En marzo reaparece el miedo de muchos niños por ir al colegio a causa del bullying, el que tiene como escenario los centros educativos y tres tipos de actores: víctimas, agresores y espectadores.
El bullying se define como la agresión física o psicológica que afecta de forma continua a un menor y que es realizada por uno o más compañeros de colegio. El comportamiento del agresor o acosador posee un modelo agresivo para la resolución de los problemas, dificultad para ponerse en el lugar del otro, relacionarse y validarse, además de dinámicas familiares disfuncionales, poco afectivas y protectoras.
Algunas de las características de los agresores:
• Tienden a abusar de la fuerza y la violencia. Forman parte de peleas y enfrentamientos, y se burlan de sus compañeros. Se identifican con el modelo de interacción social basado en el dominio y la sumisión, donde una persona ejerce su poder sobre otra que no es capaz de defenderse por sí misma.
• Presentan falta de empatía y de razonamiento moral. Les cuesta entender el sufrimiento que causan. Son impulsivos y tienen baja tolerancia a la frustración.
• Poseen escasas habilidades de resolución de conflictos, lo que les lleva a recurrir a la violencia. Muestran dificultades para cumplir las normas y respetar los límites, tanto en el colegio como en la casa.
• Tienen poca capacidad de autocrítica y ausencia de responsabilidad. Justifican sus conductas agresivas y utilizan el acoso como una forma de llamar la atención.
Estas características por sí solas no necesariamente convierten a los niños en agresores, aunque sí incrementan las posibilidades de que participen en situaciones de acoso. “Lo más importante es conocer a nuestros hijos, para poder observar conductas o cambios que puedan darnos luces de alguna dificultad”, señala María Pía Castro, psicóloga de Clínica Santa María.
Para prevenir este tipo de actitudes, los especialistas recomiendan que los padres hablen con sus hijos sobre su conducta. Además, deben mantenerse informados respecto al comportamiento de éstos a través de profesores, apoderados y amigos.
Es importante que asistan a reuniones de apoderados, soliciten entrevistas, participen de actividades que organice el colegio, pues ahí se da la oportunidad de observar a los niños en el ambiente escolar.
Con la colaboración de: María Pía Castro, psicóloga.