Alim Chalan tiene 5 años y fue diagnosticado con leucemia cuando solo tenía 2. Desde entonces, ha realizado su tratamiento en Clínica Santa María, donde su madre confiesa que encontró una gran familia en el equipo médico, que fue fundamental en la recuperación de su hijo.
Gran parte de la historia del pequeño Alim ha estado vinculada a la Clínica. Cuando tenía 2 años y 4 meses, fue hospitalizado grave en la Unidad de Paciente Crítico Pediátrico (UPCP), donde
permaneció durante 3 meses luchando contra una leucemia mieloide aguda, un tipo de cáncer que afecta a la sangre y médula ósea.
“El tratamiento fue intenso, pero Alim respondió súper bien. Yo creo que el cariño de todas las personas que lo rodeaban en la UPCP ayudó mucho. La doctora tratante lo cuidó con mucha dedicación.
Nos acogieron tan bien que creamos lazos valiosos con todos quienes lo acompañaban diariamente”, comenta Carmen Gloria Mansilla, mamá de Alim.
Cuando recibió el alta de la UPCP, en el
Servicio de Oncología de Clínica Santa María comenzaron la
preparación para el trasplante de médula ósea, indicado por el equipo médico como la mejor alternativa para tratar su enfermedad.
“Dentro de todo, fue una linda estadía, porque en Oncología hacen que uno se sienta parte de una familia. Pasamos tanto tiempo aquí, que la Clínica se convirtió en nuestra casa”, agrega.
Y así lo vivió Alim. Cuando ya se sintió mejor comenzó a caminar, hablar, jugar y como una forma de hacer más lúdica su hospitalización, su madre le mandó a hacer mini trajes de TENS, enfermeras,
kinesiólogos y médicos quienes eran los principales referentes que su hijo tenía.
“Las
kines lo sacaban a pasear al puente y él salía vestido de médico, todo el mundo lo conocía y lo saludaba. Era una chochera para todos. Recorríamos los pasillos, entraba a las salas de las enfermeras, se sacaba
fotos y jugaba a que contestaba el teléfono. El Dr. Carvallo lo llevaba a hacer las visitas a sus pacientes y entraba como el Dr. Alim. Para él, todo este ambiente fue un juego que disfrutó mucho”, afirma la mamá.
“Afortunadamente hemos controlado todas sus complicaciones y pudo irse a su casa. Fue fundamental su esfuerzo personal y el de su familia. Ahora está haciendo una vida bastante normal. Si bien no podemos decir que está de alta
definitiva, porque debemos esperar al menos 5 años, todo dice que su enfermedad está bajo control y que se encuentra en muy buenas condiciones”, relata el
Dr. Claudio Mosso, oncólogo y actual médico tratante de Alim.
El pequeño también formó parte del Aula Hospitalaria de Clínica Santa María, donde inició sus estudios escolares y este año se graduará de Kinder. “Para nosotros y para todos quienes
lo acompañaron es la culminación de un proceso que comenzó tan mal, pero del que finalmente salimos adelante. Alim fue un estandarte de fuerza, valentía y demostración de que todo se puede”, finaliza Carmen Gloria.