Tras un accidente automovilístico, Juan Andrés Vieytes (12 años), llegó a Clínica Santa María con riesgo vital. Luego de estar un mes hospitalizado en la Unidad de Paciente Crítico Pediátrico (UPCP), hoy lleva una vida normal.
Juanito, como le dice su familia, sufrió un incidente que cambió su vida, el 22 de julio pasado. “Mi hijo y mi yerno venían en el auto, y por evitar un hoyo, se volcaron”, relata su padre. El menor llegó en ambulancia a la Urgencia Pediátrica de Clínica Santa María con un traumatismo encéfalo craneano (TEC) abierto, trauma ocular severo, contusión pulmonar y múltiples lesiones que pusieron su vida en peligro.
Debido a su estado de gravedad, fue internado en la Unidad de Paciente Crítico Pediátrico de la Clínica, donde fue asistido por un equipo médico multidisciplinario que decidió conectarlo a ventilación mecánica invasiva para darle soporte respiratorio. Tras estar 18 días hospitalizado en esta Unidad y lograr salir adelante, comenzó el proceso de rehabilitación junto al equipo de Salud Mental de la Clínica, ya que producto del accidente perdió el ojo izquierdo y también requería contención emocional.
El padre del paciente destaca la calidez y empatía de los profesionales, quienes dieron apoyo incondicional a su hijo, e incluso, médicos de la Institución le donaron una prótesis ocular. “Quisimos aportar con nuestro granito de arena, tratando de mejorar la calidad de vida de nuestro paciente”, afirma la Dra. Pamela Lama, pediatra que lo acompañó durante toda su estadía en la UPCP.
Hoy, Juanito lleva una vida normal, y su padre asegura: "Gracias a la calidad médica y humana del equipo de la Clínica, mi hijo está bien".