Una alimentación saludable se caracteriza por la variedad en el consumo de estos grupos de alimentos, ya que contienen vitaminas y minerales importantes para el organismo. Infórmate de los beneficios que te entregan.
Vitamina C: Mejora la absorción del hierro y previene infecciones y resfríos. Está presente en el kiwi, naranja, limón, melón, frutilla, pepino dulce, brócoli, pimentón, repollo y coliflor.
Vitamina A: Es esencial para la salud de la piel, ojos, dientes y cabello. Aquellos alimentos que contienen esta vitamina son: Caqui, damasco, níspero, zanahoria, betarraga, espinaca, zapallo y acelga.
Vitamina E: Protege las grasas de los tejidos contra la oxidación. Se encuentra en el durazno, cerezas, damasco, ciruela, palta, espárragos, acelga, betarraga y brócoli.
Vitamina B1 (tiamina): Mejora el apetito y ayuda al buen funcionamiento del sistema nervioso. Está presente en la naranja, uva, pepino, chirimoya, piña, sandía, espinaca, zapallo, zanahoria, betarraga, espárragos, brócoli, tomate y lechuga.
Vitamina B2 (riboflavina): Es fundamental para mantener la piel sana. La betarraga, champiñones, lechuga y espárragos, la contienen.
Vitamina B3 (niacina): Contribuye al funcionamiento del aparato digestivo, la piel y los nervios, además, es importante para la conversión de los alimentos en energía. Está en el durazno, cerezas, kiwi, chirimoya, pepino dulce, porotos verdes, champiñones, espárragos, alcachofa y arvejas.
Vitamina B6: Favorece el funcionamiento del sistema nervioso. Se encuentra en el plátano, palta, zanahoria, coliflor, espinaca y pimentón.
Ácido fólico: Ayuda al crecimiento normal del feto, mantener las funciones del tracto intestinal y previene ciertas formas de anemia. Los alimentos que lo contienen son: Mora, naranja, frambuesa, kiwi, palta, espinaca, achicoria, espárragos, alcachofa, brócoli y porotos verdes.
Potasio: Ayuda a regular el balance de agua en el organismo y mantiene la presión sanguínea. Está presente en el plátano, naranja, kiwi, damasco, palta, betarraga, espinaca, acelga y achicoria.
Magnesio: Es fundamental para la fijación del calcio y el fósforo en los huesos y dientes, además, alivia el estreñimiento y reduce la presión arterial. Se encuentra en el kiwi, plátano, choclo, habas, frutos secos y hortalizas verdes.
Agua: Es el principal componente (Entre 80 y 90% en la mayoría de las frutas). Por esta razón, favorece una correcta hidratación y reposición de líquidos perdidos producto del calor (sudor).
Hidratos de carbono: El sabor dulce proviene de los carbohidratos simples (fructosa, sacarosa y glucosa), que representan entre 5 y 18% de la parte comestible y permiten determinar el valor calórico de cada fruta. La fructosa es un hidrato de carbono de rápida absorción que provee energía.
Fitoquímicos: Son los pigmentos que le dan color y aroma a las frutas. Poseen propiedades antioxidantes, que ayudan a retrasar el deterioro de los tejidos orgánicos.
Fibra: Si bien no es un nutriente, es un compuesto que facilita la digestión, aumenta la saciedad y disminuye la absorción de azúcar y los niveles de colesterol.
Con la colaboración de: Ximena Inostroza, nutricionista de Clínica Santa María.