Las vacunas permiten proteger a la población en todas sus edades frente a diversas enfermedades infecciosas y sus secuelas. Además, pueden ayudar a evitar ciertos tipos de cáncer e incluso muertes.
Protegidos colectivamente: ¡Las vacunas funcionan! Ese es el lema de la Semana Mundial de la Inmunización 2019, evento que se celebra a nivel global desde el 24 al 30 de abril, con el objetivo de promover y concientizar a las personas sobre la importancia de la vacunación de manera sistemática para salvar millones de vidas.
La inmunización es un pilar fundamental en una atención primaria sólida y ofrece la posibilidad de tener una vida más sana a diferentes grupos de la población. Hay vacunas que se pueden administrar en lactantes, escolares, embarazadas y adultos mayores. Esto permite proteger a las personas a lo largo del curso de vida.
A través de la inmunización se ha logrado una caída radical de la mortalidad infantil por enfermedades contagiosas, por lo que son altamente recomendables por los profesionales de la salud y, por eso, muchas de ellas son obligatorias.
Sin embargo, en el mundo hay más de 19 millones de niños que no están vacunados, o lo están de forma incompleta.
Por otro lado, existen ciertos mitos frente a las vacunas, como que están asociadas al autismo o que impiden la generación de defensas naturales, sin embargo, han sido refutados por la evidencia científica.
Por esto, es primordial que los diferentes grupos objetivo sean vacunados para evitar que contraigan enfermedades infecciosas que pueden llegar a ser fatales. Si bien algunas veces pueden generar reacciones como fiebre o malestares, los riesgos son menores al compararlos con los beneficios que se obtienen. Por ejemplo, frente a una infección bacteriana por neumococo o meningococo, un niño que no está vacunado tiene un alto riesgo de presentar una evolución grave (meningitis bacteriana o neumonía) o tener secuelas de por vida en comparación con un niño que tiene su calendario de vacunación al día.
Es importante destacar que la inmunización no solo es relevante en la niñez, el calendario de vacunas también contempla a adolescentes, mujeres embarazadas y adultos mayores, con el objetivo de prevenir la morbilidad, discapacidad y muertes secundarias a enfermedades inmunoprevenibles a lo largo de todo el ciclo vital.