, el trasplante de pulmón resulta ser la única opción de tratamiento. Mientras eso no ocurra, los pacientes -además de ver limitadas sus actividades diarias- se vuelven oxígeno dependientes y pueden incluso tener un desenlace fatal.

Enfermedades respiratorias avanzadas, como enfisema pulmonar, fibrosis quística y fibrosis pulmonar idiopática, son algunas de las que con mayor frecuencia necesitan de un trasplante de pulmón, como en el caso de Mirsa Ríos, cuyo estado de salud se agravó considerablemente producto del embarazo.

“Anualmente se realizan alrededor de 20 trasplantes de pulmón en Chile. Sin embargo, la lista de espera es bastante abultada y la velocidad de los procedimientos depende de la donación que, en general, es muy lenta”, afirma el Dr. Mauricio Fica.

El trasplante de pulmón consiste en cambiar uno o ambos pulmones, utilizando los órganos de un donante compatible, con el fin de restaurar la función normal del sistema respiratorio. El 85% de los pacientes que se someten a esta intervención pueden recuperar su vida familiar y laboral sin mayores problemas.

En agosto de 2013 se realizó el primer trasplante de pulmón en Clínica Santa María, una vez que se puso en marcha el Programa de Trasplante Pulmonar, integrado por un equipo médico multidisciplinario. A la fecha se han llevado a cabo 16 trasplantes de manera exitosa, con un 95% de independencia permanente de oxígeno. 

Dr. Mauricio Fica, Cirujano de Tórax y Médico Jefe Programa Trasplante Pulmonar de Clínica Santa María.

Junio 2016

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Carlos Gallardo

"El trasplante me devolvió la vida, siento que volví a nacer"

El 11 de noviembre pasado, Carlos Gallardo recibió una gran noticia: Tras permanecer ocho meses en lista de espera y más de un año dializándose, había un riñón compatible para él. Ese mismo día, otros dos pacientes fueron sometidos a este procedimiento en Clínica Santa María.

Carlos tiene 50 años y la mitad de su vida ha padecido de diabetes. Inicialmente, trató su enfermedad en Punta Arenas –donde trabaja y vive junto a su mujer y tres hijos–, pero cuando su salud empezó a deteriorarse, especialmente su corazón, tuvo que atenderse en Santiago.

Fue sometido a una cirugía cardíaca en la que le realizaron tres bypass y una reparación de la válvula mitral, pero más tarde su salud volvería a decaer. “A los cinco años de operado, empecé a tener problemas renales. Mis niveles de creatinina eran muy elevados, por lo que tenía que ser controlado por un nefrólogo”, recuerda. A pesar de ser responsable con sus controles médicos, su estado se fue deteriorando cada vez más, hasta que en 2013 tuvo que comenzar a dializarse.

Para buscar otra alternativa de tratamiento, consultó con la Dra. Jacqueline Pefaur, médico jefe de la Unidad de Trasplante de Clínica Santa María, quien, tras evaluarlo y realizar los exámenes necesarios, determinó que era un candidato apto para ser trasplantado. De esta manera, fue ingresado a lista de espera en marzo de 2014.

La mañana del 11 de noviembre, Carlos recibió el llamado que tanto esperaba. De inmediato reservó un vuelo a Santiago y entró a pabellón esa misma noche para recibir un nuevo riñón. El procedimiento fue encabezado por el Dr. Javier Chapochnick, médico jefe del Programa de Trasplante Páncreas-Riñón de Clínica Santa María, duró cerca de dos horas y media y se llevó a cabo sin contratiempos.

Otros dos pacientes con un estado de salud comprometido también fueron sometidos a un trasplante renal ese día, uno fue realizado por el mismo especialista y el otro por el Dr. Felipe Balbontín, urólogo y cirujano de trasplante de la Institución. Ambos evolucionaron de forma satisfactoria y, al igual que Carlos, mejoraron considerablemente su calidad de vida, gracias a la efectividad del procedimiento y a la generosidad de los donantes y sus familias.

En cuanto a la recuperación de Carlos, el Dr. Chapochnick explica: “Su función renal ha progresado de manera muy rápida hasta prácticamente normalizarse y no se tuvo que dializar más. Esto le permite tener más energía, sentirse bien y comer y tomar líquido de manera habitual, es decir, hacer vida normal a diferencia de antes de la operación”.

“Ya pasé la etapa más crítica y no experimenté ninguna complicación ni indicio de rechazo. Estoy muy agradecido de la familia del donante por este noble gesto, así como de la atención que recibí por parte de todo el equipo médico de Clínica Santa María. Mi calidad de vida cambió radicalmente. El trasplante me devolvió la vida. Siento que volví a nacer”, finaliza el paciente.

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Si bien el trasplante renal es una técnica ampliamente difundida en Chile, la realización de tres cirugías de este tipo en un centro el mismo día no es una situación frecuente, ya que se deben conjugar múltiples factores para que esto ocurra y, por razones obvias, pone a prueba tanto a las instituciones como a los equipos humanos a cargo de estas intervenciones.

En noviembre del año pasado, en Clínica Santa María se hicieron tres trasplantes de riñón en un lapso de 12 horas, que permitieron mejorar notablemente la calidad de vida de tres personas que producto de su enfermedad renal se dializaban y que hoy, tras recibir sus nuevos órganos, llevan una vida normal.

Esta extraordinaria situación fue posible gracias a que en forma fortuita tres de nuestros pacientes que integraban la lista de espera nacional con criterio expandido (nómina paralela a la estándar que agrupa a receptores mayores de 55 años y que otorga la posibilidad de recibir órganos de donantes de ese rango etario) cumplieron con los requisitos de asignación de un riñón en un mismo día. La noticia fue informada por el Instituto de Salud Pública (ISP) a nuestra Unidad, que luego de evaluar la factibilidad técnica decidió llevar a cabo los tres trasplantes en beneficio de nuestros pacientes en espera.

“Clínica Santa María cuenta con la capacidad de realizar procedimientos complejos las 24 horas del día, sin embargo, la tarea no era menor por la tremenda coordinación entre las distintas unidades y equipos humanos participantes en éstos” explica el Dr. Álvaro Kompatzki, urólogo, cirujano de trasplante y jefe quirúrgico de la Unidad de Trasplante Renal de la Clínica Santa María.

La Unidad de Trasplante de Clínica Santa María está compuesta por nefrólogos reconocidos en el medio nacional y cirujanos de trasplante, todos con amplia experiencia y formación en el extranjero, acompañados por una enfermera coordinadora de dedicación exclusiva.

“En la actualidad hay 15 pacientes esperando por un riñón en nuestra Clínica, seis de los cuales se encuentran en la lista de donante con criterio expandido, que pese a su complejidad ha permitido a pacientes mayores acceder a un trasplante con menos tiempo de espera, ya que la lista es más pequeña que la estándar“, finaliza el especialista.

Dr. Álvaro Kompatzki, Urólogo, Cirujano de Trasplante y Jefe Quirúrgico Unidad de Trasplante Renal de Clínica Santa María.

Junio 2015

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Cristián Muller

"Recibí el mejor regalo de fin de año, el 2015 es una nueva oportunidad para mí"

Nació con una enfermedad que deterioró sus pulmones y lo hizo oxígeno dependiente durante el último año. Tras permanecer cerca de seis meses en lista nacional de espera, Cristián Muller (50) recibió dos nuevos órganos, convirtiéndose en el primer paciente sometido a un trasplante bipulmonar en Clínica Santa María.

En 2012, cuando se realizó un scanner para tratar una patología abdominal, Cristián Muller se enteró de que tenía un enfisema pulmonar secundario a una deficiencia de Alfa 1 Antitripsina, una enzima encargada de proteger a los pulmones de la inflamación causada por infecciones que atacan el tejido pulmonar.

Aunque se trata de un trastorno presente desde el nacimiento, Cristián nunca presentó síntomas. “El avance de esta enfermedad es lento. De hecho, cuando joven siempre fui bastante deportista, practicaba básquetbol y atletismo. Los primeros ahogos aparecieron hace cinco años, pero no les di mayor atención hasta que descubrieron el enfisema”, relata Cristián.

De esta manera, comenzó a controlarse con un médico broncopulmonar para que siguiera la evolución de su patología. El especialista sólo le indicó el uso de inhaladores, además de diversos exámenes en forma mensual. Con este tratamiento, no presentó complicaciones.

Un par de años después, la enfermedad evolucionó rápidamente. Cristián dormía con oxígeno y experimentaba crisis que no le permitían respirar, situación que lo obligaba a permanecer varios días hospitalizado para estabilizarse. Fue después de uno de estos episodios, en mayo de 2014, que llegó a Clínica Santa María.

Desde entonces, el Dr. Marcelo Valdés se convirtió en su médico broncopulmonar de cabecera. Tras determinar que sus pulmones estaban demasiado deteriorados, el especialista lo derivó con el Dr. Mauricio Fica, cirujano de tórax, para que fuera evaluado y lo inscribieran en la lista nacional de trasplante de pulmón.

“Durante esos meses mi calidad de vida disminuyó considerablemente y mi capacidad aeróbica estaba muy baja. Viví intensas crisis y era oxígeno dependiente las 24 horas del día. En septiembre mi estado de salud era bastante delicado, por lo que tuvieron que hospitalizarme para ser monitoreado hasta conseguir al menos un órgano compatible”, recuerda el paciente.

Luego de tres falsas alarmas, en las que el donante no resultaba compatible con Cristián, a fines de diciembre recibió la anhelada noticia. Sin ánimo de generar expectativas en su familia, no alcanzó a contarles a sus cuatro hijas que sería trasplantado cuando se encontraba en pabellón para recibir los nuevos órganos.

"El alivio fue inmenso cuando desperté de la anestesia y logré respirar sin ningún tipo de apoyo. Mi evolución fue tan satisfactoria que una semana después estaba haciendo bicicleta. Recibí el mejor regalo de fin de año, el 2015 es una nueva oportunidad para mí y agradezco infinitamente a Clínica Santa María y a todo el equipo del Programa de Trasplante Pulmonar”, finaliza Cristián.

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En Chile, alrededor de 50 personas se encuentran en lista de espera para recibir un pulmón que les permita seguir viviendo. Para tratar a estos pacientes, además de la voluntad de un donante y su familia, se requiere de un Centro de alta complejidad y especialistas capacitados para realizar un trasplante de órganos.

El año pasado, Clínica Santa María puso en marcha un Programa de Trasplante Pulmonar. Un grupo médico multidisciplinario se preparó durante dos años para entregar una atención integral y realizar un adecuado seguimiento al paciente trasplantado. El equipo, encabezado por el Dr. Mauricio Fica, cirujano de tórax, realizó el primer trasplante en agosto, luego del cual se han trasplantado ocho pacientes.

Al cumplir un año de funcionamiento, el Programa de Trasplante de Pulmón sumó un nuevo hito: En diciembre de 2014 realizó el primer trasplante bipulmonar. “Fue necesaria una gran coordinación, ya que una vez que Cristián Muller fue informado de que habían pulmones compatibles, parte del equipo se trasladó hasta el recinto donde estaba el donante para extraer los órganos y hacerlos llegar a la Clínica, donde estaba todo dispuesto para realizar la intervención”, comenta el especialista.

Para realizar esta compleja cirugía es necesario que el donante y el receptor tengan el mismo grupo sanguíneo, además de que los pulmones del donante estén en buenas condiciones y sean de un tamaño similar a los del paciente. Cumplidas esas condiciones, Cristián recibió los órganos en una cirugía que duró alrededor de nueve horas.

Actualmente, la Clínica atiende a cinco personas de la lista nacional de trasplante de pulmón, los que se encuentran a la espera de un donante compatible para ser trasplantados y tener la esperanza de poder prolongar su tiempo y calidad de vida. De esta manera, el Programa de Trasplante Pulmonar se suma a otros exitosos programas desarrollados en Clínica Santa María, como el trasplante de riñón, médula ósea y combinado de riñón-páncreas.

Dr. Mauricio Fica, Cirujano de Tórax y Médico Jefe Programa Trasplante Pulmonar de Clínica Santa María.

Febrero 2015

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Lorena Turina

“El trasplante me devolvió la vida, me siento espectacular”

Con sólo nueve años, a Lorena Turina le diagnosticaron diabetes, una enfermedad crónica que la hizo insulinodependiente y la acompañó hasta que tuvo 41. Hoy, gracias al Programa de Trasplante de Páncreas-Riñón de Clínica Santa María, lleva una vida completamente normal.

Fue en Punta Arenas, su ciudad natal, cuando Lorena Turina se enteró de que tenía diabetes. A partir de esa fecha -en 1982- se convirtió en insulinodependiente. “Ser una niña diabética en un lugar tan lejano y sin especialistas fue muy complicado. En esa época no habían productos sin azúcar, por lo que crecí experimentando con lo que podía o no comer”, recuerda.

Ya en la adolescencia, Lorena se rebeló y permaneció mucho tiempo sin ir al doctor. “Para mí era una rutina vivir con diabetes, pero llegó un momento -a los 15 o 16 años- en el que no pude más: empecé a alimentarme mal y dejé de controlarme”, cuenta.

Demasiado joven para razonar el daño que se hacía, entrar a estudiar química y farmacia a la universidad no cambió el panorama. Por el contrario, aunque vivía en la capital, acudía esporádicamente al médico y se automedicaba con distintas dosis de insulina. 

La historia cambió cuando quedó embarazada a los 33 años. Su función renal comenzó a deteriorarse y su ginecólogo la derivó con la Dra. Andrea Sepúlveda, endocrinóloga, y con el Dr. Oscar Espinoza, nefrólogo, ambos de Clínica Santa María. Su hijo, Vicente, nació prematuro y sin problemas. No obstante, tras el parto, su insuficiencia renal aumentó a grado tres. Siete años más tarde, llegó a cinco, haciéndose inminente iniciar un tratamiento de diálisis. En ese contexto, el Dr. Espinoza le habló sobre el Programa de Trasplante de Páncreas-Riñón como alternativa para revertir el daño renal y curar su diabetes. 

Lorena fue atendida por el Dr. Javier Chapochnick, médico jefe del Programa, quien tras evaluar su estado de salud le explicó que era una excelente candidata para el procedimiento, por lo que en febrero de este año ingresó a lista de espera nacional y en marzo fue trasplantada. “Viví inyectándome insulina por tres décadas, pero tras la operación no he vuelto a necesitarla. El trasplante me devolvió la vida, me siento espectacular. Ahora puedo proyectarme en el tiempo y ver crecer a mi hijo. Estoy profundamente agradecida”, finaliza.


Programa de Trasplante de Páncreas-Riñón


En Chile, más de 1.200 personas están a la espera de un trasplante renal, 30% de ellas son diabéticas. Estos pacientes -además de requerir un nuevo órgano para sobrevivir- necesitan de un trasplante de páncreas para tratar la diabetes y sus riesgos asociados, lo que a su vez permite que el riñón trasplantado no vuelva a deteriorarse.

Clínica Santa María desarrolló un Programa multidisciplinario de Trasplante de Páncreas-Riñón, un procedimiento que está indicado en aquellos pacientes diabéticos insulinodependientes que han desarrollado enfermedad renal crónica y están en diálisis o cuyo tratamiento de diálisis es inminente, como en el caso de Lorena Turina. 

“Al recibir ambos órganos, la paciente dejó de ser diabética y se solucionó su falla renal, pasando de tener una enfermedad crónica a presentar indicadores absolutamente normales en sus exámenes de función renal y glicemia”, explica el Dr. Chapochnick. A pesar de haber un gran número de pacientes que requieren este tratamiento, este procedimiento no se ha masificado. El trasplante combinado de órganos se realiza en una cirugía única, a través de una misma incisión. De hecho, las cifras indican que quienes se someten al trasplante simultáneo mejoran sus expectativas de vida a largo plazo de manera muy significativa. 

El Programa de Trasplante de Páncreas-Riñón cuenta con un equipo médico multidisciplinario para tratar tanto a pacientes del sector privado como público y hoy tiene a tres pacientes en lista de espera, número que pretende aumentar exponencialmente en los próximos meses.

Dr. Javier Chapochnick, Médico Jefe Programa de Trasplante Páncreas-Riñón de Clínica Santa María.

Mayo 2014