Esta enfermedad consiste en la inflamación del miocardio, la cual implica necrosis, es decir, muerte de las células. Al realizar una biopsia, esta patología demuestra infiltrado inflamatorio en este tejido muscular del corazón.
La intensidad de los síntomas varía, ya que hay algunos pacientes que prácticamente no los presentan, pero otros pueden sufrir insuficiencia cardiaca leve, moderada o grave y severa. Aun así, los principales son: fatigas, ahogos,
edemas, ocultación de un tercer o cuarto ruido cardiaco o soplos, y en algunos casos muerte súbita cardiaca debido a una arritmia letal. De vez en cuando, los pacientes tienen inflamación del pericardio de forma concomitante,
los que podrían tener dolor típico de pericarditis.
“Generalmente, esta inflamación tiene causas infecciosas y no infecciosas, sin embargo, existen numerosos casos idiopáticos, es decir aquellos que no tienen origen determinado”, explica el Dr. Rubén Lamich, cardiólogo
y médico jefe del Centro del Corazón de Clínica Santa María.
Las miocarditis infecciosas, son las más frecuentes, y se deben a trastornos virales, como parvovirus y herpes virus, pero también pueden ser causadas por enfermedades parasitarias y bacterianas, ya sea por basilio gramnegativos, estreptococos o estafilococos.
Por otro lado, las miocarditis no infecciosas pueden deberse a cardiotoxinas, fármacos (penicilinas, diuréticos tiazídicos, clozapina y otros) y algunos trastornos sistémicos, como los autoinmunitarios (arteritis de Takayasu o células gigantes, lupus eritematoso sistémico y la granulomatosis).
Los tratamientos más comunes abordan la insuficiencia cardíaca y las arritmias:
-La insuficiencia cardiaca se trata con fármacos, y en los casos donde se encuentra más avanzada, puede requerir el uso de un balón de contrapulsación intra voltaico, o de un dispositivo de asistencia ventricular izquierda. Por otro lado, en las miocarditis fulminantes refractaria se podría necesitar un trasplante.
-El tratamiento farmacológico, a largo plazo, incluye inhibidores de la enzima convertidora, beta-bloqueantes, antagonistas de aldosterona, entre otros.
-Las miocarditis infecciosas, generalmente, se tratan con terapia sintomática para insuficiencia cardiaca y arritmias asociadas. No se ha demostrado que la terapia antiviral
sea útil en la mayoría de las etiologías virales, aun así, hay algunos antivirales y corticoides que pueden ayudar a curar la miocarditis por coronavirus.
-En el caso de la miocarditis por hipersensibilidad se tratan mediante la interrupción inmediata del fármaco causante de esta inflamación.
Para el diagnóstico, el paciente debe someterse a una evaluación clínica, y a exámenes físicos (electrocardiogramas, la determinación de
la evasión de las enzimas cardiacas, especialmente de las troponinas). El doctor, también puede solicitar imágenes, como ecocardiograma, doppler color y una resonancia nuclear magnética al corazón. Incluso, a veces
se debe realizar una biopsia endomiocárdica para identificar la causa precisa de la miocarditis.
No es posible prevenir la miocarditis con métodos específicos. “La mejor forma es evitar las infecciones virales, u otras causas potenciales, que una vez estando
en el organismo puedan afectar al miocardio”, explica el experto.
En Chile y el mundo, las cifras de la miocarditis han aumentado en los últimos años, especialmente con la llegada del coronavirus, puesto que gatilla esta inflamación.
Con la colaboración del Dr. Rubén Lamich, cardiólogo y médico jefe del Centro del Corazón de Clínica
Santa María.