La calidad del aire ha empeorado considerablemente producto de los incendios que afectan a diversas zonas del país, provocando -entre otros síntomas- dificultad para respirar.
El humo generado en un incendio es una mezcla de gases y partículas provenientes, en este caso, de árboles y pastizales que se queman. Puede irritar la piel, ojos y mucosa respiratoria, además de provocar tos, sensación de ahogo, picazón de garganta y expectoración (flema). Ante una exposición prolongada, el humo puede causar obstrucción bronquial, sin la necesidad de haber sido asmático con anterioridad.
Cuando los tóxicos emanados a causa de una combustión (monóxido de carbono y precursores de ozono) superan los estándares aceptables, pueden ocasionar problemas de salud a embarazadas, niños y ancianos. Sin embargo, los más perjudicados por la mala calidad del aire son las personas con enfermedades respiratorias, cardíacas, crónicas y oculares, ya que estas patologías empeoran ante esta condición.
En los pacientes con enfermedades pulmonares crónicas podrían producirse alteraciones de mayor consideración, especialmente en el caso de alergias respiratorias, asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
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Sigue estas recomendaciones:
• Protegerse y limitar la exposición al humo.
• Reducir las salidas fuera de casa y mantener puertas y ventanas cerradas. Poner telas húmedas sobre las ventanas ayuda a impedir que las partículas ingresen.
• Usar un pañuelo húmedo para proteger boca y nariz del humo, y mascarillas adecuadas si es necesario. Las máscaras de papel contra el polvo sirven para atrapar partículas más grandes, por lo que no sirven para este propósito.
• Mantener el aire limpio dentro de la casa, evitando fumar y encender velas.
• Evitar la actividad física al aire libre.
• De ser posible, enviar a personas asmáticas o con problemas respiratorios donde familiares en otras localidades.
• En caso de tener una enfermedad pulmonar crónica, no olvidar el uso de los inhaladores indicados por un especialista. Acudir a un centro asistencial si las molestias persisten o empeoran.
Con la colaboración de: Dr. Patricio Jiménez, médico broncopulmonar de Clínica Santa María.