Corresponde a una respuesta inmune exagerada producida por el consumo de un alimento específico. La forma en que se manifiesta puede variar en cada individuo. La única manera efectiva de combatirla, es eliminando por completo de la dieta el alimento que la produce.
Nuestro sistema inmunológico funciona generando anticuerpos para protegernos de sustancias nocivas como virus o bacterias. Sin embargo, en algunas personas se desencadena una respuesta inmunitaria cuando se expone a un elemento que generalmente es inofensivo, como por ejemplo, un alimento.
La predisposición genética es muy importante para el desarrollo de todas alergias en general, por eso la importancia de recurrir a un especialista cuando se sospeche de una posible alergia, ya que el diagnóstico se basa en la historia clínica del paciente y el examen físico que incluye la igE específico (inmunoglobulina E), el prick test y test de parche. En algunos casos con compromiso gastrointestinal, se hacen test de hemorragias ocultas que puede complementarse con una colonoscopía o endoscopía.
¿Cómo se manifiesta una alergia alimentaria?
Los síntomas principales son urticaria, inflamación de parpados, labios o laringe, placas de dermatitis atópica que pican, náuseas, dolor de estómago o diarrea y generalmente comienzan dentro de los pocos minutos hasta las 48-72 horas después de haber ingerido el alimento.
¿Cuál es el tratamiento?
Se debe eliminar el o los alimentos responsables y buscar alguno que lo pueda sustituir. Además, cuando los niños son muy pequeños, las alergias suelen ser transitorias y desaparecen a medida que van creciendo. Durante los últimos años, se han empezado a desarrollar tratamientos específicos para intentar modificar la respuesta del sistema inmunitario como la desensibilización oral o inmunoterapia oral.
Con la colaboración de: Dra. María Angélica Marinovic, inmunóloga.