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Cómo controlar estas patologías y evitar la diabetes

Modificar la dieta -reduciendo la ingesta de alimentos altos en calorías, azúcares, grasas saturadas o de origen animal- y realizar ejercicio puede retrasar o prevenir el desarrollo de diabetes, una enfermedad que afecta a 10% de los chilenos. La resistencia a la insulina y el síndrome metabólico son la antesala a desarrollar diabetes. Por esta razón, su presencia se define como prediabetes, que se caracteriza por niveles de glucosa en la sangre más altos de lo normal (en ayuna más de 100 mg/dL y menos que 126 mg/dL), pero no lo suficiente como para diagnosticar diabetes. Esta condición no tiene síntomas, por lo que se recomienda consultar con un endocrinólogo o diabetólogo para realizar una evaluación y los exámenes de glicemia y curva de tolerancia a la glucosa desde los 45 años, sobre todo las personas que tengan familiares con diabetes. Resistencia a la insulina La insulina es una hormona producida por el páncreas que ayuda a que la glucosa (azúcar), proveniente de los alimentos, pueda entrar a las células y obtener energía para el cuerpo. La resistencia a la insulina o hiperinsulinemia es una deficiencia metabólica genéticamente determinada en que no se produce suficiente insulina, por lo que parte de la glucosa no puede entrar a las células. Con ello aumenta la glicemia (azúcar en la sangre), generándose la necesidad de más insulina en el organismo. Se crea así un círculo vicioso, que puede desembocar en diabetes cuando el páncreas ya no puede secretar más insulina. Además, esto expone a la persona a desarrollar obesidad, hipertensión y colesterol alto, poniendo en riesgo la salud del corazón. La hiperinsulinemia está presente en un 30% de la población mundial y la gran mayoría no lo sabe. Síndrome metabólico La obesidad, dislipidemia (alteraciones en las concentraciones de los lípidos sanguíneos, como colesterol alto), hipertensión arterial, hiperglicemia (exceso de glucosa en la sangre) y niveles de triglicéridos (grasa) elevados, componen el síndrome metabólico. Si una persona presenta tres de estos factores de riesgo, se le puede diagnosticar el síndrome, que tiene una prevalencia del 35.5% en la población e implica un riesgo cardiovascular y de diabetes. Aunque también incide la edad y los antecedentes familiares, se ha determinado que la mala alimentación y falta de ejercicio son sus principales causantes. Tratamiento Dietas hipocalóricas, reduciendo la ingesta de azúcares, grasas saturadas o de origen animal e incluyendo ácidos grasos monoinsaturados (aceites de oliva, paltas y aceitunas), además de aumentar el consumo de frutas (bajas en fructosa) y verduras. Ejercicio físico tres veces a la semana, supervisado por un profesional. Fármacos dependiendo del paciente y qué trastornos metabólicos presente. Con la colaboración de: Dra. Dina Schachter, médico coordinador Centro Médico Endocrinológico, y Dr. Jaime Díaz, diabetólogo de Clínica Santa María.

Cómo controlar estas patologías y evitar la diabetes

No es falta de ánimo ni cansancio

Esta condición se manifiesta con fatiga, mareos, palpitaciones y en los casos más graves puede llegar incluso al desmayo. Conoce en qué consiste y cómo tratarla para mejorar la calidad de vida de quienes la presentan. La disautonomía, una condición poco conocida, es causada por una falla en el sistema autónomo, que no es capaz de llevar la suficiente sangre al cerebro. Por ello, las personas que la sufren se sienten permanentemente cansadas. “El sistema nervioso autónomo regula las funciones automáticas de nuestro organismo (presión, pulso, regulación de temperatura corporal, digestión, etc.). Una falla lleva a la disautonomía, la que se debe a un desbalance entre los sistemas que lo conforman: simpático –que estimula actividades que se acompañan de un gasto de energía– y parasimpático –que produce cambios enfocados en conservar y restaurar la energía–”, manifiesta el Dr. Pablo Pedreros, cardiólogo de Clínica Santa María. Si bien el origen de esta patología es multicausal, los factores son principalmente de carácter genético. “También puede deberse a enfermedades degenerativas como Parkinson y diabetes, o por exposición a fármacos, alcohol o antidepresivos”, explica el médico. Asimismo, señala que esta enfermedad es mucho más frecuente en mujeres (10 por cada 1 hombre), sobre todo jóvenes. Quienes se ven afectados por ella, frecuentemente tienen hipotensión, sudoración, palpitaciones, insomnio y visión borrosa, además de una falta de concentración y astenia (debilidad). Sin embargo, el síntoma más llamativo es la fatiga, la que se produce al permanecer de pie por mucho tiempo y que puede incluso llegar al desmayo. “La disautonomía es una condición que muchas veces se confunde con otras enfermedades, entre ellas incluso la depresión, por lo que el paciente debe consultar cuando presente síntomas tales como desmayos u otras señales menores como mareos y palpitaciones, unidos a una fatiga que se extiende por un tiempo importante”, agrega el cardiólogo. Además, puede manifestarse precisamente durante períodos de estrés, como durante exámenes en el colegio, discusiones familiares, etc. En cuanto a la posibilidad de que esta enfermedad se cure, el experto explica que no tiene tratamiento definitivo, aunque existen medidas que ayudan a paliarla. “Se recomiendan cambios de estilo de vida y fármacos, indicados por un especialista, que pueden disminuir notablemente la severidad y frecuencia de sus síntomas. El objetivo es que la persona pueda realizar una vida normal, ya que las manifestaciones pueden limitar las actividades diarias”, indica el Dr. Pedreros. Recomendaciones: Tomar mucho líquido (más de dos litros al día). Evitar las comidas abundantes en carbohidratos. Mantener el estrés en control. No permanecer de pie durante mucho tiempo. Evitar cambios de posición bruscos (como ponerse de pie rápidamente). Limitar la ingesta de alcohol. Hacer ejercicio regularmente. Cuando no se tiene problemas de presión alta, consumir sal normalmente. Con la colaboración de: Dr. Pablo Pedreros, cardiólogo de Clínica Santa María.

No es falta de ánimo ni cansancio

Cuando el cuerpo reacciona a la comida

La alergia alimentaria es cada vez más frecuente en los primeros años de vida y puede ser causa de cuadros inmunes graves. Conoce los síntomas y aprende a tratarla. Las alergias alimentarias son un conjunto de manifestaciones clínicas asociadas a la ingesta de un alimento. Se produce cuando el sistema inmune reacciona en forma exagerada a éste, generando un anticuerpo de tipo inmunoglobulina E. En los lactantes, la alergia es desencadenada frecuentemente por la proteína de la leche de vaca, la que incluso pasa a la leche materna si la madre consume cualquier producto lácteo proveniente de este animal. Los huevos, el maní, el trigo, la soya y los frutos secos también pueden generar una reacción, que se asocia a molestias gastrointestinales, como vómitos, diarrea, dolor abdominal y deposiciones con sangre; dermatitis atópica, caracterizada por la presencia de manchas rojas con escamas en la piel; asma y reacciones alérgicas graves como la anafilaxia. Diagnóstico La historia clínica detallada y el examen físico son cruciales para pesquisar elementos que sugieran qué tipo de reacción presenta el menor. Dentro de los exámenes de laboratorio es muy importante realizar el test cutáneo y la inmunoglobulina E. El diagnóstico se confirma con un test de provocación oral, en el cual se da el alimento en forma gradual y se observa si hay reacción alérgica. La alergia alimentaria debe diferenciarse de la intolerancia a los alimentos. Esta última es una respuesta física anormal a un alimento o aditivo y no se debe a una respuesta del sistema inmune. Tratamiento • No consumir el alimento que causa alergia. Si el menor está en período de lactancia, la madre también tendrá que dejar de hacerlo. • Es posible que un especialista le recete un antihistamínico para administrarlo en caso de ser necesario. • Muchas de las proteínas pueden tener más de un nombre. En el caso de alergia a la proteína de leche de vaca se debe evitar la caseína, caseinatos, caseína de cuajo, lacto albúmina, fosfato de lacto albúmina, acto globulina, etc. • No basta con “sacar” el ingrediente de la comida. Una ínfima cantidad puede desencadenar una reacción alérgica. Si sospechas que tu hijo padece de alergia a algún alimento consulta con tu pediatra. Reserva tu hora al +56 2913 0000 o en www.clinicasantamaria.cl Con la colaboración de: Dra. María Angélica Marinovic, inmunóloga infantil, Clínica Santa María.

Cuando el cuerpo reacciona a la comida

Alergias alimentarias

Corresponde a una respuesta inmune exagerada producida frente al consumo de algún alimento específico. La forma en que ésta se manifiesta puede variar en cada individuo. La única manera efectiva de combatirla, es eliminando por completo de la dieta el alimento que la produce. Nuestro sistema inmunológico funciona generando anticuerpos para protegernos de sustancias nocivas como virus o bacterias. Sin embargo, en algunas personas se desencadena una respuesta inmunitaria cuando se expone a una sustancia que generalmente es inofensiva, como por ejemplo un alimento. Es importante recurrir a un especialista cuando se sospeche de una posible Alergia. “El diagnóstico se basa en la historia clínica del paciente y el examen físico. Pero siempre hay que acompañarlo de exámenes como la IgE específico, el prick test y test de parche. En algunos casos con compromiso gastrointestinal, se hacen además test de hemorragias ocultas, el cual -dependiendo de la evaluación del Gastroenterólogo- puede complementarse con colonoscopía o endoscopía alta con biopsia”, explica la Dra. María Angélica Marinovic, Inmunóloga de Clínica Santa María. ¿Cómo se manifiesta una Alergia Alimentaria? Los síntomas principales, como picazón, náuseas, dolor de estómago o diarrea, generalmente comienzan dentro de pocos minutos hasta 48 ó 72 horas después de haber ingerido el alimento. El tipo de manifestación de una Alergia Alimentaria es variable. Por ejemplo, pueden presentarse con síntomas gastrointestinales como cólicos, diarrea, constipación, deposiciones con estrías de sangre, vómitos o reflujos. A nivel de la piel se puede presentar como urticaria, hinchazón de las partes blandas del cuerpo como los labios o párpados (Angioedema) o como placas rojas descamativas y compromiso de pliegues muy pruriginosos (Dermatitis Atópica). Asimismo, a nivel del aparato respiratorio se puede manifestar como Rinitis Alérgica, Tos Crónica, Bronquitis Obstructiva recurrente o Asma. ¿Las Alergias se heredan? La predisposición genética es muy importante para el desarrollo de todas las Alergias en general. Si el niño tiene un padre alérgico, el riesgo de que éste también lo sea es de un 20 a 40%. Ahora bien, si tiene a sus dos padres alérgicos, el riesgo aumenta desde un 40 hasta un 60%. ¿Cuál es el tratamiento? La Dra. Marinovic explica que “es simple y efectivo: hay que eliminar el o los alimentos responsables y buscar alguno que lo pueda sustituir. Además, cuando los niños son muy pequeños las Alergias suelen ser transitorias y desaparecen a medida que van creciendo”. Con la colaboración de: Dra. María Angélica Marinovic, Inmunóloga de Clínica Santa María.

Alergias alimentarias

Voluntariado médico

Con el objetivo de capacitar a médicos de la zona y reducir las listas de espera de pacientes que requieren ser atendidos por especialistas, un equipo de la Institución se trasladó hasta la X región para llevar a cabo esta iniciativa. Las comunas de Maullín, Calbuco y Puerto Montt fueron visitadas por 6 doctores, 2 tecnólogos médicos y una técnico en enfermería de la Unidad de Otorrinolaringología de Clínica Santa María. Durante la actividad, que lideró la Dra. Marcela Veloz, se atendió de forma gratuita a más de 200 personas. El operativo se dividió en dos etapas, primero se capacitó a doctores de la zona en patologías otorrinolaringológicas frecuentes y luego se efectuaron consultas médicas. “Lo que más vimos fue adultos mayores con problemas de audición”, explica la Dra. Veloz, quien anteriormente trabajó en Maullín y Hornopirén. Algunos especialistas realizaron consultas en el Centro de Salud Familiar de San Pablo de Mirasol, otros se trasladaron al Hospital de Maullín, mientras que el resto trabajó en Calbuco. De esta forma, a partir de exámenes auditivos y vestibulares, se pudo resolver complicaciones de vértigo, rinitis y problemas a las amígdalas. “Las patologías se seleccionaron con el fin de que fuésemos capaces de entregar una solución a los pacientes durante los dos días que duró la actividad, y así, efectivamente, colaborar para reducir las listas de espera”, explica la Dra. Veloz. Cabe destacar que el operativo surgió como una inquietud de los propios especialistas de la Unidad. “Hubo una muy buena comunión de intereses y creo que el aporte que hace una institución privada a la salud pública, sobre todo en las áreas más necesitadas, vale el doble”, destaca el Dr. Santiago Ibacache, médico jefe de Otorrinolaringología de la Clínica, y agrega: “Las autoridades ya nos señalaron su interés para repetir la actividad y quedamos en contacto con los médicos de la zona para continuar apoyándolos”. El Dr. Ibacache, además, adelanta que a fines de agosto otro equipo viajará a la II región, con el objetivo de extender esta iniciativa y dar atención a los habitantes de una localidad de San Pedro de Atacama. Con la colaboración de: Dr. Santiago Ibacache, médico jefe de Otorrinolaringología y Dra. Marcela Veloz, otorrinolaringóloga.

Voluntariado médico

Las señales que lo alertan y la importancia del control

En general, esta patología no presenta síntomas en su etapa inicial. Por esta razón, un examen anual a partir de los 40 años puede prevenir que esta enfermedad avance. El cáncer de próstata es el más frecuente en los hombres y responsable de la muerte de 1.300 chilenos cada año. Por ello, “resulta fundamental tener conciencia de la necesidad de la detección precoz”, explica el Dr. Rubén Olivares, urólogo y médico jefe del Centro de Cirugía Robótica de Clínica Santa María. La próstata es una pequeña glándula localizada en la pelvis, entre el pene y la vejiga. Ésta, en su estado normal, debiera tener una medida similar al tamaño de una nuez y, dentro de sus funciones, no solo está el hecho de permitir que la orina se produzca, sino que también secreta líquidos que nutren y protegen a los espermatozoides. El cáncer que afecta a esta estructura en sus etapas iniciales casi no se manifiesta, por lo que es difícil detectarlo. Cuando ya existe alguno –como sangramiento, dolor óseo y dificultad para orinar– en general, se trata de un cáncer más avanzado, en el que hay muy pocas posibilidades de curación. El especialista advierte que las personas con antecedentes familiares tienen el doble de posibilidades de desarrollar este cáncer. Sin embargo, quienes no tienen historial también deben chequearse, dada la alta prevalencia del cáncer de próstata. “En todos los casos es necesario realizarse de forma anual tanto exámenes clínicos -examen dígito rectal- como de laboratorio -antígeno prostático específico-, para así detectar el tumor a tiempo, entregar un diagnóstico oportuno y poder realizar el tratamiento correspondiente”, destaca el Dr. Olivares. La buena noticia es que, cuando se descubre de manera precoz, existen diversos tratamientos a los que se puede recurrir, entre ellos braquiterapia, tratamiento hormonal, cirugía abierta o robótica y Focal One, que es el tratamiento más moderno para cáncer de próstata localizado. El especialista destaca cuáles podrían ser los síntomas que podrían alertar la presencia de este cáncer: Necesidad imperiosa de orinar Dificultad para orinar Esfuerzo o demora durante la micción Fuerza reducida del chorro de orina Sensación de que la vejiga no se ha vaciado por completo Con la colaboración de: Dr. Rubén Olivares, urólogo y médico jefe del Centro de Cirugía Robótica de Clínica Santa María.

Las señales que lo alertan y la importancia del control

Epilepsia

Al menos el 70% de los pacientes con diagnóstico de epilepsia pueden lograr llevar una vida relativamente normal, a través del uso de determinados medicamentos y evitando ciertas actividades que los pueden llevar a sufrir episodios. Se trata de una afección neurológica crónica que afecta entre el 0,5 y 1% de la población mundial. Puede ocurrir a cualquier edad, con un mayor riesgo en niños y jóvenes entre los 5 y 20 años y en adultos mayores de 60 años. “Esta enfermedad se caracteriza por crisis recurrentes, generadas por una descarga excesiva de neuronas cerebrales”, explica la Dra. Catalina Torres, neuróloga de Clínica Santa María. Las crisis son breves, se presentan de manera súbita e inesperada y tienden a ser similares entre sí. “Según el área donde se genere la descarga, se pueden producir desde síntomas motores, sensitivos, convulsiones, entre otros”, añade la especialista. Estos episodios de actividad cerebral descontrolada pueden clasificarse en dos tipos: Crisis focales: Se pueden presentar como cambios en el comportamiento, movimientos involuntarios o diferentes sensaciones según el área donde se originen. Pueden ser con o sin compromiso de conciencia asociado. Crisis generalizadas: Son las más habituales y vienen acompañadas de pérdida de conciencia, movimientos convulsivos con amnesia y confusión posterior. A través de éstas, se puede facilitar la detección de la patología, la cual, al ser temprana, permite que el paciente siga una indicación médica adecuada y evite ciertas situaciones que le generen una crisis, como la privación del sueño y consumo de alcohol y drogas. “Con una detección oportuna, al menos el 70% de las personas que padece epilepsia, pueden llevar una vida relativamente normal”, señala la especialista. Si bien el diagnóstico se hace mediante la historia clínica del paciente, hay exámenes de apoyo, como el electroencefalograma y neuroimagen, que sirven como complemento. Esta afección es un síntoma asociado a diversas patologías genéticas, como accidentes cerebrovasculares, tumores, malformaciones cerebrales, trastornos metabólicos, autoinmunes, infecciones del sistema nervioso, o de otras enfermedades de causa desconocida. Su tratamiento se basa principalmente en la administración de fármacos antiepilépticos, pero si las crisis persisten pese a ellos, debe evaluarse si el paciente es candidato a cirugía. Con la colaboración de: Dra. Catalina Torres, neuróloga.

Epilepsia

No es falta de ánimo ni cansancio: Es disautonomía

Esta condición se manifiesta con fatiga, mareos, palpitaciones y en los casos más graves puede llegar incluso al desmayo. Conoce en qué consiste y cómo tratarla para mejorar la calidad de vida de quienes la presentan. La disautonomía, una condición poco conocida, es causada por una falla en el sistema autónomo, que no es capaz de llevar la suficiente sangre al cerebro. Por ello, las personas que la sufren se sienten permanentemente cansadas. “El sistema nervioso autónomo regula las funciones automáticas de nuestro organismo (presión, pulso, regulación de temperatura corporal, digestión, etc.). Una falla lleva a la disautonomía, la que se debe a un desbalance entre los sistemas que lo conforman: simpático –que estimula actividades que se acompañan de un gasto de energía– y parasimpático –que produce cambios enfocados en conservar y restaurar la energía–”, manifiesta el Dr. Pablo Pedreros, cardiólogo de Clínica Santa María. Si bien el origen de esta patología es multicausal, los factores son principalmente de carácter genético. “También puede deberse a enfermedades degenerativas como Parkinson y diabetes, o por exposición a fármacos, alcohol o antidepresivos”, explica el médico. Asimismo, señala que esta enfermedad es mucho más frecuente en mujeres (10 por cada 1 hombre), sobre todo jóvenes. Quienes se ven afectados por ella, frecuentemente tienen hipotensión, sudoración, palpitaciones, insomnio y visión borrosa, además de una falta de concentración y astenia (debilidad). Sin embargo, el síntoma más llamativo es la fatiga, la que se produce al permanecer de pie por mucho tiempo y que puede incluso llegar al desmayo. “La disautonomía es una condición que muchas veces se confunde con otras enfermedades, entre ellas incluso la depresión, por lo que el paciente debe consultar cuando presente síntomas tales como desmayos u otras señales menores como mareos y palpitaciones, unidos a una fatiga que se extiende por un tiempo importante”, agrega el cardiólogo. Además, puede manifestarse precisamente durante períodos de estrés, como durante exámenes en el colegio, discusiones familiares, etc. En cuanto a la posibilidad de que esta enfermedad se cure, el experto explica que no tiene tratamiento definitivo, aunque existen medidas que ayudan a paliarla. “Se recomiendan cambios de estilo de vida y fármacos, indicados por un especialista, que pueden disminuir notablemente la severidad y frecuencia de sus síntomas. El objetivo es que la persona pueda realizar una vida normal, ya que las manifestaciones pueden limitar las actividades diarias”, indica el Dr. Pedreros. Recomendaciones: -Tomar mucho líquido (más de dos litros al día). -Evitar las comidas abundantes en carbohidratos. -Mantener bajo control el estrés. -No permanecer de pie durante mucho tiempo. -Evitar cambios de posición bruscos (como ponerse de pie rápidamente). -Limitar la ingesta de alcohol. -Hacer ejercicio regularmente. -Cuando no se tiene problemas de presión alta, consumir sal normalmente. Con la colaboración de: Dr. Pablo Pedreros, cardiólogo de Clínica Santa María.

No es falta de ánimo ni cansancio: Es disautonomía

Disautonomía

Se manifiesta con fatiga, mareos, palpitaciones y en los casos más graves puede llegar al desmayo. Conoce en qué consiste y cómo tratarla para mejorar la calidad de vida de quienes la presentan. La disautonomía, una condición poco conocida, es causada por una falla en el sistema autónomo, que no es capaz de llevar suficiente sangre al cerebro. Por ello, las personas que la sufren se sienten muy cansadas. “El sistema nervioso autónomo regula las funciones automáticas del organismo (presión, pulso, regulación de temperatura corporal, digestión, etc.). Una falla lleva a la disautonomía, que se debe a un desbalance entre los sistemas que lo conforman: simpático -que estimula actividades que se acompañan de un gasto de energía- y parasimpático -que produce cambios enfocados en conservar y restaurar la energía-”, explica el Dr. Pablo Pedreros, cardiólogo de Clínica Santa María. Si bien el origen de esta patología es multicausal, los factores son principalmente de carácter genético. También puede deberse a enfermedades degenerativas como Parkinson y diabetes, o por exposición a fármacos, alcohol o antidepresivos. Es mucho más frecuente en mujeres (10 por cada 1 hombre), sobre todo jóvenes. Quienes se ven afectados por ella, frecuentemente tienen hipotensión, sudoración, palpitaciones, insomnio y visión borrosa, además de falta de concentración y astenia (debilidad). Sin embargo, el síntoma más llamativo es la fatiga, que se produce al permanecer de pie por mucho tiempo y que puede llegar al desmayo. “La disautonomía es una condición que muchas veces se confunde con otras enfermedades, entre ellas la depresión, por lo que el paciente debe consultar cuando presente síntomas como desmayos u otras señales menores como mareos y palpitaciones, además de fatiga que se extiende por un tiempo importante”, agrega el especialista. También puede manifestarse durante períodos de estrés, como exámenes escolares, discusiones familiares, etc. Esta enfermedad no tiene tratamiento definitivo. “Se recomiendan cambios de estilo de vida y fármacos, indicados por un especialista, que pueden disminuir notablemente la severidad y frecuencia de los síntomas. El objetivo es que la persona pueda realizar una vida normal, ya que las manifestaciones pueden limitar las actividades diarias”, explica el cardiólogo.. Con la colaboración de: Dr. Pablo Pedreros, cardiólogo de Clínica Santa María.

Disautonomía

Laboratorio de alergias

Considerando el aumento de la población alérgica en el país, Centro Médico Clínica Santa María La Dehesa cuenta con un Laboratorio dedicado a realizar los exámenes necesarios para determinar las causas y el tratamiento a seguir ante un cuadro alérgico. Las manifestaciones pueden ser variadas, desde síntomas respiratorios como rinitis alérgica y asma bronquial; reacciones cutáneas como urticaria, angioedema (inflamación de capas profundas de la piel), dermatitis de contacto y dermatitis atópica; hasta alergias generadas por fármacos y alergias alimentarias. Estas últimas, pueden provocar síntomas cutáneos, respiratorios, gastrointestinales e incluso generalizados y graves, como la anafilaxia. Para conocer los agentes que generan estos cuadros, en el Laboratorio de Alergias se realizan diversas pruebas cutáneas para alimentos, fármacos y agentes inhalatorios, entre las que destacan: Prick test: Reacción cutánea de tipo inmediata. Consiste en testear directamente en la piel extractos alergénicos o el mismo alérgeno, permitiendo determinar la presencia de anticuerpos responsables de los síntomas. Es de utilidad en el estudio de rinitis alérgica, asma bronquial, urticaria, angioedema y en casos de anafilaxia en los que se sospecha la participación de inhalantes, alimentos o fármacos. Test de parche: Reacción cutánea de tipo retardado. Consiste en un parche que contiene el alérgeno a estudiar y que se adhiere durante 48 horas a la piel, habitualmente en la espalda. Se utiliza en el estudio de patologías como dermatitis de contacto, dermatitis atópica y en cuadros de alergia alimentaria, a fármacos o inhalantes. Importancia de la prevención Para muchas personas septiembre es sinónimo de alergia a la primavera, producto del aumento de polen, especialmente de los árboles. Es recomendable consultar de manera precoz con un especialista para iniciar un tratamiento antialérgico antes de la época de activación de los síntomas. Además, hay una serie de medidas de control ambiental que pueden ayudar a prevenir las molestias, como ventilar la casa en la mañana para evitar los horarios peak de polen, mantener los espacios limpios aspirando toda la casa, viajar con las ventanas del auto cerradas, utilizar anteojos al hacer deporte para evitar el contacto del polen con los ojos y luego tomar una ducha para eliminar lo que puede haber quedado en la piel. Facebook Live: Alergia a la Primavera Dra. Rosario Rojas, inmunóloga Jueves 28 de septiembre, 12:00 horas Con la colaboración de: Dra. Paula Duarte, especialista en Alergia e Inmunología, Centro Médico Clínica Santa María La Dehesa.

Laboratorio de alergias