Eugene King llegó con riesgo vital a la Clínica tras sufrir una trombosis pulmonar grave, por lo que fue sometido a un innovador procedimiento de alta tecnología, que le salvó la vida y que hoy le permite llevar una rutina normal y hacer lo que más le gusta: tocar trompeta.
Eugene King (71) es músico de la Orquesta Filarmónica de Santiago hace 36 años, profesor universitario de trompeta y golfista aficionado. Debido a la pandemia y al teletrabajo, su vida pasó a ser más sedentaria, por lo que en agosto del año pasado, decidió viajar a ver a sus hijos que viven en Estados Unidos. En octubre volvió a Chile y una mañana, sorpresivamente, perdió la capacidad de respirar.
“El cuadro de trombosis pulmonar, generalmente parte en alguna extremidad porque se producen coágulos en las venas. En el 80% de los casos, se producen porque las piernas están comprimidas por mucho tiempo, sin moverse, como puede ser en un largo viaje en avión”, comenta el Dr. Pablo Pedreros, cardiólogo de Clínica Santa María.
Eugene llegó al Servicio de Urgencia muy grave y, según los especialistas, con alto riesgo vital, debido a una trombosis pulmonar masiva. Es decir, con una gran cantidad de coágulos que obstruían las arterias del pulmón. “Yo pensé que me iba. Llamé a mis hijos, que estaban lejos, y me despedí, porque no sabía lo que iba a pasar”, cuenta el músico.
La opción más viable para salvarle la vida y que quedara sin secuelas importantes, era someterlo a una trombectomía percutánea mixta. “Consiste en introducirnos con unos catéteres especiales, a través de las venas de las piernas, hasta llegar a las arterias del pulmón. Así de una manera selectiva, ubicamos los coágulos, los aspiramos y administramos un medicamento que termina disolviéndolos”, explica el Dr. Pedreros, quien realiza hace cuatro años este procedimiento en Clínica Santa María.
Tras la intervención, Eugene estuvo ocho días hospitalizado. Al volver a su casa, debió realizar terapia, ejercicios de respiración y actividad física de forma paulatina. Un par de semanas más tarde, volvió a tomar su trompeta.
“Yo le debo todo a Clínica Santa María, al equipo médico, a las enfermeras y al Dr. Pedreros, no solamente por su profesionalismo, también por su calidad humana. Le di las gracias, pero me sonrió amablemente y me dijo que no le agradeciera a él, que fueron mis más de 40 años de estudios de trompeta, que gracias a ella tuve la capacidad pulmonar para resistir y que eso me salvó la vida”, finaliza Eugene.
La Clínica fue pionera en la realización de trombectomías percutáneas mixtas en Chile y a la fecha ha salvado la vida a más de 40 pacientes que sufrieron tromboembolismos pulmonares.